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Sánchez provoca cansancio moral

Desmoralizar al adversario es una estrategia vieja como el mundo. Hacer creer que eres más poderoso y más fuerte de lo que eres.

Desmoralizar al adversario es una estrategia vieja como el mundo. Hacer creer que eres más poderoso y más fuerte de lo que eres.
USA4887. NUEVA YORK (ESTADOS UNIDOS), 24/09/2025.- El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, participa en un evento titulado 'Democracia Siempre' este miércoles, en Nueva York (Estados Unidos). | EFE

La entrevista a Pedro Sánchez en Bloomberg ha tenido una gran repercusión en la prensa española porque en ella ha aprovechado para asegurar que, pese a todo y contra todo, volverá a presentarse a las elecciones. De modo que aquí tenemos los titulares y su efecto, que es probablemente —yo no aseguro— el que se buscaba. Los once minutos y pico de entrevista no arrojaron ninguna otra novedad noticiosa y el ambiente en el que se desarrolló, con mucha sonrisa de ambas partes, certificaron su carácter amable, sin llegar a lo obsequioso. Ignoro si el marido de Kristin Scott Thomas, que es el editor en jefe de Bloomberg, había avisado de cuáles serían los temas. No me cuadra que ahí se pacten las preguntas, pero lo cierto es que la única noticia que produjo, la de que se volverá a presentar, salió más como confirmación de lo que aventuró el entrevistador que como respuesta a un auténtico interrogante. A Sánchez no le cogió por sorpresa.

No ignora nadie ni ignora él mismo que está en la cuerda floja —siempre lo ha estado, pero después de los escándalos de corrupción más que antes— y que el mundo político y politizado español discute continuamente si lo deja o no y cuándo. A fin de cuentas, este es el único presidente del Gobierno que dijo en público y en dos ocasiones que había pensado en dimitir y el único, por tanto, que después de decirlo, lo ha descartado. Un político que confiesa que ha estado a punto de dimitir con el fin de ganar puntos en momentos críticos es perfectamente capaz de anunciar que va a ser candidato nuevamente con similar propósito. Similar, no idéntico. Porque el efecto de este anuncio de "me quedo, caiga quien caiga" tiende más a desmoralizar a los adversarios que a movilizar el sentimentalismo compasivo de los propios.

Desmoralizar al adversario es una estrategia vieja como el mundo. Hacer creer que eres más poderoso y más fuerte de lo que eres, asegurar con gran aplomo que vas a ganar, darse aires de invencible son gestos que se suponen efectivos. Son como las danzas de guerra tribales o las hakas de los All Blacks. Y en el ambientazo que se respira en la vida política española estas machadas sirven para hacer rabiar al enemigo y entusiasmar a una hinchada que lo que más celebra es que los otros rabien: ¿creías que ibais a echarlo? ¡Pues tenéis Sánchez para rato! El efecto buscado con el anuncio de Sánchez va por ahí. Hacer que la peña contraria se hunda en el "cansancio moral", como dicen en la Argentina, que pierda la esperanza y se desmovilice. Pero esto no es más que comunicación política. La realidad es que ningún presidente que ya lleva años en el cargo se presenta a unas elecciones que sabe que va a perder. Esta humillación prefiere ahorrársela. Todo dependerá, en fin, de las encuestas, las mismas que Sánchez desdeñaba en la entrevista de Bloomberg. Hasta entonces, seguirá alimentando el "cansancio moral".

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