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CRÓNICAS COSMOPOLITAS

Bocetos para catástrofes

Yo no sé si Vargas Llosa considera que las repetidas declaraciones del presidente iraní, Ahmadineyad (designado por los ayatolás), afirmando que va a borrar Israel del mapa, mientras reivindica el derecho histórico de Irán a poseer armas nucleares, no pasan de ser para él “pequeños rasguños en la piel de ese elefante que es ahora Israel” (El País, 8-10-05), como lamentaba que sólo fuera el terrorismo palestino. Pero yo no comparto su humor (involuntario), ni su desprecio, y considero que se trata de un asunto grave.

Yo no sé si Vargas Llosa considera que las repetidas declaraciones del presidente iraní, Ahmadineyad (designado por los ayatolás), afirmando que va a borrar Israel del mapa, mientras reivindica el derecho histórico de Irán a poseer armas nucleares, no pasan de ser para él “pequeños rasguños en la piel de ese elefante que es ahora Israel” (El País, 8-10-05), como lamentaba que sólo fuera el terrorismo palestino. Pero yo no comparto su humor (involuntario), ni su desprecio, y considero que se trata de un asunto grave.
Mahmud Ahmadineyad.
Como grave, gravísima, es la fingida indiferencia, que apenas disimula el miedo, de tantos países occidentales, sobre todo de la UE, como siempre, quienes parecen considerar esas amenazas como una fraseología huera, acorde con sus tradiciones culturales pero sin la menor realidad. Y es así como desempeñan un papel de payasos paletos, se agitan entre bastidores, con fajos de documentos bajo el brazo, para crear la ilusión de que están muy metidos en negociaciones con Irán, sobre el programa nuclear civil, cuando todo el mundo sabe que se trata del militar.
 
Si esto es así a nivel de gobiernos y ejecutivos, a nivel de la "calle", la famosa "calle", fuente de la voluntad popular y de la legitimidad vudú, predomina la más total indeferencia. Que yo sepa, sólo en Italia hubo manifestaciones*, modestas, pero en varias ciudades, para protestar contra Irán y en defensa de Israel. Evidentemente, ni Silvio Berlusconi ni Romano Prodi, el derechista líder de la izquierda, se asociaron de alguna manera a estas manifestaciones ciudadanas. Pero esta indeferencia, embadurnada de miedo, oculta algo mucho peor, algo tan monstruoso que sólo se atreven a expresarlo en privado: muchos, en Europa, están de acuerdo con Ahmadineyad, y opinan que la destrucción de Israel constituye la mejor solución, la única, la solución final.
 
Ocurre que Irán ya tiene sus armas nucleares de destrucción masiva, o está a punto de tenerlas, es cuestión de días. Además, basándose en la experiencia de Irak, que había concentrado la fabricación de armas semejantes en un mismo lugar, con la ayuda fraternal y gaullista de Francia, y, por consiguiente, pudieron ser destruidas en un único bombardeo de dos aviones israelíes, los ayatolás han "descentralizado" su producción de armas nucleares, y mientras peritos y expertos bailan la sardana alrededor de Ispahán, para distraer al personal, ellos construyen, con la ayuda de Rusia, sus cohetes y bombas nucleares en diversos lugares secretos. Con lo cual un solo bombardeo no podrá frenar la carrera armamentista iraní, y serán necesarios varios, lo cual nada tiene de imposible militarmente, pero será más complicado y peligroso.
 
Menos mal que Israel es lo que es y no se va a precipitar voluntaria y pacíficamente hacia un nuevo holocausto, porque, además, también tiene armas nucleares, y esto constituye una barrera más seria que la diplomacia occidental, tan "muniquesa" como siempre.
 
Lo de la construcción "descentralizada" de armas nucleares en Irán no lo he leído en la prensa europea, ni me lo ha confiado discretamente Solana, o Cebrián, ni siquiera nuestra Gema oriental; lo oí por primera vez en un plató de TFJ (televisión francesa judía), una cadena patética por su falta de medios y de casi todo pero con corresponsales en Israel, lo que me hace suponer que Israel está al tanto de los preparativos iraníes y prepara su respuesta, sin esperar el visto bueno de Kofi Annan.
 
