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Plus Ultra y Cía.

Uno de los turbios acontecimientos de este procedimiento es que uno de los imputados, tras decidirse a colaborar y un día antes de comparecer en la Audiencia Nacional, en 2019, se quitó la vida.

Ahogados en el torrente de detenciones y registros, donde las noticias se quedan viejas a las horas de haber salido de los teletipos, puede no llamar la atención como merece la operación desencadenada este jueves contra la aerolínea española, de capital venezolano, Plus Ultra. La compañía solo tiene un avión y, no obstante, como Air Europa, fue rescatada en 2020 con una suma, más modesta que la de Globalia, de 53 millones de euros. Ábalos denunció, una vez acorralado por el caso Koldo, que el rescate se produjo por presiones de José Luis Rodríguez Zapatero. A nadie extrañó puesto que nuestro expresidente es el perejil de todas las salsas corruptas del chavismo. Abierta la correspondiente investigación, tuvo que cerrarse por un tecnicismo jurídico que impidió declarar investigada a una persona jurídica una vez transcurridos doce meses desde la apertura de la instrucción. Y porque los investigados, el consejo de la SEPI que propició el rescate, no fue el último responsable, ya que la última palabra la tuvo el Consejo de Ministros.

Ahora, pasados más de dos años, el mismo Juzgado, y por una causa aparentemente conectada de algún modo con aquello, ha ordenado detener a los dos máximos responsables de la compañía y registrar la sede de la empresa y los domicilios de los directivos. Al parecer, la investigación está relacionada con otra de blanqueo de capitales que se sigue en Suiza, cuya fiscalía ha pedido ayuda a sus homólogos españoles. Evidentemente, se ha debido de hallar alguna conexión con el rescate porque no puede ser casualidad que el asunto haya ido a parar al mismo juzgado. Ya en aquel entonces se habló de que el dinero dado por la SEPI lo utilizó la aerolínea para pagar créditos de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Ésta debía el dinero a sociedades de dudoso origen y, como las sanciones internacionales le impedían sacar dinero del país caribeño, se utilizó a la aerolínea española para atender los pagos. De modo que es posible que el blanqueo que ahora se investiga sea el mismo que se dijo en su momento y lo que se haya hecho es reabrir la causa y no iniciar una nueva.

La cuestión es que acaba de levantarse el secreto del sumario en otro asunto, aparentemente distinto y que nada tiene que ver, en el juzgado de Pedraz, en la Audiencia Nacional. Es también este un caso de blanqueo de capitales en el que está implicada PDVSA y también fue abierto a raíz de una petición de auxilio de la fiscalía suiza. En él, Plus Ultra no aparece. Sí lo hace Zapatero, del que se dijo que, con los hermanos Cortina, está metido en un negocio de explotación petrolífera de un campo en Venezuela, aunque quien acusó a nuestro expresidente luego se retractó. Uno de los turbios acontecimientos de este procedimiento es que uno de los imputados, tras decidirse a colaborar y un día antes de comparecer en la Audiencia Nacional, en 2019, se quitó la vida. Parece que existe un informe de inteligencia que afirma que fue un asesinato, pero oficialmente la muerte fue consecuencia de un suicidio. Esto es poco más o menos un resumen de lo que cuentan las crónicas hasta el momento. Es todo tan sucio que da miedo especular sobre ello.

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