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¿Habrá sorpresa en las presidenciales brasileñas?

Una de las pocas incógnitas de las presidenciales brasileñas del domingo era, sin duda, el porcentaje que lograría la oficialista Dilma Rousseff. Su victoria estaba cantada, y ni siquiera los últimos escándalos de algunas de sus colaboradoras pudieron dar aire a un José Serra que vuelve a perder contra un candidato del Partido de los Trabajadores. Al menos por ahora... ¿Podría la segunda vuelta darnos una sorpresa?


	Una de las pocas incógnitas de las presidenciales brasileñas del domingo era, sin duda, el porcentaje que lograría la oficialista Dilma Rousseff. Su victoria estaba cantada, y ni siquiera los últimos escándalos de algunas de sus colaboradoras pudieron dar aire a un José Serra que vuelve a perder contra un candidato del Partido de los Trabajadores. Al menos por ahora... ¿Podría la segunda vuelta darnos una sorpresa?

Tal y como ocurrió en las elecciones colombianas del pasado verano, las encuestas fueron las grandes protagonistas en las últimas semanas de campaña. Alguna comenzó hace un mes a arrojar datos que apuntaban a una posible y casi probable mayoría absoluta de Dilma Rousseff en primera vuelta. Sin embargo, los escándalos relacionados con personas de su entorno hicieron mella en sus resultados en esta primera parte de los comicios.

Ahora bien, contra lo que todos parecían pensar, el leve descenso de Rousseff –que finalmente se quedó en el 46,9% del voto– no benefició a su principal oponente, José Serra, que ha cosechado el 32,6% de los sufragios, sino a la tercera en discordia, Marina Silva, que ha alcanzado un sorprendente 19,3%, cifra más que meritoria, dado el peso de los dos favoritos. Ese 19,3% será sin duda el protagonista de la segunda vuelta, que se celebrará el 31 de octubre.

La lógica apunta a que Silva recomendará a sus electores que den su voto a Rousseff, sobre todo por su pasada vinculación al Partido de los Trabajadores (PT). No hay que olvidar que fue ministra de Medio Ambiente del Gobierno de Lula entre 2003 y 2008, aunque finalmente, y después de casi tres décadas de militancia, decidió dejar el PT e incorporarse al Partido Verde (PV).

Marina Silva.El motivo principal de la ruptura fue su rechazo a ciertas medidas presidenciales relacionadas con la tenencia y explotación de tierras. Sin embargo, otros creen que es justamente eso lo que podría afectar a Rousseff; incluso existe algún sector de la izquierda radical que acusa a Silva de formar parte del "neoliberalismo verde". Lo cierto es que ésta tuvo siempre buenas palabras para el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, por sus reformas económicas, que hicieron del Brasil una de las grandes potencias del continente y del mundo.

José Serra y su Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) entrarán en contacto con Silva y su PV. De hecho, el diputado Fernando Gabeira, influyente líder verde, ya ha anunciado que dará todo su apoyo a Serra: "Estoy convencido de que es el mejor candidato para gobernar el Brasil", ha declarado. Por su parte, el gobernador electo de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, del PSDB, ha afirmado que tiene "un gran aprecio por el PV, por Marina y por Gabeira". La maquinaria socialdemócrata ha empezado a trabajar muy pronto, pues.

Algunos analistas ven poco probable que Rousseff quiera ofrecer algo importante a Silva, algo que no dudará en hacer Serra para afrontar la segunda vuelta con posibilidades reales de convertirse en el próximo presidente del país. Por otro lado, tal y como ocurrió en los últimos días de campaña, es posible que Lula siga esforzándose en capitalizar su alto índice de popularidad y convertirlo en votos para la ex jefa de su Casa Civil (cargo equivalente al de primer ministro).

Es posible que los brasileños no hayan querido dar un cheque en blanco a Rousseff, que prefieran un poder algo más equilibrado, aunque ya es seguro que la coalición de Lula tendrá mayoría absoluta en el Senado, gracias a los nuevos escaños logrados por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el Partido Socialista Brasileño (PSB). Sea como fuere, lo cierto es que tenemos por delante un mes lleno de negociaciones, rumores... y encuestas.

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