La Procesión de la Soledad ha vencido a la amenaza de lluvia y recorrerá finalmente las calles del corazón de Madrid, como esperaban cientos de devotos, que han visto como esta misma mañana se suspendía la de la Virgen de la Dolorosa por el mal tiempo.
A las 16.30 horas en punto, y con el sol despuntando tímidamente entre las nubes, salió de la céntrica Iglesia Parroquial de San Ginés la Procesión de la Soledad, organizada por la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de la Soledad y Desamparo y Santo Cristo del Sepulcro, y en la que también se lleva la talla del Cristo Yacente.
Algunas de las personas que se congregaban en la calle Arenal, junto a la Iglesia de San Ginés, no podían ocultar su alegría porque finalmente la Imagen sí podrá salir en procesión. También han asegurado a Europa Press que en esta ocasión se ha congregado más gente que en años anteriores.
Las nubes permitieron salir finalmente a última hora del Viernes Santo a las procesiones de los Alabarderos y del Santo Entierro de Madrid, que tuvieron tenido como ilustres seguidores a la Infanta Elena, la primera, y al cantante Pitingo la segunda.
Éstas han sido las únicas procesiones que pudieron marchar el Viernes Santo por el centro del capital. Y es que las procesiones de Jesús de Medinaceli, del Silencio, la del Divino Cautivo y los Siete Dolores, que tenían previsto desfilar ayer no salieron finalmente por la lluvia.
La Hermandad del Sol en Sevilla
Tras tres jornadas de intensa lluvia que ha impedido a las hermandades que procesionar por las calles de la capital hispalense, la Hermandad de El Sol ha podido iniciar su camino hacia la Carrera Oficial, contra todo pronóstico.
Así, desafiando al mal tiempo, a la una y media salió por la parroquia de San Diego de Alcalá la Cruz de Guía de esta cofradía, que por primera vez y después de dos años de procesión, estrena capilla propia.
Multitud de sevillanos y turistas se han echado a la calle en una jornada que se antoja inestable, como María del Carmen, hermana de esta cofradía que ha explicado "entusiasmada" los detalles de esta Dolorosa que, a su juicio, "es una de las más bonitas, es preciosa".
En este sentido, ha querido dar "gracias a Dios" porque el tiempo haya dado una tregua en la ciudad para que las procesiones puedan realizar su penitencia. "Menos mal que no ha llovido porque para eso es la Hermandad de El Sol. Además, no creo que se moje porque los hermanos estamos pidiendo para que no llueva", ha asegurado.
Como ella, otros sevillanos también han querido expresar su alegría después de varios días sin cofradías en la calle que ha sido "una pena", ha afirmado Lola, al tiempo que ha comentado que no recordaba ningún año de tanta lluvia.
Sin ‘Madrugá’
No fue el caso de la ‘Madrugá’ sevillana, truncada al igual que otras muchas procesiones de siete provincias españolas, que se tenían que haber desarrollado el viernes santo. El caso sevillano fue flagrante, al haber sido la primera vez desde 1933 que sus fieles se quedaban sin salir.
La incesante lluvia tampoco dio tregua a la Semana Santa leonesa e impidió que saliera la Procesión de los Pasos, en cuyo marco se produce el encuentro entre San Juan y la Dolorosa en la Plaza Mayor, y que cuenta con una mención especial dentro del distintivo de Interés Turístico Internacional.
Fue "una decisión muy difícil", basada en que el patrimonio "está por encima" de la voluntad y que provocó que entre los presentes "las lágrimas brotaran tanto como la lluvia", señaló a Efe el secretario de la Junta Mayor de la Semana Santa, José Antonio Fresno Castro.
También en Castilla y León, el Vía Crucis de Penitencia, que cada año se celebra en torno a los 2,5 kilómetros de perímetro de la muralla de Ávila, tuvo lugar por primera vez en el interior de la catedral, ante la previsión de una lluvia que finalmente no cayó.
En Valladolid, la tradicional procesión con los siete pasos correspondientes a las Siete Palabras se canceló ante la amenaza de lluvia que no terminó por caer y el acto central de este oficio religioso se trasladó a la catedral, donde el arzobispo Ricardo Blázquez ensalzó el valor esencial del perdón, que "mutuamente pedido y otorgado fragua la reconciliación".
En Valencia también varias procesiones tuvieron que ser suspendidas como la visita a los Santos Monumentos o la de la Hermandad del Santísimo Cristo de los Afligidos, al igual que en Oviedo, donde el agua provocó que muchas procesiones viesen reducido su recorrido o acelerada su marcha, así como que algunas imágenes tuvieran que ser cubiertas con plásticos para evitar su daño.
Aunque la lluvia caída en Cuenca no evitó que la procesión "Camino del Calvario", conocida con el nombre de "Las turbas", pisara las calles, la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad decidió abandonarla ya que a la mitad comenzó a llover.
En Extremadura, numerosas procesiones tuvieron que ser suspendidas por la lluvia, que, sin embargo, no frenó que una decena de "empalaos" recorrieran descalzos desde la medianoche hasta bien entrada la madrugada las calles de Valverde de la Vera, con la soga alrededor de sus cuerpos y sobre los hombros un timón de madera.
Por contra, sí se pudieron celebrar en Bilbao, donde miles de personas se dieron cita un año más en Balmaseda para asistir a la representación de la "Pasión Viviente" más antigua de Vizcaya, que se remonta al siglo XVIII y en la que participaron 700 vecinos.
Lo más característico de la Semana Santa riojana son los "picaos" de San Vicente de la Sonsierra, en la que los disciplinantes se autoflagelan con una madeja de algodón (en el Vía Crucis de participaron ocho "picos").
En Castilla-La Mancha, la lluvia ha respetado esta mañana la salida de las procesiones en Cuenca y en Hellín (Albacete), cuya Semana Santa, está declarada en ambos casos de Interés Turístico Internacional.
Desde Cantabria, cerca de 10.000 personas han llenado hoy las calles de Castro Urdiales para ver la Pasión Viviente en una edición que ha estado protagonizada en los papeles de Jesús y María por Sergio Albo y Ana Raquel Vega, que son hijo y madre en la vida real.