Desde que al PSOE andaluz le huele el culo a pólvora y Podemos arrastra la capa de superhéroe por el barro, aquí no se habla más que de la ultraderecha. ¿Existe en España una ultraderecha digna de ese nombre?
Hay quien piensa que el progresismo hegemónico ha puesto la linde tan a la izquierda que cualquiera que no lleve camiseta del Che es criptofranquista, y quien no le ría las gracias al Wyoming es abiertamente neonazi.
Quienes esto dicen no dejan de reparar en que los comportamientos violentos son hoy patrimonio de la izquierda y del independentismo: justo quienes reparten carnés de ultra a los demás. Pero ya sabemos que España es un planeta muy raro.
La pregunta que hemos hecho a nuestros poetas es simple: ¿hay ultras en España? Para nuestra sorpresa, ambos han respondido al unísono que sí, y se han apresurado a señalarlos con el dedo:
FRAY JOSEPHO, ESE FACHA
por Monsieur de Sans-Foy
Persona más retrógrada y facciosa,
carcunda y nacionalsindicalista
que el Fraile... yo no creo ni que exista
desde que el del Ferrol está en la fosa.
Pemán fue su mentor en verso y prosa.
Los Flechas y Pelayos, la revista
que amaba cuando fue seminarista.
Y esperen... que no acaba aquí la cosa:
La parte que hay debajo de la espalda,
la cubre con la enseña rojigualda
en forma de gayumbos, ¡con el pollo!
(El pollo puede ser o no genuino.
También pudiera ser un palomino
en fase de avanzado desarrollo).
SÍ, SOY FACHA
por Fray Josepho
Tal es mi condición. Tal es mi tacha.
Pues desde que nací, y hasta la fecha,
soy, sin vacilación, de ultraderecha.
O sea, sí, Mesié. Que soy un facha.
Los fasces me he tatuado en una cacha;
y aunque cumplí de joven como flecha,
Falange de las JONS me viene estrecha,
pues más facha que yo no se despacha.
Por facha ya he sufrido algún escrache,
con mi camisa negra, de azabache,
y mi blasón de flechas y aguilucho.
Ya sé que me merezco su reproche,
pues soy, de la mañana hasta la noche,
no sé si se lo he dicho, facha, y mucho.