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Yodo y radiación: ¿cuál sirve y cuál no?

El yodo y la radiación están ligados, pero no todos los tipos. ¿Cómo afecta la radiación al organismo? ¿Qué yodo debe usarse para evitar sus efectos?

El yodo y la radiación están ligados, pero no todos los tipos. ¿Cómo afecta la radiación al organismo? ¿Qué yodo debe usarse para evitar sus efectos?
Pastillas de yodo. | Pixabay/CC/jhenning

Mucha gente sabe, aunque puede que no todo el mundo, que la radiación está en la vida diaria de las personas. Puede que no directamente pero está presente. Por ejemplo, la radiación de fondo, proveniente principalmente de los minerales naturales, y está a nuestro alrededor en todo momento. Si bien es cierto que, afortunadamente, hay pocos momentos en la vida de una persona en los que quede expuesto a fuentes descontroladas de radiación por encima del nivel de fondo. No obstante, tampoco está de más informarse sobre cómo puede uno protegerse de la radiación.

Una de las mejores formas de prepararse es entender los principios de tiempo, distancia y cobertura para protegerse de la radiación. En una emergencia radiológica (emisión considerable de material radiactivo al medioambiente), se pueden usar estos principios para protegerse y proteger a las familias. Pero, quizá en lo que uno piensa cuando se le viene a la mente la protección es el yodo....

¿Cómo afecta la radiación a la salud? El peligro de la entrada de este radioisótopo en el organismo radica en el aumento del riesgo de sufrir cáncer en la glándula tiroides. Hay que recordar que, para poder sintetizar sus hormonas, esta glándula se encarga de captar yodo, que es esencial para su correcto funcionamiento y la captación de yodo por la glándula está directamente relacionada con sus depósitos internos de este elemento. Si la reserva está completa, la glándula captará mucho menos yodo y el que sobra lo eliminará por la orina, por el contrario, en el caso de que los depósitos se encuentren vacíos, el yodo será captado de manera más intensa. Por esta razón, es importante que la glándula tiroides reciba adecuadamente su dosis de yodo diaria (150 microgramos en adultos, 90-120 en la población infantil y 250 en mujeres embarazadas o que se encuentran en el periodo de lactancia). Para cubrir las necesidades de yodo, los expertos recomiendan el consumo de alimentos ricos en esta sustancia, como los lácteos, además de sal yodada.

Esto es importante porque, ante un ataque o accidente nuclear, la posibilidad de que la tiroides resulte afectada es mucho menor si se cuenta con la cantidad suficiente de este elemento, aunque sí que se aconseja en situaciones así la ingesta de comprimidos de yoduro potásico. Sin embargo, el yodo que se vende actualmente en la farmacia no sirve para proteger del material radiactivo, ¿por qué? La respuesta está en la dosis. Generalmente porque los medicamentos que se venden actualmente y que están autorizados en España están destinados al tratamiento de un déficit, dirigidos a personas con problemas de tiroides, así como aporte suplementario del embarazo. Estos fármacos contienen una dosis de, aproximadamente, 0,1 a 0,3 miligramos., siendo 130 miligramos la dosis para la prevención del efecto de la radiación sobre el tiroides.

Pero, aun en caso de contar con esta dosis para prevenir la radiación nuclear, hay que tener en cuenta que esta no solo está compuesta por yodo radiactivo, sino que también intervienen otros elementos igualmente nocivos para la salud. Así, el yoduro potásico solo protege al tiroides frente al yodo radiactivo, por lo que el resto del cuerpo quedaría expuesto a otros radioisótopos, lo que significa que uno no quedaría totalmente protegido.

El yodo en el cuerpo

El yodo es un elemento químico que, en pequeñas cantidades, es necesario para que el cuerpo humano funcione correctamente. Concretamente, es un componente de ciertas hormonas fabricadas por la glándula tiroides, implicadas en la regulación de varios procesos fundamentales del organismo. En condiciones normales, los seres humanos pueden obtener el yodo de los alimentos, presente en productos del mar como algas y peces y en vegetales cultivados en suelos ricos en yodo, y se almacena en la glándula tiroides.

La importancia de recibir un aporte de yodo correcto es tal que, sobre todo en las zonas alejadas del mar, es habitual suplementar la sal de uso común con yodo; similarmente, es común que a las mujeres embarazadas se les recomiende la suplementación con yodo para evitar problemas de desarrollo en el niño.

¿Qué tipos de yodo hay?

