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Los enigmas del 11M

Chupasangres

Editorial del programa Sin Complejos del domingo 5/8/2012

Si yo menciono el nombre de Christopher Lee, ustedes pensarán inmediatamente en el famoso Conde Drácula, a quien ese actor inglés interpretó en ocho películas, entre 1957 y 1973. Pero no es el único villano al que Christopher Lee ha interpretado: también ha hecho de Frankenstein, de la Momia, de Mefistófeles, de Fu-Manchú e incluso de Saruman, el mago malvado de "El señor de los anillos". Christopher Lee es uno de los más prolíficos malos de toda la historia del Cine.

Aunque no solo ha hecho de malo. En 2009 fue incluido en el Libro Guiness de los Récords como el actor que más películas de cine y de TV ha interpretado: más de 300 films en 64 años de actividad profesional. Y, obviamente, a lo largo de su carrera ha interpretado todo tipo de papeles.

En realidad, la del inglés Christopher Lee es una personalidad enormemente polifacética y muy interesante. De familia aristocrática, está emparentado con Ian Fleming, el creador de James Bond, y su familia materna recibió su escudo de armas de manos del emperador Federico I Barbarroja, hará unos 9 siglos.

Christopher combatió como voluntario en la Segunda Guerra Mundial, primero contra los rusos y al lado de los finlandeses, y después en el ejército de su país contra los alemanes, participando en operaciones especiales y en tareas criptográficas.

Habla con fluidez el inglés, el francés, el alemán, el español y el italiano, y se defiende sobradamente en ruso, en griego y en sueco. En lo que respecta a su vida personal, llama la atención el que, en un mundo muy dado a las rupturas matrimoniales, como es el del cine, haya estado casado más de medio siglo con su primera y única mujer, la modelo danesa Birgit Kroencke.

Pero, sobre todo, Christopher Lee ha sido, y sigue siendo, una voz memorable. Con su tono de bajo profundo, ha actuado de narrador en numerosas películas, ha prestado su voz a muchísimos videojuegos, ha doblado a personajes de dibujos animados, ha cantado ópera e incluso, y quizá esto sea lo más sorprendente, ha colaborado en la grabación de numerosos álbumes musicales de grupos de "heavy metal", como por ejemplo Manowar.

De hecho, en 2010, a los 88 años de edad, Christopher Lee sacó al mercado su primer disco de rock sinfónico, cuyas canciones, compuestas por el italiano Marco Sabiu, están basadas en la figura de Carlomagno.

Como ven, Christopher Lee es todo un personaje, a pesar de lo cual resulta inevitable asociarlo a la figura del villano que le dio fama mundial: el Conde Drácula, ese vampiro transilvano de noble cuna que se alimenta de la sangre de los seres humanos.

Aquí, en España, hemos conocido esta semana que el gobierno nacionalista catalán ha dejado de pagar a las residencias de ancianos, de enfermos mentales, de drogodependientes y de menores tutelados un total de más de 70 millones de euros. Para colmo, se ha anunciado que se pretende cobrar, a cada niño que se lleve al colegio su tartera con el almuerzo, 3 euros diarios en concepto de uso del comedor. Antes de eso, ya aprobó el gobierno catalán el cobro de 1 euro por cada receta médica, con lo que más de 250 medicamentos han pasado a ser más caros en Cataluña con receta, que sin ella.

Y todo esto sucede mientras conocemos, un día sí y otro también, nuevos datos sobre las corruptelas de la casta política catalana: el caso Palau, el caso ITV, la Operación Pretoria... Cataluña es un inmenso cenagal donde una serie de golfos se han estado lucrando con el dinero público sin el más mínimo rubor. Por poner un ejemplo, el dinero robado solo en el Caso Palau supera lo que la Generalitat adeuda en estos momentos a las residencias de ancianos.

Y no se trata solo de corrupción, sino también de despilfarro al servicio de la causa nacionalista, lo cual no deja de ser otra forma de corrupción, aunque de carácter legal. El dinero que se invierte en los canales autonómicos catalanes, por ejemplo, es tres veces más que lo que se adeuda hoy a las residencias de todo tipo. O, por poner otro ejemplo, el dinero de las embajadas catalanas daría para pagar con creces el euro por receta que a los catalanes les cobran.

La casta nacionalista que gobierna Cataluña desde hace tres décadas se ha dedicado a chuparle la sangre a los catalanes de la manera más desvergonzada. Y mientras las víctimas estaban rollizas, mientras el dinero fluía de manera alegre, todos miraban hacia otro lado. Pero ahora los catalanes están en las últimas, como todos los españoles, a pesar de lo cual, esa casta que ha hecho del nacionalismo su negocio sigue exprimiéndolos para intentar extraerles hasta el último céntimo.

Son unos chupasangres siniestros, como el Conde Drácula que tanta fama le diera a Christopher Lee. Pero al menos el actor inglés era capaz de variar de papel y sabía también hacer otras cosas: por ejemplo, cantar como los ángeles.

Los políticos de la casta nacionalista, ni siquiera eso. Si dejaran de chupar la sangre a los demás, morirían de inanición.

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