Poderes fácticos contra el Gobierno

La detención de Arnaldo Otegi durante dos horas y media en la frontera francesa, y su posterior expulsión a España, es el denominador común de las portadas del domingo. La carta pastoral de los obispos vascos, así como la carta firmada por 358 sacerdotes de esas mismas diócesis es también otro tema destacado, junto con la situación en Cachemira y la salida del corralito argentino, completan la actualidad informativa de hoy.

Detención de Otegi

Aun a pesar de ser noticia destacada en todas las portadas, ningún diario de ámbito nacional ha le dedicado comentario editorial. Tan sólo La Razón, que titula “Lección de Francia al detener y expulsar al proetarra Arnaldo Otegi, que había gritado ‘gora Eta’ en territorio galo”, se pronuncia con claridad, —aunque no en editorial, sino en el sumario de su tercera—, destacando con todo acierto que “esta actitud —de Francia— deja en evidencia a la Sala Segunda del Tribunal Supremo español, que archivó la querela presentada por la Fiscalía contra Otegi”. Así es, efectivamente. Los franceses nos han demostrado que, cuando se quiere, no hay obstáculos que valgan para no aplicar la ley. En este caso, un antiguo decreto de expulsión de 1984 contra el líder proetarra por promover desórdenes cuando militaba en Eta, ha servido a las autoridades francesas para poner coto a la impunidad de la que Otegi, por desgracia, goza en España gracias a los melindres judiciales. Queda en el aire la cuestión de si los jueces españoles se hubieran atrevido a aplicar un antiguo decreto, o más bien se hubieran inclinado por hacer todo lo posible para encontrar formas de no aplicarlo. Hoy por hoy, y visto lo visto, parece que no hay muchas dudas al respecto.

Obispos y curas “comprometidos”

La Razón y El Mundo dedican sendos comentarios editoriales a la pastoral conjunta de los obispos vascos y a la carta que firman más de 350 curas de sus diócesis. La Razón se expresa con toda contudencia: “los sacerdotes, radicalizados en la inhumana ‘equidistancia’ que olvida que los únicos que apelan a la violencia, asesinan, extorsionan e impiden la libertad están en su lado, son más claros que sus prelados: buscan una ‘Iglesia vasca’, una conferencia episcopal separada del resto de España para servir a un Estado independiente (...) ahora falta conocer la respuesta vaticana (...) Los españoles tienen derecho a saber si en la jerarquía eclesiástica vasca se ha apostado ya, unos en silencio y otros de forma activa, por apoyar la vía soberanista ya sea como medio de permanecer en privilegiada posición si triunfa el secesionismo o como recurso para no convertirse en víctima de la misma limpieza étnica que quiere expulsar, vivos o muertos, a todos los que no piensen en clave nacionalista y se atrevan a disentir”. Nada que añadir ante tan brillante argumentación, tan sólo queda lanzar otra cuestión al aire: ¿Ha habido un verdadero cambio de orientación política en la Iglesia vasca, o más bien obispos y sacerdotes han optado por “salir del armario” nacionalista en el que se hallaban semiocultos? La larga historia de complicidades entre la Iglesia vasca y el nacionalismo deja pocas dudas al respecto.

Huelga general

El Mundo publica una encuesta sobre la valoración y apoyo de la huelga general convocada por UGT y CCOO por parte de la ciudadanía. Según el sondeo, casi un 70% piensa que no se han agotado las posibilidades de negociación. Un 39% culpa del fracaso del diálogo al Gobierno, mientras que sólo un 19% lo achaca a los sindicatos, y un 21% a ambas partes. El 61% teme que los piquetes coaccionarán a quienes deseen incorporarse a su puesto de trabajo el día 20.

Estos datos muestran con toda claridad una de las asignaturas pendientes de este Gobierno: la comunicación. A este tenor, El Mundo señala en su editorial que “si, como se suele decir, además de tener razón, hay que convencer, el Gobierno ha fracasado en esta batalla de la imagen. Máxime cuando el 66% responde que los sindicatos han elegido la fecha para perjudicar al Ejecutivo y cuando la mayoría piensa que el paro perjudicará la imagen y los intereses de España”. Sin embargo, cuando El Mundo recomienda veladamente al Gobierno y a los sindicatos, a la luz de los datos de la encuesta que ha encargado, que “deberían hacer un último esfuerzo para llegar a un acuerdo, todavía factible mientras el Parlamento no convalide el decreto ley de la reforma” no se muestra muy coherente con su planteamiento anterior. Los fallos de comunicación del Gobierno no le restan un ápice de razón en su postura, y los resultados del sondeo encargado por El Mundo son precisamente reflejo de ello.

ABC compara en su editorial la situación actual de España con la de las huelgas generales de la época del PSOE, y concluye que “en medio de este panorama, bastante menos desolador que aquellos —1988 y 1992—, los sindicatos irán a la huelga general en contra de la feforma del desempleo, un proyecto de ley que, objetivamente, ni abarata ni facilita el despido y que tampoco recorta las prestaciones ni reduce el tiempo de percepción de las mismas (...) A estas alturas, ya está meridianamente claro que el 20-J será la primera gran huelga política de la democracia”. En efecto. La izquierda, como en 1934, no acaba de aceptar la derrota de las urnas y pretende neutralizarla por los medios que les son propios, es decir, los revolucionarios, al margen de las urnas y de la voluntad que los ciudadanos han expresado en ellas. Al parecer, los únicos “legitimados” para gobernar son los “progresistas”, y el gobierno de la derecha es algo así como una anomalía histórica que es preciso borrar por medios drásticos, si es que los democráticos “no funcionan” de acuerdo con los “designios de la Historia”. La deslealtad institucional de Zapatero y, sobre todo, de Chaves, muestran claramente que las tácticas del PSOE han cambiado poco desde los años treinta.