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Miguel del Pino

La fiebre del telurio

Los fondos marinos encierran yacimientos minerales insospechados, algunos de los cuales podrían ser muy importantes para las nuevas tecnologías.

Los fondos marinos encierran yacimientos minerales insospechados, algunos de los cuales podrían ser muy importantes para las nuevas tecnologías.
Fragmento de un disco de telurio. | Wikimedia

Como si el Archipiélago canario no contara con suficientes bendiciones por parte de la Madre Naturaleza, algunos de sus fondos submarinos podrían encerrar riquezas incalculables en materiales raros y valiosos, como el telurio. Nos enfrentamos a nuevas fiebres de explotación, aunque no a plazo inmediato.

Sólo a partir de los pasados años sesenta sabemos que los fondos marinos distan mucho de ser planicies poco accidentadas. El descubrimiento de la gran cordillera dorsal atlántica, que parte en dos longitudinalmente el fondo oceánico de dicha cuenca, demostró que el fuego volcánico del interior, que asciende y separa los continentes formando las llamadas placas, genera intensa actividad a grandes profundidades.

Emisiones submarinas de lavas, fuentes termales, montañas volcánicas sumergidas o emergidas y en definitiva las fuerzas tectónicas, muestran en muchos puntos submarinos mayor actividad que en tierra firme. Julio Verne no llegó a imaginar hasta dónde llegan los misterios y las maravillas de esas veinte mil leguas que hizo con su creatividad febril recorrer al "Nautilus".

Como consecuencia de tanta productividad geológica los fondos marinos encierran yacimientos minerales insospechados, algunos de los cuales podrían ser muy importantes para las nuevas tecnologías emergentes, como los que contienen las llamadas tierras raras, nombre que se da a 17 elementos metálicos poco abundantes en la superficie, o elementos como el vanadio, el rodio y, sobre todo el telurio.

La economía del futuro de muchos países y también la gestión del medio ambiente y hasta la conquista de la paz podrían depender en unos pocos años de la posesión o de la gestión de estos recursos minerales por parte de los países que tengan la fortuna de poseerlos. Digamos mejor "tengamos", porque Canarias cuenta con fondos submarinos que son al parecer riquísimos en el elemento telurio.

Especialmente al sur de la Isla del Hierro se han localizado yacimientos de minerales de telurio que podrían figurar entre los más importantes de nuestro planeta. El telurio es un elemento metálico que, junto a otros más o menos parecidos, como el vanadio, el rodio, el cobalto y el platino, pueden tener importancia progresiva en tecnologías como la fabricación de periféricos de ordenador o de baterías eléctricas aplicables al automóvil.

Desde el punto de vista geológico la mayor parte de estos yacimientos tienen origen hidrotermal, es decir se forman como consecuencia de la interacción de los gases cargados de azufre y metales que se emiten en las últimas fases de la actividad de las erupciones volcánicas submarinas. Por esta razón, los metales se depositan casi siempre en forma de sulfuros.

Algo muy parecido ocurre en algunos yacimientos minerales de tierra firme, como los que depositan la conocida Pirita (Sulfuro de hierro), pero aunque los sulfuros aparezcan en tierras emergidas, a veces alejadas del mar, en muchos casos los depósitos reconocen origen submarino, cuando en el pasado dichas zonas estaban sumergidas.

Es éste el caso de las minas de mercurio de Almadén, que figuran entre las de mayor importancia mundial en la proporción de Cinabrio (Sulfuro de mercurio). Almadén fue llamada "perla de la corona", por la importancia de su contribución económica a las arcas estatales.

Volviendo a los depósitos submarinos de sulfuros y otros compuestos metálicos hidrotermales en los fondos oceánicos, éstos suelen presentarse en forma de costras o de nódulos, también en acumulaciones semicristalizadas.

En Canarias, estas acumulaciones son especialmente ricas en las montañas submarinas conocidas como "Las Abuelas". Están demasiado cerca del paraíso natural y turístico que encierra el archipiélago como para que no siembre recelo la posibilidad de su explotación intensiva, pero de momentos tranquilos, porque no se trata de un proyecto a plazo inmediato.

Pero conviene ir pensando en la importancia de estos recursos a plazo de unos veinte años. Es de esperar que se disponga entonces de tecnologías de extracción cada vez menos contaminantes, pero seguramente Canarias volverá pronto a estar en la polémica ecologista, como lo está en la actualidad la zona relativamente similar de los fondos de las Islas Azores, en las que Portugal se apresta ya a la explotación a corto plazo.

La empresa canadiense "Nautilus" figura en este momento a la cabeza de la preparación de tecnologías adecuadas para la explotación de la minería submarina, un campo hasta ahora testimonial pero con un futuro imparable.

El telurio va a pasar pronto a ser tan conocido a nivel popular como lo fueron hace años el columbio y el tantalio, que combinados forman el famoso coltán, que tanta preocupación despierta por las consecuencias de su explotación en el corazón de África, zona inevitablemente conflictiva desde el punto de vista político.

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