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Víctor Cheretski

Robar miles de millones del FMI

El 14 de agosto de 1998 el Fondo Monetario Internacional mandó a Rusia más de 4.800 millones de dólares para estabilizar su sistema financiero. Pero este dinero nunca llegó a su destinatario, ya que “se perdió” por el camino de Washington a Moscú. Mientras tanto, el 18 de agosto del mismo año, debido a esta pérdida, se produjo el tristemente célebre default que arruinó la economía rusa igual que a miles de inversores tanto en Rusia como en otros países. Sus desastrosas consecuencias se sienten hasta ahora.

El periódico liberal moscovita Versia (Versión) ofrece a los lectores los datos de la fiscalía suiza que sigue la investigación del caso, ya que una parte del dinero perdido se encuentra, al parecer, en bancos suizos. En cuanto a la fiscalía rusa, su expediente Nº 18/221050-98 sobre la desaparición del crédito fue cerrado hace cuatro años “por falta de pruebas”. Al mismo tiempo, el juez de instrucción, Nikolai Vólkov, encargado del caso y que “conocía demasiado” fue suspendido de su cargo igual que el fiscal general, Yuri Skuratov.

El rotativo espera que el caso sea reabierto porque hoy en día las pruebas sobran. Según la fiscalía suiza, desde el principio el dinero del FMI “emprendió un camino muy raro”. El crédito, recogido en el Banco de la Reserva Federal de EEUU, fue enviado al Republic Nacional Bank of New York. Este último, en vez de transferir el dinero a Moscú, lo mandó por mediación de su sucursal suiza a diferentes direcciones siempre fuera de Rusia.

¿Por qué lo ha hecho? Esto nunca lo sabremos porque el presidente de este banco, Edmon Safra, sospechoso de graves delitos financieros relacionados con la corrupción en Rusia, murió en diciembre 1998 en su casa blindada de Mónaco, en circunstancias muy oscuras. Su muerte se produjo después de que decidiera colaborar con el FBI sobre sus relaciones con los rusos.

Mientras tanto, una parte del dinero –2.350 millones de dólares– pasó al Bank of Sidney, una entidad bancaria ficticia que, recién creada, dejó de existir en septiembre de 1998. A continuación, el dinero fue a la cuenta de una empresa australiana, propiedad de la hija menor del presidente Yeltsin, Tatiana Diachenko. El resto del crédito fue desviado al National Westminster Bank en Londres (2.150 millones de dólares), al Credit Suisse (1.050 millones de dólares) y al Bank of New York (1.400 millones).

Este último importe fue recibido primero en este banco, conocido por su relación con la mafia rusa, para luego pasar a la cuenta de la empresa suiza “Runicom”, propiedad del “oligarca” multimilionario, Román Abramóvich. En aquel entonces Abramóvich era hombre de confianza de Yeltsin y asesor financiero de su familla. Actualmente es una de las personas más poderosas del país, siendo propietario de la empresa petrolera “Sibneft” (Petróleo de Siberia) y gobernador de la región de Chukotka, en el extremo oriente ruso.

Según el artículo de Versia, también está involucrado en el caso el actual primer ministro de Rusia, Mijail Kasianov, que en 1998 fue viceministro de Finanzas, encargado de los préstamos extranjeros.

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