  • Yoduro de potasio (KI)

El yoduro de potasio es una forma específica de yodo que puede ayudar a proteger la glándula tiroides en caso de exposición a yodo radiactivo, un subproducto de ciertos accidentes nucleares. La tiroides, que utiliza yodo para producir hormonas, no distingue entre el yodo no radiactivo y el yodo radiactivo. Por ello, al tomar yoduro de potasio, la tiroides se "satura" de yodo estable, lo que evita la absorción del yodo radiactivo. No obstante, hay que recordar que este método solo es eficaz contra el yodo radiactivo y no protege contra otros tipos de radiación, como rayos gamma o partículas alfa y beta.

También hay que saber que el yoduro de potasio se emite únicamente en situaciones en que se ha liberado yodo radiactivo al medioambiente, y solo protege la glándula tiroidea. La acción del KI consiste en llenar la glándula tiroidea de una persona con yodo estable de modo tal que el yodo radiactivo nocivo liberado no se absorba, con lo cual se reduce el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides en el futuro.

¿Qué es el yoduro de potasio? El yoduro de potasio (KI) no evita que el yodo radiactivo ingrese al organismo ni puede revertir los efectos que éste causa en la salud una vez que se ha dañado la tiroides. De hecho, el yoduro de potasio solo protege a la tiroides, no a otras partes del cuerpo, del yodo radiactivo. Además, la sal de mesa y los alimentos ricos en yodo no contienen esta sustancia en una cantidad suficiente como para impedir el ingreso del yodo radiactivo a la glándula tiroidea.

¿Cómo actúa el yoduro de potasio (KI)? La glándula tiroidea no distingue la diferencia entre yodo estable y yodo radiactivo, por lo que absorbe ambos. Pero, el yoduro de potasio (KI) bloquea el ingreso del yodo radiactivo a la tiroides. Cuando una persona toma KI, el yodo estable que contiene su medicación es absorbido por la tiroides. Porque el yoduro de potasio contiene tanta cantidad yodo estable, que la glándula tiroidea queda "llena" y no puede absorber más durante las siguientes 24 horas.

No obstante, el yoduro de potasio no puede brindarle a una persona un 100% de protección contra el yodo radiactivo. La protección aumenta en función de tres factores. El tiempo transcurrido desde que se produjo la contaminación, esto es que cuanto antes una persona tome yoduro de potasio, más tiempo tendrá la tiroides para "llenarse" de yodo estable. La absorción, la cantidad de yodo estable que llega a la tiroides depende de la rapidez con que el KI se absorba en la sangre. Y la dosis de yodo radiactivo porque minimizar la cantidad total de yodo radiactivo a la que está expuesta una persona disminuye la cantidad de yodo radiactivo nocivo que puede absorber la tiroides.

  • Yodo no útil: yodo común

El yodo que se encuentra en desinfectantes, suplementos o en su forma líquida no tiene el mismo efecto protector que el yoduro de potasio. Por ello, aplicar yodo tópico o consumirlo no ayuda a prevenir la absorción de yodo radiactivo ni a proteger contra otros tipos de radiación. En algunos casos, consumir yodo no recomendado puede ser peligroso, ya que podría causar toxicidad o problemas de salud graves.

Efectos secundarios

¿Hay precedentes de una distribución masiva de yodo entre la población para prevenir los efectos de la radiación? Sí, precisamente, debido al accidente de Chernóbil en 1986. No obstante, esa tragedia demuestra que esta medida no deja de ser un parche. Ya que, aunque estas pastillas prevengan el cáncer de tiroides, no protegen el resto del cuerpo ni protegen frente a otros elementos radiactivos: por ejemplo, el cesio 137 fue uno de los más importantes que se liberaron en la gran catástrofe nuclear de la URSS. Entonces, ¿cómo protegerse ante la radiación? Ante la aparición de una nube radiactiva, lo primero es evitar exponerse, si es posible en un refugio y si no, al menos permaneciendo en interiores. Es entonces cuando podría comenzar la administración del yodo, pero como herramienta preventiva de cara al futuro.

Está claro que ante un eventual ataque nuclear los efectos son beneficiosos a largo plazo, pero para conseguir esa profilaxis se emplea una cantidad brutal de yodo y este elemento no es inocuo, ni siquiera en su forma normal. De hecho, la gente se puede hacer daño si se pone a tomarlo sin control, el motivo es que un exceso tiene como consecuencia dos escenarios antagónicos. La primera posibilidad es que se produzca una tirotoxicosis o un hipertiroidismo. En esta situación, la glándula tiroides comienza a producir grandes cantidades de hormona tiroidea. Por el contrario, cuando se satura la glándula de yodo también puede ocurrir exactamente lo contrario: que se bloquee por completo y, como mecanismo de defensa, deje de producir la hormona, llevando al paciente a un hipotiroidismo.

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