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¡Quédate con nosotros!
El Cardenal Rouco denuncia que se pretende designar con el nombre de matrimonio lo que por naturaleza no lo es ni puede serlo nunca
El embrión, verdadero ser humano
40.000 jóvenes se reúnen en Lisboa para rezar por la paz
Cáritas España apuesta por "recrear una sociedad nueva donde se integren españoles e inmigrantes"
Los obispos participan en la consulta sobre la reforma de la Ley de Educación
Juan Pablo II en Navidad
¡Quédate con nosotros!
 
Durante la Misa de Gallo, Juan Pablo II presentó la Eucaristía como el sacramento en el que el Niño Dios permanece junto a la humanidad entera –«marcada por tantas pruebas y dificultades». A pesar del cansancio, el Santo Padre presidió con constancia y entusiasmo la emotiva y larga eucaristía, concelebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano junto a treinta cardenales, en la que se rezó especialmente  por Tierra Santa.
 
En la Navidad de este Año de la Eucaristía (octubre 2004-octubre 2005), el obispo de Roma dedicó su homilía a subrayar el íntimo lazo que existe entre el sacramento de la presencia real de Cristo y el nacimiento de Jesús hace más de dos mil años. «¡Belén! La ciudad donde según las Escrituras nació Jesús, en lengua hebrea, significa "casa del pan". Allí, pues, debía nacer el Mesías, que más tarde diría de sí mismo: "Yo soy el pan de vida"», comenzó constatando. «En Belén nació Aquél que, bajo el signo del pan partido, dejaría el memorial de la Pascua –añadió–. Por esto, la adoración del Niño Jesús, en esta Noche Santa, se convierte en adoración eucarística». El Papa concluyó con una vibrante oración: «¡Quédate con nosotros, Pan vivo bajado del Cielo para nuestra salvación! ¡Quédate con nosotros para siempre!»
 
La eucaristía, que había comenzado con un homenaje floral al Niño Dios ofrecido por pequeños de Perú, Guatemala, Polonia, Italia, Corea, Australia y la República Democrática del Congo, continuó poco después con las oraciones de los fieles. En ellas, se rezó para que Tierra Santa viva «tiempos de prosperidad y de pacífica convivencia en el respeto recíproco de sus habitantes». La unidad entre los cristianos, el respeto de la vida humana –desde su concepción hasta la muerte natural–, los niños de la calle, los enfermos y los últimos de la sociedad, fueron otras de las intenciones de oración que se propusieron a la asamblea.
 
 
El Cardenal Rouco denuncia que se pretende designar con el nombre de matrimonio lo que por naturaleza no lo es ni puede serlo nunca
 
Con motivo de la solemnidad de la Sagrada Familia, el Cardenal Arzobispo de Madrid Antonio María Rouco, pronunció el domingo una homilía en la Catedral de la Almudena centrada en la familia cristiana. Al término de la misma Monseñor Rouco manifestó un fundado optimismo en que la familia cristiana «no cejará en su vocación de ser testigo del Evangelio de la Esperanza que supera el mal con el bien»; optimismo pese a los acuciantes problemas y dificultades que la familia encuentra «en Europa y en España», para poder vivir de acuerdo con el ejemplo de la Sagrada familia de Nazaret.
 
Durante la homilía, el Cardenal Rouco abordó algunos de los puntos mas controvertidos de la actual situación por la que atraviesa la institución matrimonial. Es necesario hacer ésta defensa del “verdadero” matrimonio, «ante la permanente tentación de su deformación en su sentido auténtico». Muy claro fue Monseñor Rouco al hablar sobre la configuración constitutiva de la familia y su razón de ser, para evitar la confusión que «pretende designar con el nombre de matrimonio lo que por naturaleza no lo es ni puede serlo nunca: la unión homosexual». Y lo que aún es peor «incluir en ella la facultad de la adopción de los hijos». Por el contrario, el Arzobispo de Madrid apostó por una familia fundada en el Evangelio, y reconoció que la Iglesia ha puesto en ella «sus esperanzas para el futuro de una renovadora evangelización de la vieja Europa y de España».


El embrión, verdadero ser humano
 
El Arzobispo de Pamplona, Fernando Sebastián, afirma en su última Carta que para investigar con las células madre embrionarias «antes hay que matar al embrión que es un verdadero ser humano», y se pregunta si «es lícito destruir, matar, a un ser humano para curar a otro». Según el Arzobispo, los científicos saben que las células madre embrionarias, hoy por hoy, no sirven para curar, porque son células demasiado abiertas que resultan incontrolables y pueden terminar provocando procesos cancerosos. El arzobispo de Pamplona se pregunta si este «empeño en legitimar la investigación con células embrionarias» no se debe más bien a la necesidad de «defender el negocio de la fecundación in vitro, origen de esos embriones sobrantes».
 
En otro momento de su Carta, denuncia que «como consecuencia de la fecundación asistida los centros dedicados a estas prácticas tienen un depósito de embriones congelados (40, 50 ó 60.000, nadie lo sabe) con los que no se sabe qué hacer. Sus padres ya no los quieren, no hay mujeres o matrimonios que puedan adoptar tal número de embriones, matarlos directamente parece demasiado cruel. Entonces se encuentra la fórmula de decir "vamos a utilizarlos para investigar con el fin de curar enfermedades degenerativas con las células madre de estos embriones". Y así se presenta la cuestión de una manera verdaderamente engañosa», afirma.
 
