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Emilio Campmany

El gambito Pons

¿No será que Feijóo en realidad no quiere cambiar el sistema de elección para poder él controlar el Poder Judicial cuando le toque?

¿No será que Feijóo en realidad no quiere cambiar el sistema de elección para poder él controlar el Poder Judicial cuando le toque?
Feijóo, estrella del cónclave del PPE, con González Pons. | EFE.

Cuando el PP condicionó la renovación del Consejo del Poder Judicial a que se reformara la ley para que los vocales jueces fueran elegidos por sus compañeros, tal y como prevé la Constitución, el PSOE ideó rebajar la mayoría necesaria para elegir a los nuevos vocales y no tener así que contar con el PP. La Comisión europea lo consideró un ataque a la separación de poderes y Sánchez retiró el proyecto. Luego, encabronado como estaba, legisló que un Consejo en funciones no pudiera hacer nombramientos. Claro que, como socialismo e inteligencia son como el agua y el aceite, las lumbreras de Moncloa no se dieron cuenta de que, si impedían al Consejo hacer nombramientos, tampoco podría designar a los magistrados del Tribunal Constitucional cuando le tocara y no se podría renovar el tercio que le corresponde junto con el Gobierno. Cuando al fin se percataron, lo primero que se les ocurrió es que el Gobierno nombrara a los dos suyos sin esperar al Consejo y el Constitucional pasaría en cualquier caso a estar dominado por los progresistas. Pero, en su burricie, tampoco repararon en que la Constitución exige que su tribunal se renueve por tercios y no contempla hacerlo por sextos, lo que les ha obligado a recular nuevamente. Ahora lo que pretenden es volver a reformar la ley para que el Consejo siga sin poder hacer nombramientos con la salvedad de los magistrados del Constitucional para que así el Gobierno pueda designar a los suyos y controlar por fin el tribunal.

El PP de Feijóo ha reaccionado de una forma rara. A través de Esteban González Pons se ha mostrado dispuesto a renovar el Consejo pero, en vez de exigir, como ha venido haciendo, una reforma que devuelva a los jueces el derecho a elegir a sus vocales, ha ofrecido que sea el propio Consejo renovado el que diga qué reforma procede. Lo único que pide a cambio de su rebaja es que el PSOE retire su proyecto de ley. Lo ha justificado diciendo que está tratando de evitar que el Gobierno nombre al magistrado que Esquerra Republicana le diga, algo que al parecer Sánchez está dispuesto a hacer para que el partido golpista vote la reforma.

Esto no cuadra. Aunque se retirara la reforma y el Consejo se renovara, en pocas semanas el Gobierno podría hacer sus nombramientos y ¿qué garantía tiene el PP de que Sánchez no meterá a la zorra de Esquerra en el gallinero constitucional? Por otra parte, Pons y Feijóo no pueden ser tan ingenuos como para creer que un Consejo con mayoría de vocales elegidos por socialistas, comunistas y separatistas propondrá una ley que devuelva a los jueces el poder de elegir a los vocales que les representen. ¿No será que Feijóo en realidad no quiere cambiar el sistema de elección para poder él controlar el Poder Judicial cuando le toque? La propuesta de Pons le permite no tener que renegar de la exigencia de reforma que ha venido haciendo el PP, algo que Feijóo no puede hacer sin desengañar a su electorado, pero sí podría en su momento, cuando el Consejo renovado proponga una reforma en la que los jueces no elijan directamente a sus vocales, encogerse de hombros, lavarse las manos y justificarse diciendo que hizo lo que pudo. Ay, el PP.

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