La última encuesta de las elecciones andaluzas, publicada ayer por el diario El Mundo, vaticina una victoria aplastante del centro-derecha y confirma que el cambio político, tras cuarenta años de socialismo, podría consolidarse definitivamente en Andalucía.
El Partido Popular estaría rozando la mayoría absoluta según esta encuesta, que otorga a Juanma Moreno más votos que toda la izquierda junta, lo que le otorgaría una posición de privilegio a la hora de formar gobierno. Isabel Díaz Ayuso, con un resultado similar, ha podido gobernar en solitario con apoyo parlamentario de Vox, un modelo que el presidente andaluz pretende implantar de cara a la próxima legislatura si los números se lo permiten.
En ese lado del espectro político se confirma la debacle de Ciudadanos, que obtendría un resultado meramente testimonial, si bien sus escaños podrían ser fundamentales en caso de que el PP se quedara al borde de la mayoría absoluta. En cuanto a Vox, sorprenden los datos de esta encuesta que penaliza al partido conservador tras la designación de Macarena Olona para encabezar la candidatura en Andalucía. El partido de Abascal obtendría 17 escaños como máximo, cinco más que en las pasadas elecciones, pero lejos de las expectativas generadas que sitúan en 26 diputados su techo electoral, similar al obtenido por los populares hace cuatro años. El dato es significativo porque eso significaría que Macarena Olona habría hecho perder votos a Vox, dado que la edición de esa misma encuesta el pasado mes de abril situaba a los de Abascal en el entorno de los 20 diputados.
La izquierda se derrumba y continuaría en la oposición una legislatura más según los datos del estudio, que vaticina un pobre resultado para Juan Espadas al frente del PSOE y más escuálido aún para las dos formaciones en que se ha dividido la ultraizquierda andaluza. Los socialistas se quedarían a 20 diputados del PP, mientras que Por Andalucía, la coalición fallida de Podemos, no pasaría de los 10 diputados. Peor aún le iría a Adelante Andalucía, la candidatura liderada por Teresa Rodríguez, que se quedaría con dos diputados. De esta forma, la ultraizquierda perdería casi un tercio de los escaños obtenidos en 2018, algo que cabe atribuir al derrumbe progresivo de los radicalismos izquierdistas en todas partes, agudizado en Andalucía por la confusión generada por las diversas candidaturas, hasta el punto de que ocho de cada diez andaluces no saben en qué candidatura concurre Podemos.
Tras casi cuatro décadas de corrupción y de comprar votos, el modelo liberal impulsado por Juanma Moreno está sacando a Andalucía del atraso en que la había sumido el socialismo, un hecho bien perceptible que los ciudadanos parecen dispuestos a premiar en la cita con las urnas del próximo 19 de junio. Ni siquiera la presencia de Pedro Sánchez en la precampaña andaluza está sirviendo para que su candidato repunte en las encuestas. Todo lo contrario, Sánchez es un lastre que suscita el desprecio de los votantes y coloca a su partido en la peor posición imaginable de salida, a cinco días del inicio de campaña de unas elecciones que van a ser trascendentales también en lo nacional.