Menú
Emilio Campmany

Podemos se hace constitucionalista

Aunque no les guste reconocerlo abiertamente, PSOE y Ciudadanos están de acuerdo en que Pablo Iglesias es peor que Rajoy.

Aunque no les guste reconocerlo abiertamente, PSOE y Ciudadanos están de acuerdo en que Pablo Iglesias es peor que Rajoy.
EFE

Qué histriónicas están siendo las reacciones al anuncio de Podemos de presentar una moción de censura contra Mariano Rajoy. En Ciudadanos, José Manuel Villegas ha dicho que no piensan participar en ningún número de circo de los que Podemos acostumbra a montar. La afirmación es injusta. Los números de circo son por supuesto censurables. Sin embargo, una moción de censura no lo es. Es un instrumento constitucional legítimo. Que no tenga ninguna posibilidad de prosperar no desautoriza su empleo. Que otras veces Podemos haya recurrido a la pancarta, al grito, al abucheo, al bebé en los escaños no convierte a la muy digna y constitucional moción de censura en un número de circo.

Algo atrabiliaria ha sido también la reacción de Antonio Hernando, que ha acusado a Podemos de actuar con mala fe y falta de rigor porque, según él, una moción de censura no se puede presentar sin antes haberla negociado. ¿Y eso por qué? Para empezar, no la han presentado, sólo han anunciado que lo harán, lo que consiente negociar cuanto Hernando quiera antes de su presentación formal. Pero, incluso aunque no negocien nada, cabe que Podemos sólo quiera poner en evidencia que, rechazando su programa, cosa que no hace en otros lugares como Madrid, el PSOE apoya de alguna manera el del PP. No hay que olvidar que, por muy constructiva que sea, una moción de censura tiene por objeto censurar al presidente del Gobierno y rechazarla implica, mal que le pese a Hernando, negarse a censurar del modo propuesto al actual presidente. El PSOE puede tener muy buenas razones para rechazarla, pero tendrá que explicarlas, sin que baste descalificarla burdamente.

La reacción del otro Hernando, el del PP, ha sido más tibia, pues, aunque ha hablado de numeritos, la ha centrado en la evidencia de que la moción no tiene apenas posibilidades de prosperar. Pero es evidente que ésa no es la finalidad de Podemos. Su objetivo es poner de relieve que Rajoy se sostiene en el Gobierno gracias a Ciudadanos y al PSOE. Es verdad que al hacerlo sólo cuentan la mitad de la verdad. La otra es que Rajoy gobierna gracias a la negativa de Podemos a apoyar en su día a Pedro Sánchez. Pero llamar la atención sobre esto corresponde al PSOE. Que no lo haga es problema de los socialistas, no de Podemos.

La cuestión es que, si Rajoy es tan malo como dicen PSOE y Ciudadanos, ¿cómo es que no se ponen de acuerdo para buscar con Podemos una alternativa? Pues porque, aunque no les guste reconocerlo abiertamente, ambos están de acuerdo en que Pablo Iglesias es peor. Hacer visible que, no obstante la corrupción, prefieren a Rajoy conviene a Podemos pero también al PP, que desde las últimas europeas juega a que la única alternativa a su Gobierno sea el comunismo bolivariano para que así lo sigan votando no obstante el hedor que sale de Génova, 13. Así que tiene gracia que, al final, de esta moción de censura salga reforzado, además de quien censura, el censurado. PSOE y Ciudadanos tendrán que hilar más fino si no quieren ser ellos los verdaderos reprobados.

Temas

En España

    0
    comentarios