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Cristina Losada

El PSOE 'on the road'

Aunque no lo parezca, el PSOE elige el domingo un secretario general. No lo parece, vistos los asuntos que tratan Pedro Sánchez y Eduardo Madina.

Aunque no lo parezca, el PSOE elige el domingo un secretario general. No lo parece, vistos los asuntos que tratan Pedro Sánchez y Eduardo Madina.

Aunque no lo parezca, el PSOE elige el domingo un secretario general. No lo parece, vistos los asuntos de los que hablan más sentidamente Pedro Sánchez y Eduardo Madina. Se diría que el partido de la oposición elige este fin de semana a un secretario de organización en lugar de a la figura que ha de dar voz a sus posiciones políticas. Salvo, claro está, que su posición política se encierre en la salmodia de que la derecha es muy mala y el mantra "Somos de izquierdas, somos de izquierdas", que es orgullosa proclamación de virtud que no precisa pruebas ni desarrollo.

No iba mucho más lejos el candidato Sánchez en una tribuna publicada en el diario El País. Tras exponer los estragos causados por la derecha, decía que "hay una economía de izquierdas y una economía de derechas" para luego dibujar los rasgos de la primera con unas cuantas volutas de humo. Modelo productivo que gane competitividad con más conocimiento e innovación, defender en Europa políticas de crecimiento y esta condicional extrañísima: "Si queremos ser el partido que más se parece a España y los españoles quieren buenos empleos, esa va a ser nuestra prioridad". ¿Y si no, no? Quizá olvide el PSOE, sumido en la contemplación de su ombligo, que hace política en un país que no tiene problema más prioritario que el paro.

¿Hay una economía de izquierdas? Bien, veamos qué está haciendo la izquierda, qué hacen los socialdemócratas en Francia y en Italia, que al igual que España necesitan corregir el rumbo de sus economías. Manuel Valls acaba de lograr el aprobado a la segunda parte de un plan para crear empleo y mejorar la competitividad. Consiste en un recorte del gasto público que incluye reducir el número de regiones y congelar pensiones, y en rebajas fiscales que alcanzan a las cotizaciones sociales de las empresas. Valls mantiene las reformas pese a la oposición interna y sindical.

Matteo Renzi, nueva celebrity de la socialdemocracia europea, se dedica a algo más que a conquistar al público con su gracejo. Tal vez se desvíe del camino, pero tiene anunciadas una reducción del IRPF para las rentas más bajas y una reforma laboral que flexibiliza los contratos temporales. Ya gestiona una supresión de las provincias que supondrá acabar con tres mil cargos públicos, de quienes dijo que a partir de ahora "experimentarán la emoción de ir a trabajar". Todo esto con descarado ninguneo a las centrales sindicales y patronales.

Esa es la política económica de izquierdas realmente existente en la Europa tocada por la crisis. ¿Qué tienen que decir Sánchez y Madina? ¿Que Francia e Italia han de hacer ajustes y reformas "muy duras", como sostuvo Renzi, pero España no, porque nos va mucho mejor? ¿Cuál es su plan, cuál su hoja de ruta? ¿Está en Europa o en Frikilandia? De momento, tenemos noticia de la ruta seguida por Sánchez: contacto directo con la militancia, mucha carretera, y manta para dormir en casas de socialistas. En esas está el PSOE, "on the road" como Kerouac y, como Kerouac, sin brújula.

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