Menú

El frío no paraliza a Europa

Las consecuencias de la ola de frío polar, la cumbre de Laeken y el proyecto de constitución europea y la ruptura entre el Príncipe y Eva Sannum son los asuntos que más destaca la prensa de hoy.

La portada de La Vanguardia muestra una impresionante imagen de la carretera N-II en la dirección del túnel del Bruc, repleta de camiones varados en la nieve, que resume el colapso que sufrió ayer Cataluña en sus servicios públicos: carreteras, ferrocarriles y fluido eléctrico. La Generalitat responsabiliza, con razón, a Endesa de los apagones que ayer afectaron a 200.000 abonados en Cataluña, por actuar con negligencia en su política de inversiones para garantizar el suministro eléctrico (ya de por sí precario en circunstancias normales), sobre todo cuando la compañía había emitido una nota poco antes del temporal de nieve, en la que aseguraba estar “preparada para la ola de frío siberiano en Cataluña”. Para ABC, la responsabilidad de la Generalitat, del Gobierno central y de los ayuntamientos no es menor que la de Endesa: “Las Administraciones (central, municipal y autonómica) tienen en su mano facilitar la resolución del problema, haciendo menos farragosos los trámites para implantar nuevas líneas”. A lo cabría añadir que en un mercado eléctrico verdaderamente competitivo (y no cartelizado, intervenido, y con clientela cautiva, como el actual), situaciones como la de ayer serían mucho menos frecuentes de lo que son. El País es muy crítico con la Generalitat: “El caos de servicios y comunicaciones que está viviendo Cataluña ha puesto también al descubierto la incapacidad del Gobierno catalán...La Generalitat no parece tener otro recurso que el de alertar a los ciudadanos, y regañarles después por no haber obedecido”. Cabría preguntarse para qué quiere Pujol tantas competencias autonómicas si después su Administración no es capaz de arbitrar los medios y la coordinación necesarias —presupuesto no le falta— para garantizar mínimamente el funcionamiento los servicios públicos en caso de emergencia. Cuatro mil personas atrapadas en las carreteras catalanas, —algunas de ellas un día entero— y la clamorosa ausencia de los mossos d’escuadra, son un testimonio elocuente de esa incapacidad, que hubo de suplir el ejército español.

De constituyente califica El País el proceso iniciado en Laeken. Una convención presidida por Giscard D’Estaing —político “amortizado”, según el editorialista, y que no interesa a los jóvenes— será la encargada de dar los primeros pasos hacia una verdadera unión política. En opinión de El País, la Unión Europea progresa “demasiado despacio para mantener bien el rumbo hacia un destino desconocido”. Frase enigmática donde las haya, puesto que no queda claro si ese lento progreso es una medida de prudencia ante lo desconocido, o más bien quiere decir que es necesaria cierta velocidad, como en la bicicleta, para mantener una trayectoria definida y equilibrada. En cualquier caso, la experiencia demuestra que no es prudente avanzar a toda velocidad en el diseño de un nuevo estado, sobre todo cuando sus leyes e instituciones políticas se van a crear en el “laboratorio”. La Historia está repleta de legisladores “geniales” que, cuando consiguieron implantar sus teorías políticas, provocaron verdaderos desastres.

El Mundo coincide en señalar que el liderazgo de Giscard no es el más apropiado para los grandes retos a los que se enfrenta Europa en los próximos años: “Entre ellos, perfilar esta reforma institucional que coincidirá con una ampliación (...) Será difícil encajar una cosa y otra sin un fuerte liderazgo político que no corresponde a Giscard y que Prodi difícilmente logrará encarnar”. También se felicita por la adopción de la euroorden, calificándola de “importante avance hacia la creación de un espacio judicial único, una de las asignaturas pendientes de Europa”. Sin embargo, una cosa es el consenso antiterrorista, y otra muy distinta la deseabilidad de un espacio judicial único. El actual grado de homogeneidad de las sociedades europeas quizá no lo justifica, y en EEUU, —modelo de estado federal con una sociedad mucho más homogénea culturalmente que la europea— sólo existe el “espacio judicial único” para los delitos de extrema gravedad o contra la seguridad del Estado.

La Razón expone la curiosa tesis de que la construcción de Europa no se ha hecho de espaldas a los ciudadanos, “...Porque, de ser así, no se habría alcanzado el nivel de unidad del que hoy gozamos y las instituciones de la Unión se habrían derrumbado hace tiempo”. Pero cuando los ciudadanos han tenido ocasión de votar (en Dinamarca e Irlanda), han dado la espalda a Bruselas, evidenciando que no están tan “preparados” como los políticos para transferir soberanía nacional y recursos a una megaburocracia europea que administra generosos subsidios para actividades improductivas y cuyo ejército de funcionarios se ocupa de regular cada aspecto del comercio, la economía y la vida ciudadana. Mucho tendrán que cambiar las instituciones europeas para que gocen de la aprobación mayoritaria de los ciudadanos y sean un verdadero instrumento de libertad y progreso.

© www.libertaddigital.com 2001
Todos los derechos reservados

Titulares de Libertad Digital
Suscríbase ahora para recibir nuestros titulares cómodamente cada mañana en su correo electrónico. Le contamos lo que necesita saber para estar al día.

  
!-->

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal