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José García Domínguez

El retorno de Ada Colau

El separatismo de extrema derecha va a entrar como elefante en cacharrería en todos los consistorios catalanes, destrozando los viejos consensos transversales alumbrados en la Transición.

BARCELONA, 05/10/2025.- La exalcaldesa Ada Colau y el concejal barcelonés de ERC Jordi Coronas han llegado este domingo por la noche al Aeropuerto de Barcelona-El Prat, tras ser liberados hoy por Israel, mientras que otros cuatro activistas catalanes de la Global Sumud Flotilla viajan de Madrid a la capital catalana en coche. EFE/Toni Albir | EFE

Aunque todavía no se haya hecho público de modo oficial por la interesada, el todo Barcelona ya da por descontado a estas horas que Ada Colau volverá a presentarse como candidata a dirigir el Ayuntamiento en las municipales de 2027. Y mi olfato de viejo barcelonés escéptico me dice que las podría ganar. Por lo demás, sospecho que las dos razones políticas de peso que me empujan a firmar ese pronóstico deben de ser las mismas que ella estará tomando en consideración para animarse a dar un paso tan arriesgado. La primera de ellas tiene que ver con el muy anodino perfil político y personal de su sucesor en el cargo, Jaume Collboni, antiguo dirigente local de las Juventudes Socialistas al que la Ciudad de los Prodigios le viene siete tallas grandes.

Quizá con la excepción de Jordi Hereu, que es un tipo sin ningún carisma pero que fue un buen regidor, Barcelona ha estado en manos de mediocres desde que se cerró el ciclo histórico de Maragall al frente. Y lo que llevamos del mandato de Collboni no ha hecho más que reafirmar esa percepción de decadencia entre la población. Que Madrid, aquel poblachón manchego al que no hace tanto todavía se miraba por encima del hombro desde aquí, haya superado a Barcelona – y de un modo tan humillante– es algo que se lleva mal. Y Collboni encarna la imagen de esa humillación colectiva. Collboni despierta tanto entusiasmo como una ameba, sí, pero el factor determinante remite a la segunda razón, que se apellida Orriols.

El separatismo de extrema derecha va a entrar como elefante en cacharrería en todos los consistorios catalanes, destrozando los viejos consensos transversales alumbrados en la Transición. Colau, que es lista, está viendo ahí, en esa inminente fractura de los acuerdos dentro del campo nacionalista provocado por la irrupción en escena de Aliança, su gran oportunidad sobrevenida de pescar en río revuelto. Y no se olvide que Barcelona, ciudad carísima, es el gran municipio español con mayor porcentaje de arrendadores de viviendas entre el censo electoral. He ahí su clientela.

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