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CÓMO ESTÁ EL PATIO

El Aberroncho de las Cortes

El debate de investidura del nuevo presidente del gobierno, D. Mariano Rajoy, tuvo ciertos aspectos de gran interés en torno a las medidas inmediatas que el flamante susodicho tiene pensado poner en marcha para reactivar nuestra mortecina economía.


	El debate de investidura del nuevo presidente del gobierno, D. Mariano Rajoy, tuvo ciertos aspectos de gran interés en torno a las medidas inmediatas que el flamante susodicho tiene pensado poner en marcha para reactivar nuestra mortecina economía.

Hubo discrepancias con los grupos políticos de la oposición, lo cual es un excelente síntoma, porque si las recetas económicas propuestas hubieran contado con el aplauso unánime de socialistas, comunistas y nacionalistas, el panorama sería como para salir corriendo a la embajada eslovena.

Pero, más allá del contenido eminentemente técnico de un acto político de esa envergadura, el debate dio también lugar a un hallazgo de dimensiones antropológicas.

En la atardecida del primer día, mientras los representantes de los distintos grupúsculos parlamentarios subían y bajaban de la tribuna del hemiciclo, pudimos contemplar el nacimiento de un nuevo personaje llamado a proporcionarnos grandes tardes de gloria en los generalmente aburridos plenarios del congreso. Me refiero al Aberroncho de las Cortes, una especie hasta ahora desconocida que hizo su aparición en el ecosistema parlamentario para alborozo de antropólogos y otros aficionados a la taxonomía.

El aberroncho de las cortes es un ser malencarado y de barba descuidada, que viste una camisa de cuadros sin corbata y una chaqueta que, dado su volumen torácico, resulta imposible abrochar sin que el sujeto se vuelva cianótico a los pocos minutos.

Al primer ejemplar de aberroncho de las cortes se le notó al subir a la tribuna que no estaba precisamente en su elemento, pues fuera de las dehesas de alcornocales y los vastos sembrados de remolacha el espécimen sufre grandes dificultades para desenvolverse con soltura.

El aberroncho tiene muy pocas ideas, y las pocas que tiene son bastante confusas, así que no tiene más remedio que dirigir su atención a una sola línea argumental e intentar no salirse de ella para no provocar un estropicio. Ajeno a su condición de representante de todos los españoles y no sólo de aquellos que le han votado, el aberroncho pergeña su discurso basándose en agravios multiseculares por culpa de un centralismo opresor que no se ocupa adecuadamente de una determinada provincia, de la cual él se erige único representante.

Si un río discurre por las tierras donde el aberroncho retozaba en su infancia rodeado de rumiantes de los más variados pelajes y tamaños de cuerna, nuestro amigo pretende que ese caudal es patrimonio exclusivo de los aberronchos del lugar. Y es que el aberroncho es muy posesivo.

El aberroncho es monotemático, desconfiado, huraño y algo envidioso, mas ningún rapapolvo dialéctico desde la tribuna del hemiciclo le hará desistir de su objetivo principal, que no es otro que defender en las cortes generales el único principio insolidario que le permitió acceder a tan alta magistratura.

Cinco mil y pico eurazos mensuales es mucho más de lo que el aberroncho ganaba en su tierra azuzando a las cabras por las serranas inhóspitas de su ecosistema primigenio. Además, en las cortes hay aire acondicionado y los suelos de moqueta son mucho más mullidos que los ribazos agrestes por donde ha estado triscando desde su más tierna juventud.

Lo mejor de todo este asunto es que el aberroncho de las cortes no estará solo esta legislatura. Provenientes de otras zonas de España, hay en el congreso una nutrida camada de congéneres con los que comparte una misma cosmovisión. A poco que traben relación unos y otros son capaces de acabar reproduciéndose. Al final, la presente legislatura acabará siendo objeto de un documental del National Geographic.

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