Miembros de la organización terrorista Hamas, en un desfile.Con la continuación de la guerra sucia islámica, y sus nuevas peripecias, como el inicio de la "intifada" en Francia, los atentados en Ammán, la guerra que no cesa en Irak, etcétera, a veces me viene a la mente una pregunta: ¿qué hubiera ocurrido si los anglonorteamericanos no hubieran intervenido en Irak? Pues lo más probable es que Irak, siria e Irán hubiesen desencadenado una nueva guerra contra Israel, con la ayuda de todas las organizaciones terroristas, de Hamas a Al Qaeda, pasando por los Hermanos Musulmanes, con el apoyo de otros países árabes y la firme "neutralidad" de la UE. Los USA se quedarían los solos, y es probable que hubieran intervenido, pero en condiciones infinitamente peores a las actuales.
 
¿Hipótesis huera? ¿Delirio? ¿Sonata de otoño? Irak invadió Irán, Siria no está aliada a Irán, salvo en su apoyo mutuo a la Yihad Islámico en el sur del Líbano. Son países diferentes, con sus rivalidades y contradicciones, y no se les ve formando un "frente único", dirán algunos. Efectivamente, son países diferentes, con intereses diferentes, pero algo les une, algo tienen en común con otros países musulmanes: el odio a Israel, su voluntad de destruir ese país, el único democrático de la región –no es baldío repetirlo–. Desde 1948 y la creación del Estado de Israel han participado en las guerras incesantes contra el Estado hebreo muchos países árabes: Egipto, Irak, Siria, Jordania (¡sí, señores!), etcétera, unidos únicamente en esas aventuras bélicas y discrepando en muchas otras cuestiones; como, por ejemplo, ¿qué sería la Gran Nación Árabe, y quién la dirigiría? Tema éste que fue fundamental y ha pasado a la historia.
 
Si desde la desaparición de la URSS el mapa político de Oriente Medio ha cambiado bastante, concretamente con la ofensiva generalizada del Islam radical, antes dicha región también se dividía entre países de la zona de influencia soviética y de socialismo nacional y monarquías tradicionales de Islam "moderado". En un campo podían situarse Egipto, Siria, Irak, Argelia (a ratos), Yemen del Sur, etcétera; en el otro, Arabia Saudí, claro, los Emiratos, luego Jordania, etcétera.
 
Esquemáticamente, y en términos estratégicos, ¿cuáles son los resultados logrados por la intervención militar aliada? Destrucción casi completa de la tiranía de los talibanes en Afganistán y debilitamiento de las redes terroristas que mantenía; destrucción de la tiranía iraquí y de su potencia agresiva; largo, difícil y doloroso parto de algo que se parecería a una democracia en Irak; prudencia muy reciente de Siria, que sólo se explica a causa de la guerra de Irak, que se retira del Líbano (país que entra en un proceso de cambios debido a los mismos motivos). Prudencia hipócrita, pero prudencia, de Damasco, a propósito de su culpabilidad en el asesinato de Hariri. En cuanto a Jordania, ya había iniciado una política más prudente, menos agresiva contra Israel y Occidente, hace años, y por eso el loco criminal Zarqaui y sus huestes le "castigan" con atentados suicidas contra hoteles.
 
Estamos muy lejos de esa "derrota anunciada" de los USA en Irak, que pregonan sin cesar los medios europeos, como la patética pareja Chirac/Zapatero. La democracia no se impone por las armas, también se dice en las Batuecas. No, pero muchas veces es necesario defenderla por las armas. Como fue el caso en Irak, y será el caso, me temo, en Irán.
 
En este sentido, teniendo en cuenta toda la demagogia embustera que se desarrolla por doquier en torno a la "ocupación" yanqui de Irak, y ya que la Segunda Guerra Mundial sigue siendo una referencia para tantos, someto a la reflexión de sus señorías la ocupación nazi de Europa, y sus consecuencias, comparada con la ocupación norteamericana de las dos potencias vencidas, Japón y Alemania, y sus consecuencias. Pues en el segundo caso constituyen un ejemplo de democratización y de generosa y muy eficaz ayuda al desarrollo económico y social de los enemigos de la víspera, que permitieron a Japón y Alemania convertirse en grandes países democráticos. ¡Todavía hay clases!


* Nota del editor: Carlos Semprún Maura compuso este artículo antes del día 11, cuando se produjo la concentración ante la embajada de Irán en Madrid en protesta por las declaraciones de Ahmadineyad.
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