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Cenar tarde y mucho puede producirte pesadillas

Cenar tarde y mucho puede ser malo para el estómago y para el descanso. ¿Produce pesadillas? ¿Se puede dormir mal? Es mejor cenar ligero y pronto.

Cenar tarde y mucho puede ser malo para el estómago y para el descanso. ¿Produce pesadillas? ¿Se puede dormir mal? Es mejor cenar ligero y pronto.
bebé, niña, dormir | Pixabay/CC/ddimitrova

Las pesadillas pueden darse por multitud de factores que pueden alterar los sueños, pero, uno de ellos es cenar abundantemente justo antes de ir a la cama. Saquear la nevera y no darle al organismo tiempo para hacer la digestión hace muy probable que asalten las pesadillas e impidan que se tenga un sueño reparador. Por eso, entre otras posibilidades, la explicación a las pesadillas hay que buscarla en una cena copiosa que obligará al metabolismo a seguir trabajando durante el sueño. Esto le causará estrés, ya que al organismo le cuesta más metabolizar los alimentos durante las horas de descanso, el cerebro tendrá entonces una mayor estimulación durante la noche y provocará más sueños atípicos.

No obstante, este tipo de sueños también pueden tener su origen en el estrés, la sugestión o los miedos. Además, el consumo de fármacos y otras sustancias que influyen sobre la química cerebral como los antidepresivos, los narcóticos o algunos medicamentos relacionados con la tensión arterial también pueden provocar pesadillas. Pero, si además de cenar mucho y tarde los alimentos que se ingieren son indigestos, todavía uno está más expuestos a pasar una mala noche, ya que, además de pesadillas, se puede sufrir acidez estomacal. Esto suele suceder sobre todo con alimentos muy grasos, condimentados, picantes o ácidos.

Nunca hay que olvidar que dormir bien es vital para la salud y, por eso, los médicos recomiendan tener un periodo de sueño de ocho horas, el motivo no es otro que hay que buscar que el cuerpo y el cerebro se recuperen del estrés del día. Pasar una mala noche por haber comido en abundancia durante la cena, provoca que al día siguiente uno esté más malhumorado, menos en alerta y tenga una peor relación con las personas que se comunican con ellos. Por ello, una cena ligera es lo más recomendable para ayudar a que el cuerpo y la mente descansen correctamente, sin necesidad de levantarse por la noche debido a sueños extraños. No obstante, es normal que en algún momento las personas tengan algún tipo de pesadilla.

También es importante recordar siempre que la alimentación y el descanso van de la mano. Acostarse con hambre no es la mejor idea porque es probable que uno se encuentre frente la puerta del frigorífico a las tantas de la madrugada pero, por su parte, las cenas copiosas también pueden llevar a miles de vueltas sobre la cama durante toda la noche. Una cuestión sobre este asunto es si las cenas pesadas pueden ser las culpables de que se tengan ese día pesadillas. Y hay que tener claro que no existe evidencia científica que demuestre esta hipótesis, pero, existen estudios donde los que sus participantes afirmaban que ciertos alimentos, como aquellos picantes, les producían luego pesadillas.

Para entender entonces por qué las pesadillas suelen hacer acto de presencia tras una cena abundante, la clave se encuentra en que estas aparecen siempre en la fase REM del sueño. Esta representa el 25% del ciclo del sueño y es en la misma cuando se sueña. Tampoco hay que olvidar que cuando uno se acuerda de los sueños es porque se ha despertado durante el sueño REM, esto significa que el descanso está siendo más fragmentado y se está durmiendo peor. De esta forma, si se recuerdan las pesadillas o los sueños en general, es porque se está despierto y dormido a la vez.

Pero, cenar tarde y en abundancia no puede ser sinónimo solamente de tener pesadillas en la noche sino que, desde el punto de vista digestivo, puede provocar incomodidad y trastornos como indigestión o acidez. Esto se debe a que el proceso digestivo requiere que el cuerpo esté en una posición vertical para facilitar el movimiento del alimento a través del sistema gastrointestinal. Al acostarse, este proceso se hace más lento y menos eficiente, lo que puede resultar en una sensación de pesadez y malestar que dificulta conciliar el sueño. Además, en términos metabólicos, cenar tarde y en exceso puede interferir con los ritmos circadianos del cuerpo, que son los ciclos biológicos que regulan, entre otras cosas, el sueño y la vigilia.

Alimentos que hay que evitar en la cena

  • Chocolate. La onza de chocolate con la que los más golosos ponen el broche a la cena contiene tanto azúcar como cafeína, una mezcla que puede provocar que el sueño torne en pesadilla.
  • Refrescos. Contienen grandes cantidades de azúcar y cafeína lo que hace que el cerebro se mantenga muy activo y le cueste relajarse, provocando estrés y sueños indeseables.
  • Alcohol. Es uno de los principales disruptores del sueño y, además, dificulta que se tenga un sueño profundo.
  • Patatas fritas. La grasa y el exceso de sal combinados en las patatas fritas son una bomba de relojería para la digestión, lo que puede convertir un sueño placentero en una auténtica pesadilla.
  • Queso. La grasa del queso es difícil de digerir y hace trabajar más al intestino durante las horas de descanso.
  • Comida picante. El picante altera la temperatura del cuerpo e impide un sueño de calidad.
  • Pasta. El organismo convierte los hidratos de carbono en glucosa, con lo que un plato de macarrones o de espaguetis puede tener el mismo efecto que si se tomara algo con un alto contenido en azúcar.
  • Carnes rojas. Tienen grasas saturadas que hacen que la digestión sea más pesada, lo que genera estrés e impide un descanso de calidad.

Alimentos que favorecen el sueño

Todos los alimentos que contienen triptófano, aminoácido esencial para la formación de hormonas que intervienen en el sueño como melatonina y serotonina, favorecen el descanso. En este sentido, los hidratos de carbono facilitan la entrada del triptófano en el cerebro, esta es la razón por la que, tras una comida rica en hidratos de carbono, nos entra sueño con más facilidad. Algunos de los alimentos que contienen triptófano son frutas como los plátanos o la piña, el aguacate, la carne, los huevos, el pescado azul, los frutos secos o la leche.

También hay otros alimentos que se recomiendan más durante la primera hora de la mañana. Por ejemplo, aquellos que tengan vitamina C, pues favorece la estimulación. Es el caso del kiwi o de las naranjas. Además, no hay que olvidar que es aconsejable cenar al menos dos horas antes de irse a la cama. Pero, ¿Por qué no es recomendable acostarse justo después de comer? La respuesta está en la digestión y es que, para llevarla a cabo, el organismo tiene que hacer un sobreesfuerzo, por lo que es más complicado dormir. Y es importante recordar que, para un buen descanso, el cuerpo requiere de un reposo que implique una disminución de la frecuencia cardiaca y de la tensión arterial.

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