Menú

Al PSOE le sienta bien la corrupción

La idea, extendida y tradicional en España, de que "todos son iguales" y "todos roban", permite votar sin mala conciencia por el partido preferido,

La idea, extendida y tradicional en España, de que "todos son iguales" y "todos roban", permite votar sin mala conciencia por el partido preferido,
Santos Cerdán junto a su abogado Jacobo Teijelo saliendo de la cárcel de Soto del Real. | EFE/ Rodrigo Jiménez

Hay una discusión, ya antigua, en España sobre si la corrupción quita votos o no. Sin olvidar la alternativa por la que se inclinan los más aguafiestas, que es la de que en lugar de quitar votos o resultar indiferente, la corrupción sea un banderín de enganche. Esto no hay manera de saberlo por las buenas. Nadie va a confesar en una encuesta que la corrupción le mola. La hipocresía manda en esta penumbra, y quién no va a decir que, ante todo, quiere políticos honrados. En muchos casos, el escándalo es fariseo, lo cual no quita para que finalmente un entorno social hipócritamente escandalizado fuerce a castigar la corrupción a quien no tenía pensado hacerlo. Para que eso ocurra, la presión tiene que venir del entorno social y mediático del partido manchado, algo que aquí, hoy, apenas está pasando.

Reflexiones a vuelapluma de este estilo quedan desplazadas y obsoletas si uno mira los barómetros del CIS. Porque la conclusión que se extrae de ellos es que los escándalos de corrupción no hacen mella en el PSOE. Puede que caiga un poco algún mes, como justo después de la entrada en la cárcel de Santos Cerdán, pero al siguiente barómetro, la intención de voto vuelve a subir, pletórica. Si se cotejan los CIS con las fechas en que salieron a la luz los casos más sangrantes, se ve que es una pauta. El bajón dura lo mínimo. Es una bajada táctica. Como tomarse un respiro para después seguir escalando. O el votante del PSOE está inmunizado contra los escándalos de corrupción o los barómetros del CIS tienen bicho.

Lo tienen. Antes se decía que el bicho se mete en la cocina, pero está en la muestra, que se encuentra escorada hacia la izquierda, como llevan advirtiendo desde hace tiempo distintos analistas. Y el problema, el defecto y el vicio del barómetro del CIS, desde que está al frente Tezanos, es que la cocina no corrige el escoramiento. Aún así, no vemos en España desplomes de la intención de voto al partido en el Gobierno como los que se ven en otros países, como en el Reino Unido, donde el Laborismo está tiritando un año después de haber arrasado en las elecciones. Cierto que el voto lo determinan un montón de factores y que la corrupción sólo es uno de ellos, pero aquí el partido infestado de casos de corrupción cuenta con una ayuda especial. La idea, extendida y tradicional en España, de que "todos son iguales" y "todos roban", permite votar sin mala conciencia por el partido preferido, aunque esté de corrupción hasta las cachas.

Aquellos años en los que parecía que había la famosa "tolerancia cero" de la que aún se habla, época de la que se benefició Sánchez para su moción de censura, no fueron tanto el resultado de una intolerancia absoluta hacia la corrupción como del agravio que suponía en medio de los efectos de una crisis económica. Los barómetros del CIS, si fueran ciertos, lo confirmarían con su empeño en demostrar que al PSOE los casos de corrupción le sientan de maravilla. Tendrán que salir más escándalos para que Tezanos augure a Sánchez la mayoría absoluta.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal