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Pablo Molina

John Cobra a Eurovisión

La Podemidad ha localizado una nueva agresión a la democracia y los derechos de los de abajo.

La Podemidad ha localizado una nueva agresión a la democracia y los derechos de los de abajo.
RTVE

La Podemidad ha localizado una nueva agresión a la democracia y los derechos de los de abajo, vulnerados por RTVE al no seleccionar para Eurovisión a ninguna de sus dos candidatas preferidas, a saber: un grupo femenino gallego que reclama la desaparición de las fronteras levantando una entre Galicia y el resto de España y una cantante que se pregunta por qué dan miedo las tetas. Esta vez, la cosa parece grave.

Los ultraizquierdistas han planteado varias preguntas parlamentarias para descubrir quién ha dado ese golpe de Estado musical seleccionando a una cantante hipersexualizada que, a diferencia de las intérpretes elegidas por Podemos, es guapa, canta bien y baila mejor. Esto lo hace un partido que forma parte del Gobierno, lo que da una idea del enfado existente entre sus filas y, de paso, acota de manera muy precisa cuál es en estos momentos la escala de preocupaciones de los socios de Sánchez.

Los dirigentes del partido ultra y las formaciones separatistas aseguran que RTVE ha manipulado el concurso para evitar que inundáramos Eurovisión de versos en galego, tetas y sororidad. Según la tesis de estos expertos en democracia, si la decisión la hubiera tomado el pueblo soberano, el resultado habría sido el correcto, o sea, el que ellos quieren.

Pero la democracia directa aplicada al ámbito eurovisivo ya se había probado antes, concretamente en 2010. Aquel año se presentó un personaje conocido por John Cobra, con una canción dedicada a su novia que lucía fragmentos tan memorables como éste:

¡Mi madre!, pensé. No sabía quién eras, qué ojazos, qué piernas, qué andares, qué maneras.

Irene Montero lo hubiera mandado detener por machinazi, pero el tipo quedó segundo en la preselección de candidatos por votación popular. No por la calidad de la letra ni por el timbre de su voz, rozando la afonía, sino porque los usuarios de una plataforma de internet decidieron votarle en masa como protesta por que TVE había descalificado a su primera opción: Chimo Bayo.

Podemos recuperar el experimento democrático y elegir al representante de Eurovisión del año próximo por sufragio universal, a ver qué sale. O eso o que lo elija el Congreso de los Diputados por mayoría de tres quintos, como si fuera una ley orgánica, para que los partidos hagan un ejercicio de diálogo, tolerancia y otredad. Peor que hemos quedado en el concurso en los últimos años no vamos a quedar.

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