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EDITORIAL

Por la libertad de Venezuela y contra los miserables que jalean la tiranía chavista

España no puede estar del lado de la repugnante tiranía chavista. Y a quienes aquí la jalean debe castigarles con el más absoluto desprecio.

Este jueves se ha celebrado en Madrid un acto lleno de significado político y en el que han participado de los personajes políticos de más relevancia en la historia de la democracia española: Felipe González y José María Aznar.

Enfrentados en lo político y muy distantes en lo personal, pocas causas podrían unir a los dos expresidentes. Lo ha hecho una a la que sin duda se suman la mayoría de los españoles, más allá de que sus ideas estén más cercanas a las del socialista o a las del liberal-conservador: la libertad de Venezuela.

Como si quisiese dar aún más significado a ese encuentro, la tiranía chavista hizo pública este mismo jueves la ratificación de la condena a Leopoldo López. Es el último eslabón de la cadena de atropellos judiciales de los que el opositor ha sido víctima, desde el juicio completamente manipulado –al punto de que el fiscal, tras huir del país, admitió que todo era una farsa– hasta la resolución de las apelaciones por esbirros del infame Nicolás Maduro.

El caso de López nos da la medida perfecta de la perversidad de un régimen que, como bien ha apuntado González, ha destruido Venezuela por completo: en lo económico como en lo institucional y en lo social. Sirva como constatación escalofriante los pavorosos índices de criminalidad impune: decenas de miles de personas son asesinadas cada año y la sociedad no tiene a quién recurrir en busca de protección.

El chavista es un régimen que está dispuesto a lo que sea para mantenerse en el poder y que no cree en el diálogo más que como artimaña para salirse con la suya tanto en el plano doméstico como en el internacional. Un régimen que ha prostituido la democracia y que no ha hecho más que pulverizar los derechos y libertades de la ciudadanía. Un régimen que, para colmo, está acusado de formar parte sustancial de las redes criminales del narcotráfico global.

El fracaso criminal del chavismo es una realidad más allá de cualquier ideología y la miseria de Venezuela es innegable, se aborde la cuestión desde la izquierda, como lo hace González, o desde la derecha, como lo hace Aznar. Sólo los miserables, la canalla liberticida, pueden negar la condición de preso político al socialdemócrata Leopoldo López y a todos los que, como él, se pudren en las cárceles chavistas por querer llevar su país de vuelta a la democracia.

Tal y como este jueves han querido dejar claro González y Aznar –y Albert Rivera, que también estuvo en el referido acto–, España no puede estar del lado de la repugnante tiranía chavista. Y aquellos que se han lucrado del chavismo, lo han puesto como ejemplo y aún hoy no pierden la oportunidad de defenderlo merecen el mismo rechazo y desprecio que el régimen criminal por el que babean… y que jamás debemos consentir implanten en España.

Por supuesto, en este asunto está por completo fuera de lugar la indiferencia ni es digno ponerse de lado. Tomen buena nota en el Ministerio de Exteriores.

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