La concesión de una plaza fija a gran parte de los funcionarios interinos es otra medida polémica de las muchas que ha adoptado el Ejecutivo socialpodemita. Además, como viene siendo habitual en sus anuncios, la medida carece de concreción, de manera que nadie sabe a cuántas personas beneficiará ni en qué términos. A día de hoy, según quién haga los cálculos, estamos ante una reforma cosmética que no afectará a la composición actual de la Función Pública o a las puertas de una modificación estructural de la Administración que beneficiará a casi un millón de empleados.
¿A cuántos interinos afectará la reforma en realidad? No se sabe. ¿De qué sectores? La ministra no lo aclara. Eso se verá cuando se publiquen las normas de desarrollo, momento en el cual las autonomías y los ayuntamientos podrán meter la cuchara. Sin embargo, hemos de felicitarnos por que el PSOE haya cambiado de forma tan radical la manera de meter en el presupuesto público a empleados temporales. En la Andalucía socialista, modelo de gestión pública elogiado por todos los presidentes socialistas, los planes de estabilización del empleo temporal iban dirigidos a un sector muy concreto y con sus miembros perfectamente identificados: se hacía funcionarios a los enchufados del partido. La reforma actual, en cambio, solo beneficiará a funcionarios interinos de larga data en el mismo puesto y se llevará a cabo mediante procesos selectivos. El cambio en el modelo de gestión sociata ha sido notable, las cosas como son.
Pero seamos justos. La funcionarización de los interinos no es una ocurrencia de Sánchez para ganar votos, como tantas otras que se vienen anunciando en los últimos meses. En última instancia, la estabilización del empleo público es una exigencia más de la UE, de cuyo cumplimiento depende la llegada de los fondos europeos que permitirán a Sánchez y sus ministros tirar de la chequera pública con prodigalidad hasta el final de la legislatura. Pierdan por tanto toda esperanza los partidos de la oposición: habiendo dinero público de por medio y con los socios sanchistas en plena subasta, el Gobierno aprobará la norma y los interinos serán funcionarizados. Enhorabuena a los premiados, muchos de los cuales podrán jubilarse en unos pocos años como funcionarios de carrera, después de llevar décadas al servicio de la Administración.