Según monseñor Sebastián, en España «se están produciendo procesos profundos de conciencia bastante alarmantes. En muchos ambientes se tiene la convicción de que para entrar en el mundo de la modernidad, hay que distanciarse de lo que diga la Iglesia». Monseñor Fernando Sebastián pidió un «debate sereno» sobre esta cuestión y afirmó que «la vida política y la actividad científica tienen que estar sometidas a una norma moral objetiva socialmente compartida y respetada», y añadió que «no basta con apelar a la Constitución. Un texto legal, obra de hombres, no puede ser principio último del bien y del mal. El texto mismo de la Constitución responde a unos principios morales preexistentes».
 
 
40.000 jóvenes se reúnen en Lisboa para rezar por la paz
 
Más de 40.000 jóvenes cristianos, llegados de toda Europa, participan a partir de hoy en el vigésimo séptimo encuentro ecuménico organizado por los hermanos de la comunidad de Taizé. Muchos de los jóvenes acuden a Lisboa desde el este y del norte de Europa, tras una etapa de descanso, para finalizar su etapa en la capital lusa, donde serán acogidos por familias cristianas y en parroquias de toda la ciudad.

En el encuentro se darán cita católicos, protestantes y ortodoxos de toda Europa para escuchar los mensajes enviados por el Papa Juan Pablo II, el Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, el patriarca ortodoxo de Moscú Alejo II y el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams. El fundador de Taizé, el hermano Roger Schultz, ha mostrado, en una carta publicada para este encuentro y titulada "Un porvenir de paz", su confianza en las nuevas generaciones, «no sólo por querer la paz, sino por su capacidad de prepararse para construirla en el presente». El hermano Roger ha asegurado que «multitudes aspiran hoy a un porvenir de paz, a una humanidad liberada de las amenazas de la violencia. Si algunos están sobrecogidos por la inquietud ante el futuro y se encuentran inmovilizados, hay también a través del mundo jóvenes llenos de inventiva».

El próximo 2 de enero, la comunidad de Taizé estará en el monasterio lisboeta de los Jerónimos para compartir el encuentro eucarístico oficiado por el cardenal Policarpo, que será retransmitida por la Radio Televisión Portuguesa (RTP) y France 2. Tras el encuentro de Hamburgo, a finales de 2003, el encuentro de Lisboa será una nueva etapa de la "peregrinación de confianza a través de la tierra" que Taizé prosigue desde hace más de veintiséis años. Antes de la capital portuguesa, la comunidad de Taizé ha organizado sus encuentros en otras ciudades europeas como Budapest, Barcelona, Varsovia, Milán, Viena o París.


Cáritas España apuesta por "recrear una sociedad nueva donde se integren españoles e inmigrantes"
 
Cáritas España presentó el pasado jueves su campaña anual, que pretende poner el acento en el reto de la integración de los inmigrantes.

Durante la presentación se resaltó un «cambio de estrategia de pensamiento y de acción» ya que se trabajará por «recrear una sociedad nueva donde no sólo se integren los inmigrantes, sino también los españoles». «Se trata de recrear desde la perspectiva de la integración, pero de una forma doble: de ellos y nosotros, porque cuando hablamos de integración siempre pensemos en “el otro, el diferente” y hay que pensar también en nosotros mismos», señaló Silverio Agea, secretario general de Cáritas Española.
 
Desde Cáritas España se asegura que «hasta el momento se ha trabajado con el colectivo de inmigrantes dando prioridad a la acogida y a la tramitación legal de su situación mediante la regularización de “sus papeles”. Ahora, continúan, «influidos por los continuos cambios en la Ley de Extranjería y por el vacío que se produce al no tener un itinerario claro de trabajo con estas personas, se hace necesario reorientar nuestra actuación desde la propia identidad de Cáritas y desde el espíritu del Evangelio».
Silverio Egea cifró el número de inmigrantes en 2.600.000, de los cuales 1.800.000 eran regulares y cerca de 800.000 ó 1.000.000 están en situación irregular.
Para abordar este fenómeno señaló siete "recomendaciones", que permitan hacer realidad el lema de la campaña: "Nadie sin futuro".
 
Se trata de aspectos como: defender el derecho de las personas "a emigrar y a no emigrar" de sus países de origen; asumir la defensa pública de los inmigrantes; reivindicar la urgencia de una estrategia global de co-desarrollo; apostar por políticas de integración; colaboración con las asociaciones de apoyo a los inmigrantes; prestar una especial atención a los inmigrantes "sin papeles"; y suscitar dentro y fuera de la Iglesia una reflexión serena sobre el reto de integrar diversas culturas.

     
Los obispos participan en la consulta sobre la reforma de la Ley de Educación
 
La ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Segundo, recibió el pasado jueves a una delegación de la Comisión de Enseñanza y Catequesis de la Conferencia Episcopal Española, presidida por monseñor Antonio Cañizares, arzobispo de Toledo. Monseñor Cañizares entregó a la ministra un Documento de la Comisión Episcopal de Enseñanza, que será objeto de estudio por parte del Ministerio. El encuentro fue valorado por el secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, como «el inicio de un proceso de diálogo para intentar encontrar puntos de acuerdo en relación con el borrador de la ley de reforma de la enseñanza, que se elaborará en los próximos meses».
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