
Que el PSOE lleva siete años encamado con el partido de la ETA es público y notorio: EH Bildu ha sido pieza fundamental en que Sánchez llegase al poder y, después, en que se mantuviese en Moncloa: votaron la moción de censura en 2018, se abstuvieron en la investidura de 2020 y, fuera pasamontañas, digo caretas, en la de 2023 votaron otra vez a favor.
En su día se nos dijo que para la moción de censura no hubo negociación con los bildutarras y que su apoyo era, digámoslo así, espontáneo y sólo porque el PP era muy malo y estaba muy corrupto. Pero, más allá de que ya entonces no nos acabamos de creer la película, ¿quién se iba a sorprender ahora de que Sánchez nos hubiese mentido también sobre eso?
Por otro lado, ¿alguien duda de que el PSOE y su prensa adicta habría explicado, a plena satisfacción de todos, que eso no era negociar, que sí, que hablaron, pero que no se les ofreció nada, que decir lo contrario es bulo etcétera etcétera? En fin, el tratamiento habitual de nuestra izquierda para convertir en blanco lo que antes fue negro.
Y lo más importante de todo: puede que en 2018 la cosa sí hubiese levantado cierto revuelo, sobre todo entre la prensa de centroderecha que vivía –vivíamos, quiero decir– en el espejismo de que al votante del PSOE le parecía peor ETA que el PP, pero a estas alturas admitir que esa reunión existió le supondría al PSOE perder la escalofriante cantidad de cero votos.
Aun así, han salido en tromba a negarlo: lo hizo el propio Sánchez, lo hizo Óscar López demostrando una vez más que no es el lápiz más afilado de ningún estuche, lo hizo Patxi López que tampoco está en su mejor momento –claro, que a saber cuál ha sido el mejor momento de Patxi– y lo ha hecho María Jesús Montero, que tampoco es Marie Curie, diciendo que las personas imputadas tienen menos credibilidad que las no imputadas, tremendo disgusto para Begoña Gómez y David Sánchez.
Incluso, y esto es muy interesante, el propio Otegi lo ha negado de forma tan vehemente que me ha llamado poderosamente la atención: ¿tanto tiene que perder el bildutarra porque se sepa que anda por los caseríos de txikitos con la cúpula del PSOE?
Quizá alguno de ustedes esté pensando que si lo niegan todos igual es que es mentira. Miren, que no sea yo el que les arrebate la inocencia, pero si a estas alturas creen a Sánchez, a Patxi, a Marichús o al Óscar de Hacendado igual se lo tienen que mirar, de verdad, ya sería casualidad que decidiesen dejar de mentir ahora, justo después de la trola dos millones.
¿De qué se habló en aquella reunión? ¿A qué acuerdos se llegó más allá del pacto político obvio que todos vimos y seguimos viendo? Y quizá la pregunta más relevante: ¿Por qué Koldo, entre todas las toneladas de mierda que debe tener grabadas, ha elegido precisamente esto para darle un aviso a Sánchez y los suyos? Tengo la impresión de que podemos ir comprando palomitas: nos vamos a acabar enterando de cosas que, incluso después de todo lo que hemos visto ya, nos van a sorprender.
