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Fundación Heritage

"El Loco" quiere la bomba

Las probabilidades de que Chávez sólo se centre en la energía atómica con fines pacíficos y no en un programa secreto de armas nucleares una vez que lo empiece son tan grandes como el caso irání haciendo lo mismo: cero patatero.

La alianza rusa con el dictador venezolano Hugo Chávez se va haciendo cada vez más fuerte. Ahora Moscú podría estar ayudando a "El Loco" en su periplo para conseguir la bomba atómica.

Rusia ya ha vendido miles de millones de dólares en armas a Chávez y recientemente vimos el vuelo de dos de sus bombarderos estratégicos en Venezuela como demostración de solidaridad y fuerza. Pronto llegará una flotilla rusa para llevar a cabos ejercicios navales conjuntos en aguas del Caribe.

Pero la última diablura sucedió en la cumbre de Moscú cuando el primer ministro ruso Vladimir Putin ofreció a Chávez ayuda en la construcción de un reactor nuclear.

Durante la visita rusa, Chávez dijo: "Rusia está lista para apoyar a Venezuela en el desarrollo de la energía nuclear con fines pacíficos y tenemos ya una comisión de trabajo en ello".

Fines pacíficos, oh sí, cómo no... Venezuela es uno de los mayores productores de energía del mundo, por tanto tiene tanta necesidad de energía atómica como... Irán.

Éste podría ser el comienzo en décadas del primer programa de armas nucleares en el hemisferio. Los rivales, Argentina y Brasil, abandonaron su sueño de pertenecer al alguna vez exclusivo club nuclear a principios de los años 90; aunque ambos tienen energía atómica, ninguno ha estado dispuesto a cooperar con Venezuela en asuntos atómicos.

No debería sorprendernos que Chávez pueda estar interesado en asuntos de tecnología nuclear que van más allá de la producción energética. Él está muy decidido en crear una de las fuerzas militares más poderosas de la región para fomentar su revolución socialista, intimidar a sus vecinos y proyectar su poder, al tiempo que mantiene a Washington a raya.

Ya ha comprado más de 4.000 millones de armas rusas que incluyen cazabombarderos avanzados, helicópteros de combate y 100.000 rifles de asalto.Puede que otros 1.000 millones en avanzados sistemas rusos de defensa aérea, tanques de guerra, vehículos blindados para el transporte de personal y submarinos diesel estén de camino a Caracas. Y las notas de prensa rusas anuncian que las ventas de armas a Venezuela durante los próximos 10 años podrían alcanzar otros 5.000 millones de dólares. Además, Chávez ha ofrecido a Moscú acceso a sus bases militares aéreas y terrestres.

Lo que convierte esta propuesta nuclear rusa en preocupante son los firmes lazos que unen a Chávez con el régimen en Irán. Seguramente "El Loco" se pone verde de envidia al ver cómo el programa de misiles balísticos y armas nucleares de Teherán provocan indigestión estratégica a Estados Unidos. Y le gusta muy especialmente el intencionado efecto disuasivo que estos programas tendrán sobre la libertad de acción de Estados Unidos.

Las probabilidades de que Chávez sólo se centre en la energía atómica con fines pacíficos y no en un programa secreto de armas nucleares una vez que lo empiece son tan grandes como el caso irání haciendo lo mismo: cero patatero.

Teherán no sólo podría ayudar a Caracas con un programa nuclear que Rusia establezca, especialmente el enriquecimiento de uranio, sino que también podría vender o ayudar a desarrollar un programa de misiles balísticos que podría alcanzar el territorio continental de Estados Unidos. (¿Y acaso no podría verse una cooperación con los norcoreanos como un escenario no muy lejano?). 

Mientras tanto, el Kremlin parece haber encontrado otra manera de sacarle dinero a Venezuela, además de la venta de armas convencionales. Una planta nuclear fácilmente puede llegar a costar mil millones de dólares por unidad y a eso hay que sumarle el mantenimiento y el combustible. Y un Chávez fortalecido podría forzar a Estados Unidos a centrarse en los acontecimientos de su hemisferio; obstaculizando la ayuda americana en la zona colindante de Rusia (por ejemplo, en Georgia y Ucrania).

El deseo de Moscú de construir el primer reactor nuclear de Teherán (casi listo) no muestra mucho compromiso en favor de la no proliferación nuclear, especialmente en vista de que la amenaza iraní puede volverse contra Rusia algún día. Venezuela no es ninguna amenaza para Rusia, lo que significa que habrá menos dudas por parte del Kremlin a la hora de decidirse.

La buena noticia es que los precios del petróleo están bajando y el calendario de construcción de un programa nuclear venezolano de cualquier tipo no es posible en un futuro cercano. Claro que eso también es lo que la gente solía decir sobre el programa nuclear de Irán.


©2008 The Heritage Foundation
©2008 Traducido por Miryam Lindberg

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