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José Luis González Quirós

La coherencia de Rajoy

¿Cómo se va a reformar un partido que consiente que los cargos sean nombrados directamente por un dedo divinal a quien nadie cuestiona?

Días después de la consulta catalana, el presidente del gobierno decidió que tenía algo que contar a los españoles. Pese a los antecedentes, la rueda despertó cierta expectación, porque hasta lo insulso atrae cuando es sumamente raro y no debiera serlo.

Creo que es justo decir que Rajoy no satisfizo a nadie ni decepcionó a ninguno, porque las expectativas ante un pronunciamiento marianil son las que son, y no va a cambiar a estas alturas, sigue todavía con el brillante guión que estableció al leer en directo una escueta lista de sus ministros para informar al público sobre su nuevo Gobierno sin merma ni tardanza.

Nadie puede dudar de que las respuestas de Rajoy en esta última intervención han sido breves y esperadas. Se supone que el presidente cree que eso es lo que nos tranquiliza y nos consuela. Hubo una pregunta, en particular, a la que respondió con un monosílabo, con una tajante negación, alterando incluso el orden de las tres preguntas que le formuló el periodista, al que al parecer, mira que hay gente rara, le interesaba saber si el presidente pensaba que pudiera ser necesaria alguna reforma en el PP: no, claro.

¿Reformar un partido que ha obtenido la mayoría absoluta y continúa yendo relativamente bien en las encuestas a pesar de haber hecho en casi todo, en todo lo importante, lo contrario de lo que prometió hacer? ¿A quién se le ocurre? Un partido así es un invento prodigioso, un chollo político de primera calidad, y no va a ser su presidente quien ponga en riesgo las posibilidades de tal portento arriesgándose a tocar, aunque sea muy ligeramente, algo que funciona tan a pedir de boca.

Véase el caso más de cerca: ¿cómo va a tocarse un partido que tiene a quien fue su tesorero en chirona por acumular unas decenas de millones de euros de origen extraño? ¿Cómo va a reformarse un partido en el que los imputados, con lo que cuesta llegar a eso, son legión? ¿Cómo se va a reformar un partido en el que nadie rechista? ¿Cómo se va a reformar un partido que consiente que los cargos sean nombrados directamente por un dedo divinal a quien nadie cuestiona? ¿Cómo poner en riesgo la paz y el orden interno en un partido que parece dispuesto a soportar con sacrificio y disciplina el diezmo de sus dirigentes en aras del bien del propio partido, esto es, de quien todo lo manda y lo provee?

A ver si nos enteramos, lo que hay que reformar es la sociedad española que se deja llevar por bulos y campañas, por lo que antes se llamaban cantos de sirena; hay que meter mano a los periodistas y a los medios de prensa para que dejen de publicar infundios y difundir noticias inquietantes, en lugar de dar cuenta de las promesas fiscales, los brotes verdes y el pasmo universal que producen unas reformas que lo mejoran todo sin apenas tocar nada. Orwell decía que los partidos serían capaces de hacer creer al público que habían sido los inventores del helicóptero, pero era un exagerado. Aquí lo que el presidente se apunta es la bajada de la prima de riesgo y el no rescate, datos que nos han granjeado universal admiración y respeto, coda que solo podrán negar los muy resentidos, por más que el déficit siga a lo suyo y la deuda creciendo, progresando adecuadamente.

La coherencia de Rajoy, su imperturbabilidad, su sabia administración de los tiempos… un dechado de virtudes que el PP haría muy mal en no seguir explotando hasta el final, sin dejarse llevar por los nervios y el demonio de la envidia, por el afán de gresca. Lo que hay que hacer es mejorar la comunicación, sería enormemente injusto, y muy peligroso, pedir más, porque ya se sabe: "Nada es fácil, pero hacemos lo que podemos". Palabra de Rajoy.

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