Menú
Max Boot

Cada vez son más los críticos del acuerdo con Irán

Estupor ante las inauditas concesiones que está haciendo el presidente a un régimen que tiene por eslogan "Muerte a América".

El presidente Obama pretende que todo el que se oponga al acuerdo nuclear que se quiere alcanzar con Irán es un belicista, pues la guerra sería la supuesta consecuencia de no alcanzarlo. Pero es difícil lanzar esa acusación contra algunos críticos que han hecho oír su voz en los últimos días.

En el Wall Street Journal, los exsecretarios de Estado George Shultz (artífice del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio suscrito con la URSS) y Henry Kissinger (artífice del Acuerdo de Limitación de Armas Estratégicas con la URSS y de la apertura a China) han cargadocontra el pacto buscado por Obama. Han advertido de que no sólo va a ser extremadamente difícil ejecutarlo, también de que es altamente improbable que vuelvan a imponerse las sanciones incluso si se pilla a Irán haciendo trampas:

Irán está en condiciones de violar el acuerdo por decisión propia. [Pero] restituir las sanciones más efectivas precisará de una acción internacional coordinada.

La consecuencia de estas negociaciones, advierten, será el fortalecimiento regional de Irán y una carrera nuclear en Oriente Medio:

Para los Estados Unidos, una década de restricción de la capacidad nuclear iraní es un lapso probablemente esperanzador. Para los vecinos de Irán, mediatizados por una rivalidad milenaria, es un anticipo de una cotidianidad aún más peligrosa. Es probable que algunos de los actores principales de Oriente Medio vean a Estados Unidos dispuesto a conceder capacidad nucleares militares a quien consideran su peor amenaza. Muchos de ellos pedirán, cuando menos, capacidades equivalentes. Arabia Saudí ha dicho que se apuntará a esa lista; otros parecen dispuestos a seguir sus pasos. En este sentido, las repercusiones de la negociación son irreversibles.

También en el WSJ, Aaron David Miller (uno de los principales asesores de Bill Clinton en lo relacionado con las negociaciones de paz entre Israel y los palestinos) es aún más duro: "Lo que sabemos ahora", escribe, "sugiere que los mulás se han llevado la mejor parte". "Estados Unidos ha pasado de tratar de desmantelar un supuesto programa nuclear militar a imponer una serie de limitaciones [al mismo]", explica. "Un tanto para los mulás".

Para cuando se llegue a un acuerdo definitivo, el derecho de Irán a enriquecer uranio y a disponer de una infraestructura nuclear podría ser validado por una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Eso sería otra victoria para los mulás.

Por último, Miller apunta:

Es alucinante que el presidente de los Estados Unidos proteste por las tremendas declaraciones del señor Netanyahu sobre los árabes israelíes y no arremeta contra Teherán por sus violaciones de los derechos humanos.

También en el Journal, William Galston (pensador demócrata e igualmente exasistente de Bill Clinton) no se pronuncia totalmente en contra del acuerdo, pero propone reforzarlo en el sentido que defiende el Gobierno israelí, entre otros, y que Obama seguro rechazará. También escribe:

Muchos de nuestros aliados tradicionales en Oriente Medio temen estar siendo sacrificados a la aspiración del Sr. Obama de alcanzar un logro histórico con la República Islámica. Obama debería tranquilizarlos reforzando las garantías americanas de seguridad, prometiendo presencia americana militar de largo plazo y actuando con más firmeza contra la injerencia iraní en los asuntos internos de otros países (…) Y, finalmente, la Administración Obama debería relajar su oposición al posible veto del Congreso a un acuerdo final.

Cuando se le preguntó sobre el artículo de Kissinger y Shultz, lo mejor que pudo hacer la portavocía del Departamento de Estado fue describirlo como "un montón de grandes palabras y grandes pensamientos", como si eso fuera una crítica. (¿Prefiere esta Administración las palabras y los pensamientos pequeños?). ¿Qué piensa la Casa Blanca de Shultz, Kissinger, Miller y Galston? ¿Son también neoconservadores belicistas? ¿O simplemente es posible que sean centristas razonables que tienen graves reservas hacia las inauditas concesiones que está haciendo el presidente a un régimen que tiene por eslogan "Muerte a América"?

Temas

En Internacional

    0
    comentarios