
La lectura es posiblemente uno de los hobbies más entretenidos, no importa el género ni tampoco si es para pasar el rato o para abrir la mente al conocimiento. Ya sea entre las páginas de una novela de ficción, romántica, textos educativos, etcétera, si das con un buen libro el tiempo vuela. Sin embargo, se debe tener precaución con el esfuerzo ocular al que se exponen los ojos.
La Clínica Baviera, compuesta por especialistas en oftalmología, explica que es imprescindible aplicar la regla 20-20-20 en la lectura. Esta se basa en hacer pequeños descansos mientras se lee, la idea es mantener 20 minutos de lectura, hacer una pausa de 20 segundos y fijar la vista a una distancia de 20 pies, 6 metros, durante el reposo. El objetivo es descansar la vista y así poder disfrutar de manera más sana de este pasatiempo.
Un estudio dirigido por la clínica muestra que el 42% de la población española sufre de presbicia, por delante de la miopía, enfermedad ocular que dificulta la vista de lejos y el astigmatismo, defecto visual que genera visión borrosa. Los síntomas más habituales que provoca la presbicia son: la vista cansada y la necesidad de alejar los objetos para poder verlos de forma correcta. Esta enfermedad surge por un deterioro de los ojos a causa de la edad, aunque un sobreesfuerzo continuado de la vista puede generar un rápido empeoramiento. Por ello, es de vital importancia tomar precauciones cuando se va a pasar mucho tiempo leyendo, tanto en formato digital, como en papel.
En formato digital
En la actualidad utilizar una tablet como herramienta de lectura es sumamente habitual. Esto se debe a la gran capacidad de almacenamiento. Gracias a ello se puede decir que llevar toda una biblioteca en un único objeto es posible, aunque no todo es positivo. La exposición continuada de una pantalla puede ser terrible para la salud visual y, por ello, los expertos recomiendan una iluminación moderada, es decir, no poner el brillo al máximo.
Asimismo, afirman que es aconsejable utilizar tonalidades que no contrasten mucho. Por ejemplo, es una buena elección aplicar el modo nocturno o sepia. Otro factor imprescindible es programar una letra que se lea de forma clara para evitar fatigar la vista, es mejor implementar una tipología poco enrevesada y un tamaño lo suficientemente grande.
En papel
Al igual que con la lectura digital, la iluminación es un elemento significativo. En estos casos se sugiere que la lectura se realice en un ambiente de luz natural y evitar luces directas que generan sombras incómodas. También se debe controlar la distancia a la que se pone el libro: ni muy lejos ni demasiado cerca.
Por supuesto, todos estas recomendaciones son vitales, pero lo primero que se debe hacer es acudir a un especialista para que compruebe el funcionamiento correcto de la vista y pueda proporcionar las gafas más adecuadas en caso de necesitarlas.

