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Pablo Planas

Drones sobre Varsovia y España desarmada

Varsovia le queda más cerca, pero Madrid ahora es el eslabón político y militar más débil de la Alianza Atlántica.

Oficiales polacos ante los restos de uno de los drones rusos en el pueblo de Wohyn. | EFE

El PSOE, la extrema izquierda y los separatistas vascos y catalanes han convertido España en un chiste, un meme de país en manos de unos auténticos irresponsables incapaces de calibrar las consecuencias de sus cada vez más frecuentes estupideces. Que Pedro Sánchez lamente no tener armamento nuclear para amenazar a Israel es una de esas estupideces. Ningún mandatario en su sano juicio, ni siquiera el más energúmeno, reconocería abiertamente tener o dejar de tener bombas atómicas. Sólo a un personaje desnortado y superado por los escándalos de corrupción e incompetencia se le ocurre tal cosa.

En su inaudita deriva antisemita, Sánchez es capaz de condenar enérgicamente que Israel descabece de un pepinazo a la cúpula de Hamás en Qatar y musitar tan sólo un fugaz lamento de trámite por el asesinato de un ciudadano español en Jerusalén a manos de los terroristas palestinos. Si el yerno de Sabiniano tiene calibre moral, está claro que no funciona. Que Hamás le felicite debería constituir una potente señal de alarma, pero más parece que sea un motivo de orgullo (y satisfacción) para este nefasto personaje.

Con la que está cayendo ha pasado desapercibida la propuesta de un diputado de Sumar, Alberto Ibáñez, de que España envíe tropas a Gaza para oponerse a Israel. Sí, tal cual. Los del "No a la Guerra" están por entrar en guerra contra Israel. Este inverosímil semoviente de la cuerda de Yolanda Díaz declaró en una rueda de prensa en el Congreso que "los ejércitos también están para defender los derechos humanos de niños en otras partes del mundo". Y añadió: "yo creo que España debería pedir autorización a la ONU y, por tanto, hacerlo desde el marco legal. Y que una coalición de diferentes estados pudiera intervenir y defender a un pueblo que está siendo masacrado".

Ese es el nivel. Igual que el de la flotilla de Greta Thunberg, esa Armada Colau erigida en expedición humanitaria cuando no es más que un crucero propagandístico por el Mediterráneo amenizado por gente tan peculiar como la llamada Barbie Gaza. No han dicho una verdad desde que zarparon desde Barcelona y Dios quiera que no les pase nada, aunque el principal peligro que corren por el momento es el de autolesionarse.

Tal como está el frente del Este, convendría revisar las teorías de Sánchez sobre el gasto en Defensa. Con la flotilla de pacotilla no vamos a ningún lado. Además, la mayoría de la tripulación es más de Rusia que de la OTAN. E islamistas todos. En semejantes circunstancias y con estos tipos al frente, lo extraño es que Putin bombardee Polonia en vez de España. Varsovia le queda más cerca, pero Madrid ahora es el eslabón político y militar más débil de la Alianza Atlántica.

Contra la opinión generalizada, el Ejército no sólo está para apagar fuegos. Todo el respeto y admiración por los militares españoles que se juegan la vida dentro y fuera de nuestras fronteras. Tal como está el patio, les vamos a necesitar mucho más. Ahora mismo no tienen presupuesto ni para volar un dron, cosa que en Rabat no ignoran.

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