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Leire Díez en el Senado: Biodramina urgente para un boli sometido a tortura

Atendí al melodrama de Díez, cada vez más Carlos Latre imitando a Díez, en la comisión que investiga el caso Koldo, y me compadecí de su Bic.

Atendí al melodrama de Díez, cada vez más Carlos Latre imitando a Díez, en la comisión que investiga el caso Koldo, y me compadecí de su Bic.
EFE

Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes, hermanos, que Leire Díez, fuego de las entrañas de Cerdán, pecado socialista, alma chusca, me despierta cierta cacofilia. No piensen mal, que el palabro invita al chiste fácil: digo cacofilia –del griego kakós, busquen, busquen–, no coprofilia. La fontanera de Ferraz, protagonista femenina y "feminista" de la versión política y libre de ficción, manque no lo parezca, de la Superestar de Nacho Vigalondo, compareció este lunes en el Senado para promocionar su(s) supuesto(s) futuro(s) libro(s), para amenazar a los periodistas que se atreven a retirar la losa del sepulcro blanqueado gubernamental y para negarlo casi todo, "incluso la verdad", como canta Sabina.

Atendí al melodrama de Leire Díez, cada vez más Carlos Latre imitando a Leire Díez, en la comisión que investiga el caso Koldo, y me compadecí de su Bic negro, con quien pagó su implosivo nerviosismo sometiéndole a un balanceo infinito, a un temblor desquiciado, quitándole la capucha, volviendo a ponérsela, centrifugándolo, privándole de su libertad con esas manazas suyas convertidas en una montaña rusa espídica y descontrolada. Que María Mar Caballero, de UPN, le preguntaba por el exsecretario de Organización sociata que hoy es carne de trullo, catapún, meneo al boli; que Ángel Pelayo Gordillo, de Vox, le recordaba que "se puede mentir, pero no se debe; luego se puede ver uno en problemas", meneo al boli; que Alejo Miranda de Larra, del PP, le acusaba de extorsionar, meneo al boli, y así. La criaturita de plástico y tinta suplicó una Biodramina que le proporcionaron Joan Josep Queralt, de Izquierdas por la Independencia, y el socialista Alfonso Gil: cuando intervino el primero, Díez acomodó sus brazos; cuando lo hizo el segundo, la Cámara Alta se transformó en un spa, o en una sauna de Sabiniano, y la imputada acarició la idea de pedir un mojito.

"Leire Díez domina la comparecencia en el Senado", titula El Plural, semper fidelis, en una breve crónica hagiográfica de la cosa. Sí y no, a ver. Las pasó putas con el voxero Gordillo, que iba de poli bueno, sí, pero al que no se le tose, y, sobre todo, con el pepero Miranda de Larra, quien le bajó los humos con una pertinente dialéctica de guillotina, estuvo a punto de provocar que su mirada "envasada al vacío como una mermelada" (Extremoduro) mutara en pucherito y obsequió al respetable con un momento digno de Agárralo como puedas:

–¿Se considera usted periodista de investigación? –le preguntó el senador del PP.

–Sí.

–¿Nos podría decir si alguna vez ha publicado alguna investigación?

–No.

Sin embargo, si bien no indemne, Díez salió viva del Senado. La fontanera que dice no ser fontanera sino periodista y que, "como periodista", defendió que el suyo "no es un trabajo para el PSOE, sino para el Estado de derecho", se mostró especialmente desafiante con la timorata Caballero –"La señora Caballero permite que le interrumpa, pero yo no", dijo el voxero Gordillo en su turno– y, cuando se hallaba totalmente arrinconada, se limitó a tirar de estribillo: "Eso no lo contesto, porque está judicializado". Declaró saber "mucho" de energía nuclear y, cuando Miranda le preguntó si "tiene miedo a alguien del PSOE", contestó exaltada: "¡¡¿¿Estamos locos??!!". Y, ahogando un glup, el trasunto sanchista de Oriana Fallaci –eso cree– continuó torturando sin piedad a su pobre Bic negro.

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