Menú
EDITORIAL

Mas pone fecha a la independencia

De derrota en derrota, lo cierto es que el independentismo nunca ha estado tan cerca de conseguir sus objetivos.

Será el 27 de septiembre, esa es la fecha que ha elegido Artur Mas para las próximas elecciones autonómicas, tras las que probalemente se declare la independencia de Cataluña o, al menos, el inicio de un proceso que indefectiblemente lleve a ella.

El episodio ha desatado una nueva ola de análisis sobre la consistencia del bloque independentista que demuestra, una vez más, el voluntarismo de gran parte de la opinión. De derrota en derrota, lo cierto es que el independentismo nunca ha estado tan cerca de conseguir sus objetivos, nunca ha contado con el apoyo explícito de tantos y tan importantes partidos y nunca ha presentado mayor unidad de acción. Además, sigue detentando el dominio de los hipersubvencionados medios, la sedicente sociedad civil y lo que pasa como mundo cultural en Cataluña.

Es cierto que el pacto alcanzado entre Convergència y ERC parece especialmente inestable, pero no lo es menos que se va a enfrentar a la nada: puede que la unión de los independentistas sea de mínimos, pero el pacto entre los contrarios a la secesión no existe, y de hecho ni siquiera puede decirse que haya un Gobierno realmente dispuesto a ejercer de tal y enfrentar la amenaza separatista con contundencia.

El PP ha decidido borrarse de la cuestión catalana, tanto en Cataluña como en el resto de España: Rajoy ha vuelto a equivocarse radicalmente y sus declaraciones sólo son una muestra más de que no entiende la situación a la que se enfrenta y de que no está dispuesto a hacer nada para afrontarla. Alicia Sánchez Camacho, por su parte, no ha perdido la oportunidad de demostrar, una vez más, que no es la líder que los populares necesitaran en Cataluña. Las cosas no pintan mejor en un PSC en horas bajísimas.

Queda Ciudadanos, prácticamente como última esperanza, un partido que tiene muy claro lo qué se están jugando Cataluña y España, a qué nos enfrentamos y qué ideas pueden frenar la marea separatista; pero también un partido que no cuenta con los resortes mediáticos y de otro tipo que serían necesarios para librar la batalla con todas las garantías.

Con este panorama, el espacio para el optimismo y la esperanza es muy reducido.

Temas

En España

    0
    comentarios