Menú
Jorge Vilches

El presidente y la prostituta

Ya puestos, la sanchopancesca declaración se podría colgar en la página web del Gobierno cántabro, justo en el saludo presidencial. Porque como el mismo Revilla dice en el portal institucional: "No hay nada como el contacto personal".

No tengo la menor duda de que cualquiera de estas televisiones que se precian de hacer ese tipo de periodismo que recurre a la víscera ajena, sin reparos morales ni coherencia, debería buscar y encontrar a toda costa a la prostituta a la que pagó Revilla. ¡Qué entrevista en primetime! ¡Contando a cara descubierta cada minúsculo, diminuto e íntimo detalle de dicho encuentro! Luego habría que pasar las frases entresacadas en cada boletín informativo. Las tertulias vociferantes tendrían que sentar cátedra sobre el episodio, mientras picantes sms salpicaran la pantalla con exabruptos repletos de faltas de ortografía. Y no podría faltar una miniserie de TV, protagonizada por progres hollywoodenses, que recreara el acalorado encuentro.

Es más, el presidente Revilla debería comprometerse con los institutos de enseñanza secundaria de Cantabria para pronunciar en cada uno de ellos una aleccionadora conferencia sobre el tema. Incluso podría incluirse entre las actividades obligatorias del programa de la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Y qué edificante sería el insertar el ejemplo en los manuales de dicha disciplina en los capítulos de la iniciación adolescente al sexo, con un simpático gráfico que mostrara de una forma clara la solución presidencial a un físico poco agraciado.

Y ya puestos a aprovechar la ocasión, la sanchopancesca declaración se podría colgar en la página web del Gobierno cántabro, justo en el saludo presidencial. Porque como el mismo Revilla dice en el portal institucional: "No hay nada como el contacto personal".

Los demás, los que señalan que el presidente cántabro ha hecho apología de la prostitución, son "sepulcras (y sepulcros) blanqueadas (y blanqueados)", un atajo de fariseos, farsantes, hipócritas habitantes de lupanares, casas de mancebía y lugares de alterne, sexomaníacos que no han salido del armario. Porque Revilla, además, ha lanzado un reto a Cantabria y al resto del mundo: si alguien le ha visto en un club de esos desde que salió de Bilbao –si lo vio Vd. allí no vale– está dispuesto a entregarle su sueldo del próximo año. Por cierto, ¿cuándo son las elecciones?

En lo que sí acierta el presidente Revilla es en que los esfuerzos de los políticos deberían dedicarse a buscar soluciones a la grave crisis económica. Efectivamente, y no en empobrecer la imagen de Cantabria y perder el tiempo yendo a un programa de televisión a hablar de unas intimidades humillantes que podría habernos ahorrado.

En Sociedad

    0
    comentarios