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Pablo Planas

282,92 euros

Malamente, presidente. Todo lo que no quiere que se sepa es secreto oficial. Primero, la tesis, después los costes de sus presidenciales desplazamientos, luego el papel con 21 puntos que le entregó su colega Torra.

Malamente, presidente. Todo lo que no quiere que se sepa es secreto oficial. Primero, la tesis, después los costes de sus presidenciales desplazamientos, luego el papel con 21 puntos que le entregó su colega Torra.
EFE

Según el portal de las transparencias, el departamento de altos vuelos y el consejo del buen gobierno, el coste de los viajes del presidente del Gobierno es materia reservada y secreto ibérico por elevadas razones de seguridad nacional. Así es que pretende que el público se conforme con saber que en gastos de protocolo el desplazamiento del doctor Sánchez al festival musical de Benicasim fue barato, muy barato, nada más que de 282,92 euros.

En Moncloa no comprenden el revuelo montado con sus explicaciones sobre el vuelo a Castellón. Se quejan de las ganas de molestar de la oposición y de la mala fe de la prensa española manipuladora, que está todo el día dale que te pego con el presidente Top Gun y su afición a desplazarse en jet. ¿Que qué costó el viaje? Pues menos que desenterrar a Franco, desde luego.

A ojo de buen cubero, el Falcón de Sánchez chupa lo que cualquier Falcon, unos cinco mil y pico euros la hora en queroseno, a los que hay que sumar los costes de personal, pilotos, tripulación, asesores, asistentes y fotógrafo, abrir el aeropuerto de Castellón, el helicóptero Puma hasta Benicasim, los coches oficiales, alojamientos y demás. O sea que nada, ni siquiera los 282,92 euros de la avanzada que se desplazó antes que Sánchez para dar el OK a la expedición. Y no costó ni eso porque paga el pueblo y el dinero público no es de nadie, según dijo la vicepresidenta Carmen Calvo en su anterior reencarnación como ministra de Zapatero.

Dicen además en Moncloa que los viajes del presidente no tienen precio y Sánchez no sólo fue a ver la actuación del afamado conjunto The Killers, sino que se reunió con la alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, y mantuvo una cumbre con el presidente valenciano, Ximo Puig, y no con Chimo Bayo, como se había especulado.

Malamente, presidente. Todo lo que no quiere que se sepa es secreto oficial. Primero, la tesis, después los costes de sus presidenciales desplazamientos, luego el papel con 21 puntos que le entregó su colega Torra. Es que no ha querido ni aclarar si las gafas de sol para mirar papeles en vuelo son graduadas o no. Sea valiente, doctor. Diga la verdad, el monto global de la excursión a Benicasim. Si ni siquiera se le pide el detalle de con quién iba y venía. Y si se pone, cuente también si el viaje oficial a la boda de su cuñado fue tan barato que lo pagó el pueblo.

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