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Fin de semana

VUESTRO SEXO, HIJOS MÍOS

Adivina quién viene esta noche

Queridos copulantes bienamados: Dios castigó a Adán a ganarse el pan con el sudor de su frente y a Eva a parir con dolor y sangre. Eva protestó porque recibía dos castigos. Entonces Dios le respondió: está bien, está bien: parirás a tus hijos con dolor y la sangre la abonarás en cómodos plazos mensuales. De ahí que a una pobre niña inocente le dejen de herencia –además de la papada de su abuela– una especie de muñeco diabólico que llaman el Menstruo y que, hasta la menopausia, se dedica a boicotear su existencia.