Los churros han dejado de venderse como antes, con la llegada de los acompañamientos extranjeros, frostis, kellogs, y demás materia indefinible derivados de la harina de cereales.
Nuestros humildes churros, porras y buñuelos (estos últimos ya casi en ningún sitio se encuentran) son mucho menos rentables que la bollería industrial, aunque podrían hasta ser más alimenticios y saludables.
En mi casa en los años 50, se desayunaba con churros, especialmente los domingos, familia humilde, pero nos gustaban muchísimo. De la época y anteriormente los churros con anís acompañaban las verbenas y ferias. Aún hoy ocurre así.
El problema del alemán es que no hay palabra para CHURRO, ni siquiera para PORRA, no digamos ya BUÑUELO, sin denostar la forma de alimentación de los demás, amo los churros, los bien hechos más, con café con leche por la mañana y con chocolate muy espeso por las tardes de invierno. Nada mejor, ni lo alemán.
Y si después del chocolate con churros te empujas DOS copas de orujo blanco.... piensas... ¡¡¡ que trabajen ... los alemanes ¡¡¡.
¡¡¡mas orujo¡¡¡
Ahora van a venir los alemanes a enseñarnos a comer...
Uno de los países del mundo más subdesarrollados gastronomicamente, hartos de hidratos de carbono y grasas saturadas, donde las hambrunas con alta mortalidad fueron frecuentes hasta que les trajimos las patatas de América.
Desprecian unos churros (harina de trigo y aceite) con chocolate (Theobroma=alimento de los dioses), poniendo como ejemplo a imitar la ingesta de muesli, que es lo más semejante al pienso para pollos.
En otras cosas, los bárbaros del norte podrán darnos lecciones. En calidad nutritiva y gastronómica, no.
El churro es universal, en España nos los tomamos con azucar y sin ella, están crujientes y conviene no pasarse para no ponerse gord@ aunque eso va según temperamentos.
En cambio hay otros churros, que son los de la economía y los de la politica y esos no los comes sino que te los lanzan y obligan a engullirlos los economistas y politicos que ni preveen ni controlan sino que especulan y se llevan por delante a quien sea, con el metodo tan antiguo de "la cuenta la vieja", modernamente bautizado como ensayo y error y que en realidad es ensayo y horror y que alguno ha llegado a denominar ingeniería financiera.
Pobrecito aleman. Compadezcamosle. Seguro que el médico le ha prohibido comer churros...
Conozco yo a unos cuantos alemanes que se ponian perdidos todas las mañanas desayunando churros. De hecho, uno de ellos se llevó para allá una churrera para hacerselos en casa...
De acuerdo con todos vosotros, pero es que no pillais el asunto. Lo importante es meterse con España, por cualquier chorrada pero, ponerla a caer de un burro.
Decian del Malo Hitler con su 3er Reich, pues dios nos coja confesados con Frau Merkel y su 4º Reich.
Tiene razón en la parte de que el desayuno de los españoles suele ser muy escaso, cuando debería ser la fuente energética de casi toda la jornada hasta la hora de comer. Por otra parte, no debería despreciar una tradición de un país igual que nosotros no deberíamos despreciar la de nadie. Y lo de los buffets de los hoteles que quiere que le diga, que pregunte a sus compatriotas y vea como se ponen hasta arriba, llevándose toda clase de fiambres, panes, fruta y dulces a sus habitaciones para luego no tener que gastarse el dinero fuera comiendo. Todo estriba en la educación de cada persona y, por lo que se deduce de sus comentarios, él de educación tiene poca.
Ellos se lo pierden. Lo que no saben es que el papel del diarío no es digno de envolver en cucurucho aunque sólo sea media docenita de esas joyitas. Jejeje.
Para churros españoles, los de Torres y Puyol... kartofen, que eres un kartofen
NI CASO, un alemán hablando de comida española, o costumbres gastronómicas en el desayuno, es como si un sordo proclama su deleite por la Traviata... de chiste.