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Una exmonja de clausura visita a sus antiguas hermanas antes de dar el "sí, quiero" el día de su boda

El mismo día de la celebración y vestida de novia, esta antigua monja acudió al que fue su monasterio para visitar a sus excompañeras en el cenobio.

El mismo día de la celebración y vestida de novia, esta antigua monja acudió al que fue su monasterio para visitar a sus excompañeras en el cenobio.
Captura de video de la visita de la exmonja a su antiguo convento. | Última Hora Col

Las monjas de clausura, también conocidas como monjas contemplativas, son personas que han elegido vivir su fe alejándose del mundo material, renunciando a los placeres y comodidades del mundo exterior y comenzando una nueva etapa basada en un estilo de vida más simple y tranquilo. Mediante un retiro físico y espiritual, se reúnen junto a sus hermanas en un monasterio alejado de todo, con el principal objetivo de estrechar su relación con Dios.

Durante el tiempo que las monjas pasan en el monasterio, establecen una relación prácticamente familiar entre ellas, ya que son las personas con las que pasan todas las horas de su día a día, rezando, reflexionando y, en muchos casos, creando iconos religiosos o produciendo dulces para vender al exterior. Por ello, resulta evidente que, en caso de que alguna hermana decida abandonar el convento, se llevará consigo una parte de él y será una experiencia que le acompañará toda la vida.

El último rezo con sus hermanas antes de su boda

Este es el ejemplo de un caso que se ha vuelto viral en las redes sociales. Tras un largo proceso de reflexión y autoconocimiento, una mujer decidió poner fin a su etapa como monja de clausura. Después de hablar con su superiora y solicitar la dispensa de los votos perpetuos, su elección fue revisada y aceptada por la Santa Sede y abandonó su monasterio. Sin embargo, en ella quedó demostrado que una experiencia así no se olvida fácilmente.

El mismo día de su boda, llevando puesto el vestido de novia y sujetando entre sus manos el ramo de casada, acudió al que fue su monasterio para volver a rezar con las que fueron sus hermanas una última vez antes de enlazarse. Al acabar el rezo, se puede ver como una de las hermanas le entrega una figura de una virgen, probablemente producida por ellas mismas en el propio convento. La novia no puede contener las lágrimas y se la ve visiblemente emocionada en un momento que hará el día de su boda aún más importante.

Este emotivo y sorprendente acontecimiento muestra las distintas maneras en las que se puede vivir una vida en amor religioso.

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