Para ver hasta qué punto está siendo un éxito la Jornada Mundial de la Juventud, no hay mejor termómetro que el creciente grado de crispación que muestran los cuatro gatos a los que este multitudinario evento les molesta.
Ayer, la manifestación anti-papa cosechó un sonoro fracaso, logrando congregar apenas a unas 2000 personas, siendo muy generosos. Eso sí: intentaron compensar su escaso poder de convocatoria exhibiendo una agresividad hacia los participantes en la JMJ que lo único que ha puesto de manifiesto es el sectarismo visceral y violento que anima a esos autoproclamados defensores de la laicidad.
Los kaleborrokos anticatólicos arrojaron preservativos a los peregrinos, les enseñaron su feo culo, les increparon, insultaron al Papa... Y tan solo consiguieron que todos tuviéramos una oportunidad de oro de contrastar su siniestro odio con la serenidad con la que los participantes de la JMJ aguantaron estoicamente las provocaciones.
El calentamiento previo a la algarada antipapal de ayer corrió a cargo de aquellas asociaciones laicistas que no han tenido reparos en mentir sobre la financiación de la Jornada Mundial de la Juventud, afirmando que el Estado sufragaba con 50 millones de euros la visita, cuando lo cierto es que la JMJ de Madrid (a diferencia de las celebradas anteriormente en Alemania y en Australia) no cuenta con un solo euro de subvención pública.
Aunque tampoco hubiera pasado nada si hubiera existido esa subvención pública ficiticia que los anticatólicos denunciaban: España y Madrid son, durante esta semana, portada informativa en los medios de comunicación de medio mundo, y sólo esa publicidad gratuita de nuestro país ya valdría mucho más que esa supuesta subvención. Pero es que, además, los ingresos para el sector turístico español están siendo extraordinarios, en un momento para nuestra economía especialmente delicado.
Dentro de las maniobras de "calentamiento" para la agitación callejera contra la JMJ, no podemos dejar de comentar el peculiar episodio del mexicano detenido por, supuestamente, intentar atentar con productos tóxicos contra la manifestación anti-papa.
Ese mexicano fue presentado por algunos medios de comunicación como un "ultracatólico" violento. Sin embargo, y tal como ha desvelado el bloguero Elentir en su página web, "Contando Estrelas", el asunto apesta a montaje a un kilómetro: un sujeto que se dedica a poner mensajes en foros públicos diciendo que va a atacar la manifestación laica (¡uf!), que pide en público voluntarios que aporten productos químicos tóxicos (¡uf, uf!), que pone su correo electrónico para que se le identifique sin problemas (¡uf, uf, uf!), que se dedica a lanzar mensajes indigenistas (¡sopla!) y cuya firma, además, remite a los potenciales lectores de sus mensajes a una web de extrema izquierda, en la que se caricaturiza al Papa como un nazi (¡puaf!).
En fin, que estamos viendo de todo en estos días, a cuenta de la visita del papa Benedicto XVI a España. Y lo que nos queda por ver.
Pero lo que está claro es que, la pesar de la rabia de unos pocos, la JMJ está superando todas las expectativas y Madrid se está volcando en unas jornadas que enorgullecen a la mayoría de los españoles.