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Miguel del Pino

Miedo al virus del mono. ¿Tratamiento inicial? Buena información

Tan irresponsable sería desencadenar una ola de terror al virus como trivializar su presencia reciente en numerosos países.

Tan irresponsable sería desencadenar una ola de terror al virus como trivializar su presencia reciente en numerosos países.
Imagen de recurso de la OMS sobre la epidemia de la viruela de mono | Pavlo Gonchar/SOPA Images via ZU / DPA

En España encaja fielmente el refrán: "El gato escaldado del agua fría huye".

Para la Ciencia el Monkeypox virus no es un desconocido: está perfectamente identificado y su definición lo presenta como "miembro del género Ortopoxvirus perteneciente a una gran familia de virus dermotropos capaces de producir enfermedades específicas en diferentes especies de vertebrados, principalmente de la clase de los mamíferos".

Los epidemiólogos lo definen como un virus tropical selvático con facultad para escapar eventualmente de sus reservas ecológicas típicas africanas. Esto es lo que de manera reciente está sucediendo a nivel mundial.

La reciente pandemia de coronavirus ha hecho que la población en general se haya informado minuciosamente, aunque solo sea a través de Internet, sobre la naturaleza y modo de vida de los virus; así, por ejemplo, es conocida su división en dos grandes grupos, los que tienen ARN como molécula genética base y los que portan ADN. Los coronavirus pertenecen a los ARNvirus; los Pox de la viruela en todas sus variantes son ADNvirus.

Por terminar de aclarar los tecnicismos digamos que "dermotropo" se refiere a la afinidad de estos virus por los tejidos cutáneos, donde suelen fijarse inicialmente produciendo las típicas pústulas, aunque posteriormente puedan pasar a mucosas, como las respiratorias, digestivas o genitales.

A causa de los millones de muertes que ha causado a lo largo de la Historia uno de estos virus, el Borrelliota variolae o Pox variolae, productor de la viruela humana, este grupo de virus ha sido profusamente estudiado y sabemos que cuenta con numerosas especies que atacan a diferentes mamíferos, aunque ocasionalmente alguna de ellas pueda extender su espectro de acción a las aves.

Ejemplos conocidos son el Cowpox (ganado vacuno) el Poxrabbit (Conejo), Pox muris o Mousepox (ratón), el Poxmonkey, conocido como "virus del mono" es el que en estos momentos nos preocupa por haber escapado de sus límites selváticos africanos.

Lucha interdisciplinar

Tanto la investigación como la lucha contra las epidemias deben enfocarse desde el punto de vista interdisciplinar. Por supuesto tienen la primera palabra las Ciencias Biomédicas, pero es necesaria la colaboración de expertos en sociología, economía, divulgación, en definitiva requiere una perfecta coordinación de todos los estamentos implicados en la lucha, algo que lamentablemente faltó, no solo en nuestro país sino a nivel mundial, en la gran pandemia causada por el último coronavirus. En este caso la información periodística sobre el "virus del mono" está siendo buena, pero solo ver aparecer a don Fernando Simón haciendo predicciones provoca no ya dudas, sino espanto: la credibilidad se gana o se pierde en función de los precedentes y muchos, comenzando por quienes nos mintieron imaginando supuestas "comisiones de expertos" que no existían, la han perdido por completo.

Esta vez no toleraremos no ser informados sobre la identidad de los expertos sanitarios que nos defiendan contra el virus: queremos saber quiénes son, con nombre y trayectoria científica, aunque no podamos evitar las dudas ante la evidencia de que aquellos que nos engañaron no hayan tenido que pagar las consecuencias de sus actos.

Por ejemplo es necesario remediar el desprecio total que sufrió nuestro cuerpo de veterinarios, que fue ignorado en la lucha contra la covid 2, aunque se suponía que se trataba de una zoonosis y se buscaba infructuosamente la especie reservorio.

En este caso todavía no se ha descubierto la especie de mono africano que ha originado la transmisión al hombre, ni tampoco el roedor que posiblemente la traspasó al mono; biólogos y veterinarios andan en estos momentos implicados en tal búsqueda, mientras los microbiólogos, inmunólogos y otros cuerpos de la profesión médica se afanan en la detención de la epidemia.

Historia de un gran triunfo

Durante toda la historia de nuestra especie tuvimos que sufrir el ataque de una especie de Poxvirus, la causante de la viruela humana, que se ha cobrado millones de vidas sin que hubiera remedio hasta que, en el siglo XVII, Edward Jenner obtuvo la primera vacuna, precisamente a partir de una especie próxima, el Poxcow del ganado bovino. A partir de este momento histórico la humanidad, inmunizada, consiguió la extinción del virus en la naturaleza gracias a la vacunación masiva y a un virus ayudante de esta, el Vaccinae. Los últimos cultivos se conservan blindados en laboratorios de alta seguridad. Fue una gran victoria.

Precisamente se piensa en la producción masiva de vacunas de viruela humana, capaz de alcanzar un 85% de inmunización contra la viruela del mono, para inmunizar frente a la expansión de la reciente epidemia. Por cierto, quienes peinamos canas y fuimos vacunados en nuestra infancia (antes de los años sesenta) contra la viruela humana, disponemos de alto nivel de protección contra la enfermedad actual.

El aumento del turismo "selvático" que se ha desarrollado en los últimos tiempos podría ser una de las causas de la escapatoria de la selva del virus del mono; es posible, pero faltan datos científicos que poco a poco iremos obteniendo. De momento, prudencia.

Mientras tanto solo se pueden calificar de despreciables las campañas que tratan de adjudicar el "sambenito" del origen de la extensión de la epidemia a partir de destinos turísticos privilegiados como forma de lucha comercial contra ellos.

Culpar a las mascotas exóticas sería otra solución fácil, pero erradicado prácticamente en nuestras latitudes el mantenimiento de monos como animales domésticos, hay que hablar con sumo cuidado de estos temas para que la exageración "mega animalista" no consiga la prohibición de la crianza de canarios o periquitos o la tenencia de carpines de acuario.

Confiando en nuestras autoridades sanitarias, reclamemos buena y puntual información por parte de profesionales cualificados como primera medida de lucha contra la nueva epidemia y un ruego muy especial a nuestro presidente del Gobierno: que se abstenga de ocupar los espacios de los telediarios clásicos para recrearse en sus interminables monólogos supuestamente "epidemiológicos" que tuvimos que soportar durante la pandemia.

Miguel del Pino, catedrático de Ciencias Naturales

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