La cueva de Bracken está situada cerca de la ciudad de San Antonio, en el estado americano de Texas. La cueva es conocida por ser el hogar de una colonia de más de 20 millones de murciélagos, lo que convierte a ese lugar en la mayor concentración mundial de mamíferos, excepción hecha, por supuesto, de los seres humanos.

Los murciélagos llegan a la cueva todos los años a principios de febrero y permanecen en ella hasta noviembre, momento en que emprenden el viaje a México, para pasar allí el invierno.

Durante su estancia en la cueva de Bracken, los murciélagos depositan cada año entre 80 y 100 toneladas de guano, es decir, de excrementos. Y como el guano de murciélago es un excelente abono para las plantas, no es de extrañar que los lugareños lleven explotando esa auténtica mina de guano desde hace por lo menos 150 años. Es debido a esa explotación comercial que el guano no se acumula en demasía dentro de la cueva.

Sin embargo, en la cueva de Gomantong, en Borneo, la cosa es completamente diferente. La cueva de Gomantong alberga también una impresionante colonia de unos dos millones de murciélagos. Pero los lugareños no se han dedicado a aprovechar comercialmente el guano de manera tan intensa, porque la cueva también es el hogar de otro tipo de animales que proporcionan un negocio mucho más lucrativo.

En concreto, en esa cueva habitan dos especies de pájaros que fabrican los famosísimos nidos con los que se prepara la sopa de nidos de golondrina tan típica de la cocina china. Se trata de una auténtica delicatessen, y los nidos de la cueva de Gomantong son de altísima calidad. Así que, ¿para qué vas a perder mucho tiempo recolectando guano, que se vende en el mercado a menos de 8 dólares el kilo, pudiendo vender nidos de golondrina, cuyo precio es 200 veces superior?

Debido a ese comprensible desinterés de los lugareños, los excrementos de murciélago han ido acumulándose en la cueva de Gomantong a lo largo de los siglos, hasta formar una inmensa montaña de guano... ¡de 30 metros de altura, tanto como una casa de 8 pisos! ¿Se imaginan ustedes semejante montaña de guano?

El miércoles, la recién elegida presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, María Dolores de Cospedal, reveló que las facturas impagadas en esa autonomía ascienden a la friolera de 1700 millones de euros, 1000 millones más de lo que el ex­-presidente socialista Barreda había declarado antes de dejar el cargo.

Esos datos sobre las ocultaciones en las cuentas públicas, esos detalles sobre la ruina en que el PSOE ha dejado a la comunidad de Castilla La Mancha, se añaden a otros episodios similares que hemos ido conociendo desde que el PP ganara las pasadas elecciones municipales y autonómicas.

Así, por ejemplo, la opinión pública ha recibido con estupor noticias tales como la destrucción masiva de papeles en numerosos ayuntamientos, o la desaparición de los ordenadores en otros, o que el consistorio municipal de Sevilla debía facturas a proveedores desde hace más de diez años, o que en Córdoba el presupuesto municipal se agotó ya en el primer trimestre o que en Aranjuez la deuda del ayuntamiento es equivalente a cuatro veces el presupuesto anual del municipio.

El acceso del PP al poder autonómico y municipal está revelando que los agujeros económicos de las administraciones socialistas son mucho, muchísimo más grandes de lo oficialmente admitido. Y si en un ayuntamiento como Aranjuez nos encontramos con 175 millones de deuda, y si en una comunidad como Castilla La Mancha nos enteramos de que se deben 1000 millones más de lo previsto, la pregunta que a todos se nos viene a la mente es: ¿qué narices nos vamos a encontrar cuando el PSOE salga del gobierno de la nación?

¿Qué trucos contables habrá empleado el gobierno de Zapatero para maquillar las cifras de la deuda? ¿A cuánto ascenderá el endeudamiento real? ¿Cuál será el montante total de las facturas pendientes de pago? ¿Cuánto dinero habrá realmente desaparecido?

Visto lo que se está descubriendo en esos lugares donde el PSOE ha sido arrojado del poder el pasado 22 de mayo, el problema no va a ser que nos encontremos la caja vacía, porque ya se da por descontado que no hay un maldito euro en la caja. El verdadero problema es cuántos pagarés ya vencidos nos vamos a encontrar.

Les hablaba antes de ese monstruoso depósito de guano, de 30 metros de altura, que los murciélagos de la cueva de Gomantong han ido generando a lo largo de los siglos. Bueno, pues eso no es nada comparado con la montaña de mierda que nos va a caer encima cuando el PSOE pierda las próximas elecciones y abramos la caja del gobierno central.

¡Que Dios nos pille confesados!