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EDITORIAL

A otra cosa mariposa

El coordinador de IU, Gaspar Llamazares, después de arremeter contra Bono e Ibarra por oponerse a que Carod-Rovira vuelva en el futuro a ser Consejero de la Generalitad, ha aconsejado a los socialistas descontentos que se dejen de “masoquismos y dramatismos”, que la crisis catalana “está cerrada” y que pasen “a otra cosa, mariposa”. Es lógico que un dirigente como Llamazares considere “masoquista” el malestar que también en el seno del propio PSOE ha causado los pactos con los independentistas catalanes y los vergonzosos trapicheos de estos con ETA. Hay que recordar que Izquierda Unida es socio de gobierno de los independentistas vascos y firmante de ese inmenso acuerdo con ETA que supuso el Pacto de Estella. También es propio de la singular idea de la “España plural” que tiene Llamazares el que la considere “cada día menos compatible con gentes como Bono o Ibarra”, con un tono de exclusión equiparable al que dirige contra el PP, partido que parece que va a seguir siendo el que más españoles representa.
 
Es lógico que los candidatos de IU y del PSOE quieran pasar página a un asunto que, como el de Maragall, daña casi tanto a sus expectativas electorales como a la más elemental decencia moral y política. No lo parece tanto que Rajoy haga lo propio, cuando aún no ha llegado a denunciarlo personalmente tanto como debía. El caso, sin embargo, es que el candidato popular ha preferido dar a conocer este martes su propuesta de “mejorar” el tratamiento fiscal de las Sociedades y eliminar los trámites burocráticos en la creación de empresas. ¿Será que Rajoy considera más políticamente correcto referirse ahora como “mejora fiscal” a lo que siempre hemos entendido como “bajada de impuestos”? Esperemos que en el lenguaje centroreformista ambas cosas signifiquen lo mismo, como esperamos que el buen deseo manifestado por Rajoy de erradicar burocracia y trámites en la creación de empresas no la contradiga su propia propuesta de ampliar a 200 las oficinas de un organismo conocido como “la red de Puntos de Asesoramiento e Inicio de Tramitación”...
 
Entiéndasenos bien: no es que nos parezca mal el tono de esta propuesta fiscal de Rajoy como tampoco pretendemos que haga de la lucha contra la deriva independentista su único discurso. Lo que decimos es que si el candidato popular desvía la atención del público de Cataluña o el País Vasco, tal y como, por otra parte, desean sus opositores, al menos que lo haga puntualmente y para dar cabida a otras propuestas que tengan mayor claridad, beneficios y atractivos que un vago compromiso con “la mejora del tratamiento fiscal de las sociedades... Eso, sin olvidar que, si bien Rajoy puede no necesitar ya insistir en la deriva del PSOE y en la unidad de España para ganar las elecciones, no debería dudar que deberá referirse a ambas una vez que lo consiga. ¿O es eso precisamente lo que le da miedo en caso de no alcanzar la mayoría absoluta?
 
En todo caso, si la victoria del PP no es tan arrolladora como para, además de ser absoluta, hacer inexorable un relevo al frente del PSOE, ¿cree Rajoy que va a encontrar en un superviviente pero igualmente débil Zapatero, el aliado que todo presidente de Gobierno debería encontrar en el jefe de la oposición cuando al país se le presenta riesgos de fractura institucional, legal y política como las que se nos anuncia? Asumir ahora riesgos e incomodidades –que no deberían resultar tales para quien aspira a ganar, no a heredar, el Gobierno– puede resultar innecesario para que Rajoy alcance la mayoría.  Haciéndolo, sin embargo, ahora como candidato, Rajoy puede evitarse tener que hacerlo como gobernante. Por el bien de España y de ambos partidos, Cánovas debe poner toda la carne en el asador para volver a encontrar a su Sagasta...

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