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París copia el modelo español para reducir atascos y emisiones en su vía principal

El carril izquierdo del boulevard périphérique será para transporte público y coche compartido en horas punta.

Carril izquierdo | DGT

La ciudad de París ha decidido reservar el carril izquierdo de casi toda su vía de circunvalación a vehículos de alta ocupación y transporte público durante las horas punta de días laborables. La medida, adoptada tras su uso durante los Juegos Olímpicos de 2024, busca reducir la congestión, las emisiones y el tiempo de desplazamiento hacia el centro de la ciudad.

Un modelo que nació en Estados Unidos en los 70

Los carriles de alta ocupación, conocidos como Bus Rapid Transit o Bus-VAO, surgieron en Estados Unidos en la década de 1970 para agilizar el transporte público mediante vías exclusivas. En Francia no se implantaron hasta 2020, y la capital ha decidido apostar por ellos tras comprobar su eficacia en eventos de gran movilidad como los pasados Juegos Olímpicos.

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El proyecto forma parte del plan municipal para transformar la vía de circunvalación más transitada de Europa, que soporta más de un millón de desplazamientos diarios. Según el Centro de Estudios y de Experiencia sobre Riesgos, Medio Ambiente, Movilidad y Urbanismo (Cerema), el 82% de esos trayectos los realizan conductores que viajan solos.

Objetivos y beneficios esperados

El consistorio parisino pretende ofrecer una alternativa eficaz al vehículo privado, favoreciendo a quienes comparten coche o utilizan transporte público con un ahorro de tiempo en sus desplazamientos. En experiencias previas, como en la localidad de Annecy, se registraron ahorros medios de 3,5 a 7 minutos según el sentido de circulación. En Grenoble, el tiempo se redujo hasta 5 minutos y se detectó un incremento del 22% en el uso del coche compartido.

En Burdeos, encuestas locales señalaron que estos carriles mejoraban la seguridad y reducían el estrés en los desplazamientos. La aplicación en París busca replicar esos resultados y contribuir a un entorno más saludable para las casi 600.000 personas que viven junto a la périphérique.

La experiencia española como referencia

España fue pionera en Europa en el uso de este modelo con el carril Bus-VAO de la A-6 en Madrid, operativo desde los años 90. Según un informe de L’Institut Paris Region, esta infraestructura redujo los tiempos de viaje en autobús a la mitad en hora punta, y en un 43% para coches con más de un ocupante. El éxito del sistema se debió también a la mejora de las frecuencias de transporte público asociadas a su implantación.

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Investigaciones posteriores, como la de Paul Pfaffenbichler y Miguel Mateos en 2006, señalaron que convertir carriles ya existentes en reservados para transporte público podía lograr beneficios similares con una inversión menor, favoreciendo además la reducción de emisiones contaminantes y de CO₂.

Retos en su aplicación

La implantación de carriles de alta ocupación requiere una red de transporte público sólida y frecuente para que los usuarios perciban la ventaja de dejar el vehículo privado. Además, el control del uso es esencial: en Estrasburgo, donde existen dos carriles de este tipo desde 2021, se detectó en 2022 que el 70% de los vehículos incumplía las normas, en parte por dificultades para interpretar la señalización.

Para evitarlo, París ha instalado cámaras capaces de identificar ocupantes mediante infrarrojos, imponiendo multas de 135 euros a quienes circulen indebidamente. Otra dificultad es evitar el "síndrome de la tienda vacía", que se produce cuando el carril reservado permanece vacío por falta de información o miedo a sanciones, lo que disuade a potenciales usuarios.

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