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El odio de Gala a los católicos y la paella de Ussía con la familia Pajín en Benidorm

ETA es la protagonista de la prensa. Los homenajes prohibidos, las liberaciones y las ayudas de El País lo corroboran.

proby dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 23:35:



Como escritor, a mí Gala siempre me ha parecido una basura. Y como persona... ya ven. Es muy difícil describirle sin hacer alusión a su condición sexual. Que rabie y que se pudra en su propio odio.

fejilosa dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 21:50:

Quién es Gala? Yo la única Gala que me suena es la que fue musa de Dalí.

jlubina2 dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 18:16:

" El gran antonio gala",otro payaso más del circo.Lástima no pasen hambre los leones....

xoxe dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 14:30:

El odio de Gala a la Iglesia en realidad es el desprecio que siente este complejo personaje hacia sí mismo, otrora candidato a la vida monástica, por circunstancias que alguien sabrá, acabó rebotado y lleno de rencor (cuentan que no sale de su casa situada en un pueblo andaluz ni se relaciona con nadie). Allá él, su sabiduría parcial y muchas veces apariencia sólo, no va más allá de las palabras y frases bien elaboradas. Pobre hombre.

aar2010 dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 12:41:


Nunca podré entender por qué Pedro J. no ha mandado ya hace mucho tiempo a Brazatortas a este señor/a de avanzada edad que chochea con su Tronera.

Charana dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 12:11:

Pues yo le creía una persona culta, pero no es así, porque las personas de cierto nivel saben que, si existen los libros que ahora leemos, incluidos los suyos, es gracias a la Iglesia. Y a la inversa, gracias a ella podemos deleitarnos con sus, en ocasiones, gilipolleces.

Caminant dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 10:58:

La madame de Gala ya no asusta: da pena y asco. Hoy,Domingo de Ramos,perdonemos a este imbécil.

Percy dijo el día 17 de Abril de 2011 a las 10:17:

Lo de Gala es siempre igual de ridículo, como su mefiflua ovocecita y su bastoncito, como su perrito (¡Dios mío! ¡Lo que habrá visto ese perro!) y su pañuelito multicolor. Resulta que la Iglesia condena lo que no le conviene y él no piensa en que no condena lo que le conviene o le gusta.. Y no entremos en qué está pensando...Vamos a dejarlo.