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Descubren en Segovia una huella dactilar de hace 43.000 años

La huella pertenece al Paleolítico Medio, antes de la desaparición de los neandertales en la Península Ibérica.

La huella pertenece al Paleolítico Medio, antes de la desaparición de los neandertales en la Península Ibérica.
La huella dactilar corresponde a un neandertal de antes del Paleolítico Medio. | Pixabay/CC/januszj

La época primitiva está ligada al arte rupestre, la caza y la evolución. Sin embargo, un equipo de investigadores y arqueólogos españoles acaba de descubrir un yacimiento de hace 43.000 años. Se trata de la huella dactilar –posiblemente un pulgar o un índice– más antigua del mundo, correspondiente a un neandertal, posiblemente un varón.

43.000 años de historia

El hallazgo fue descubierto en la localidad segoviana de Abrigo de San Lázaro. Al principio, los investigadores vieron un canto rodado de granito de más de 20 cm con forma antropomorfa y con una marca rojiza y ocre que parecía un rostro humano. Tras múltiples investigaciones y técnicas de última generación –microscopía electrónica de barrido (SEM) y espectroscopía multiespectral– se ha podido observar que es una marca realizada con la yema del dedo y no una pintura.

La huella pertenece al Paleolítico Medio, antes de la desaparición de los neandertales en la Península Ibérica, y demuestra que ya en aquella época los humanos eran capaces de realizar procesos cognitivos complejos, lo que daba lugar a explorar la creatividad y el pensamiento artístico. El neandertal escogió esta piedra de forma extraña para grabar su huella, que posteriormente fue pintada deliberadamente, tras confirmar los análisis químicos que no era natural, sino que fue aplicada. Quizás la intención del sujeto era crear un amuleto o utilizarlo para un ritual.

"La pieza era muy especial: no era un yunque, es decir, no la habían usado para tallar sobre ella, ni tampoco era un percutor para fabricar herramientas. Era una pieza de granito sin marcas que había sido llevada ex profeso a esa cueva caliza", ha explicado Andrés Díez-Herrero, geólogo del IGME-CSIC y miembro del equipo encargado de las excavaciones del yacimiento.

Un proyecto arqueológico

Estas excavaciones fueron realizadas bajo el proyecto Primeros Pobladores de Segovia –activo desde 2012–, que trabaja en los yacimientos de San Lázaro y el Abrigo del Molino. Además, está coordinado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad de Salamanca (USAL) y la Policía Científica. Los resultados se han publicado en la revista científica Springer.

Cabe destacar la labor de la Policía Científica, especializada en temas de reconocimiento e identificación dactilar, ya que, tras comparar patrones, descartaron otras opciones y determinaron que se trataba de una huella dactilar humana.

Es indudable que un hallazgo de estas características supone un antes y un después para Segovia y Castilla y León, que vuelven a situarse en el punto de mira de la arqueología europea y mundial, convirtiéndose en un referente.

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