Lamentablemente es una desgracia para la familia de la víctima q deja huérfanos y viuda, sin embargo el hecho de invadir el carril contrario sólo puede deberse al exceso de la velocidad mezclada con la euforia q podía desplegar en ese momento, no obstante a cualquier ciudadano q no sea famoso, se le hubiese extraído sangre para comprobar si estaba bajo los efectos del alcohol, además de averiguar bajo análisis d q tipo de sangre se podría precisar en caso de transfusión y "no más tarde", además de apuntar como responsable del accidente a O C osea si iba bebido o no, sólo lo sabrá él, los paramédicos q le atendieron, los agente, y los médico q le atendieron en el hospital x q de seguro q el aliento algo desprendería, de lo contrario desde un primer momento lo hubiesen negado incluso los de la ambulancia. Lamentable para el caso de todos, pero la justicia tiene q ser igual sin tener q existir una para los ricos y otra para los q no lo son.
Como se nota que a más de uno le está saliendo a relucir su vena anti-taurina. Eso de llamar asesino a una persona inocente (en el peor de los casos habría cometido un homicidio involuntario), sin pruebas ni indicios de ninguna clase es propio de la gentuza de izmierda.
Y tampoco se está teniendo en cuenta su estado de ánimo antes del accidente, no especialmente favorable como consecuencia del daño que le están infringiendo las alimañas y parásitos de la telebasura en T5. Estos sí que son asesinos, y no involuntarios precisamente.
Estoy con ANANEWYO
Todo mi apoyo al maestro y a su familia y fuera la basura de gentuza que como no sabe hacer otra cosa se está dedicando a linchar a una persona en estado critico
Y chapeau por Carlos Herrera.!!!!
Efectivamente, josei85. El atestado es lo que cuenta y no se puede saber.
Los 'análisis' pueden decir lo que uno quiera (y tienen su precio)
Parece mentira que aún haya alguien que apoye a esta banda de viciosos 'maestros' (¿maestros en perversión?) habiendo como hay un muerto que puede haber sido culpa suya (que lo juzguen los tribunales)
Yo no se si su índice de alcoholemia era superior o no al permitido, parece ser que la velocidad a la que conducía si, con lo cual y teniendo en cuenta que se hallaba en pleno dominio de sus facultades mentales sigue siendo un presunto asesino de la carretera.
Es la primera vez que oigo que a alguien no se le puede hacer una prueba de contenido de alcohol en sangre teniendo sangre en las venas.
Me gustaría saber cómo es posible que Carlos Herrera, que es un periodista que me encanta, ha podido hablar con los agentes que hicieron el atestado, cuando dicho informe habrá ido al juzgado y los agentes no pueden desvelar ninguna información al respecto, ni siquiera dar una matrícula. Increible.
La familia debe demandar.
A ver si ya de una vez cada acto así perpetrado por la prensa tiene una sanción que, además de la oportuna compensación económica, obligue a los medios a publicar en portada durante una semana completa el desmentido y con un tamaño no inferior al 50% de la misma, en caso de ser pensa escrita; y a abrir todos los informativos de la cadena con el desmentido durante una semana y, asímismo, el programa autor de la difamación que si es de periodicidad semanal deberá hacer lo mismo durante todos sus programas emitidos en los siguientes 30 días naturales.
Todo mi apoyo a la familia Ortega-Cano, y al "maestro" le deseo una pronta recuperación.
La difamación es uno de los deportes que más se practican en España, y sobre todo en tele-basura Tele-5.
Mis condolencias a la familia del fallecido.
Clara, si por 'basura de gentuza' te refieres a los de Sálvame y similares, de acuerdo que se vayan.
Si te refieres a los que nos preocupamos por el señor que falleció en un accidente con indicios de que el 'maestro' (en arrogancia y guarrería porque en torear ya nada y en cantar menos) no iba del todo bien, aplícate el cuento, que no hay peor bob@ que el que adora ídolos.
A Carlos Herrera se le disculpa el resbalón periodístico, está pasando un mal momento personal.
-------------------------
Todo esto me recuerda mucho al caso de Fernando Martín, en el que un puñado de colegialas histéricas se dedicaron a llorar al gigantón, que se demostró que fue culpable de darle a otro vehículo. Del conductor del otro no sólo nadie se preocupó, sino que se le llegó a echar la culpa de lo que Fernandito hizo mal.
En primer lugar hay que sentirlo por quien no tiene culpa, independientemente de si es o no el famosete de turno. A ver si nos dejamos de tanta tele y tanta idolatría, que inventáis cultos cada cinco minutos: a Belén Esteban, a Ortega Cano, a Roja Díez y demás falsos mesías.
Pero no os preocupéis, que todo esto se cura con lectura. Pero hay que querer leer. Y LD es un buen sitio para empezar...