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Paso a paso de cómo sacar los esquejes de tus plantas

Tener plantas en el hogar es bonito y decorativo. Hay que saber cómo tratarlas. ¿Todas se pueden esquejar? ¿Cómo se sacan los esquejes?

hierba luisa, hierbas aromáticas, salud | Pixabay/CC/vjgalaxy

Las plantas son buenas para los humanos y tener alguna en casa, ya sea de interior o de exterior, no solo será positivo para la salud sino que además es ideal a la hora de decorar. Pero, en ocasiones, se quieren más plantas iguales pero no se quieren comprar, ¿Cómo se pueden reproducir entonces?

La propagación de plantas a través de esquejes es una técnica milenaria que permite crear nuevas plantas a partir de partes de una planta madre. Aunque es un método ampliamente efectivo y utilizado, es importante saber que no todas las plantas pueden propagarse de esta manera. Por ejemplo, aquellas con tallos leñosos, muchas plantas de interior y algunas suculentas son buenos candidatos, pero otras, como algunas especies de flores y plantas muy especializadas, podrían no responder bien a este método de propagación.

Pero, antes de saber cómo hacerlos es importante saber ¿Qué son los esquejes? Un esqueje es la parte viva que se ha extraído de una planta para su injerto en otra planta o en un recipiente para que pueda ir desarrollándose. La multiplicación por esquejes consiste en el corte de estas partes para conseguir que se acaben reproduciendo. Para hacer un esqueje, solamente se necesita cortar un trozo tierno y vivo de una especie de planta, pudiendo ser el tallo, un brote o una rama. Cuando el trozo está separado de la planta se debe introducir en un recipiente con agua de modo que pueda desarrollar raíces. Asimismo, también se puede plantar en un tarro con arena o tierra, para posteriormente llevar a cabo un trasplante al lugar elegido para que la planta se quede y crezca completamente.

¿Qué es la multiplicación por esquejes?

La multiplicación por esquejes es una multiplicación vegetativa que se lleva a cabo, tomando una parte de la planta para formar una nueva que será un clon, genéticamente idéntica a la planta madre. Después se deposita sobre un sustrato húmedo para que desarrolle las raíces y, cuando el sistema radicular prospere, es el momento de trasplantar a su lugar definitivo.

Lo que está claro es que este proceso se realiza a partir de una porción vegetal sin necesidad de que haya fecundación, mientras que la reproducción mediante semillas implica cruce entre individuos, intercambio de genes, en la reproducción vegetativa se garantiza la generación de un individuo idéntico. Por esto, es evidente que los esquejes son un método de reproducción que resulta muy útil para las plantas que producen pocas semillas y también para las que resultan muy difíciles de cultivar a partir de semillas.

Tipos de esquejes

¿Cómo debe ser la planta madre?

Todas las plantas sin excepción se pueden reproducir por esquejes, bien sea de hoja, tallo, rama o raíz. Pero hay que tener claro que las plantas madres pueden producir un número prácticamente ilimitado de esquejes. Hay que destacar que es mejor que sea una planta adulta, pero no demasiado y deben utilizarse brotes nuevos, no demasiado tiernos.

Algo que parece lógico es que la planta de la que se vaya a extraer el esqueje debe gozar de buena salud, con un desarrollo óptimo, y conviene que sea representativa de la especie o la variedad que se desea reproducir. En general hay que saber qué parte hay que escoger de cada especie, evitando los fragmentos demasiado vigorosos o demasiado débiles, y en especial los que muestran signos de enfermedades o de parásitos.

¿Cómo se pueden hacer esquejes en casa?

Los pasos a seguir son sencillos. Lo primero es elegir una planta madre que proporcione el material vegetal que se quiera reproducir. Hay que tener en cuenta que casi cualquier parte de esa planta que consiga enraizar generará un clon de sí misma, es decir, si la planta madre produce flores blancas y frutos rojos, así serán también en el esqueje, una vez que tenga su propia raíz y alcance a florecer. De esta forma, se debe elegir una planta fuerte y vigorosa, libre de enfermedades, para cortar el esqueje. Un tamaño apropiado es de unos 10 centímetros, aunque puede ser menor o mayor, ya que es un factor muy variable que depende de la especie, entre otras circunstancias.

Una vez cortado el tallo, se ha de tener claro por dónde es más fácil que ese esqueje origine su primera raíz. Por ello, hay que localizar los nudos. Un nudo es el punto del que salen otros órganos de la planta, como una hoja. Una vez detectado ese nudo, hay que cortar con unas tijeras afiladas justo por debajo del mismo, sin dañarlo, para lo cual es conveniente dejar un pequeño margen de uno o dos milímetros. A continuación, se quitan las hojas que salgan de ese nudo en la parte baja. Si el siguiente nudo por encima de este está muy próximo, también se le quitan las hojas, tirando con suavidad hacia abajo para separarlas del esqueje. Así preparado, se introduce el esqueje en un vaso con agua o en un sustrato en una maceta pequeña. Al menos, se debe enterrar o sumergir un nudo, que es por donde se formará la raíz; y, de nuevo, al menos se debe dejar un nudo o dos con hojas sobre la tierra o el agua: por esta última parte es por donde el esqueje emitirá la brotación de un nuevo tallo. Una vez en este punto, es vital que el sustrato no se seque nunca, o de lo contrario el esqueje se deshidrataría irremediablemente.

El lugar para colocar el vaso de agua o la maceta con el esqueje es aquel donde haya una luz muy intensa, pero sin sol directo. No se puede olvidar nunca que el esqueje es un proyecto de planta, aún incompleta, a la que le falta su raíz, por lo que se mantiene en un precario equilibrio que puede verse desestabilizado por un sol agresivo. Con una temperatura de unos 20 °C y esa iluminación mencionada, se animará al esqueje a producir la deseada primera raíz. Si está en agua, cuando luzca una buena cabellera de raíces, de al menos un par de centímetros de largo, se podrá trasplantar a una maceta con sustrato; si está esquejado en sustrato, habrá que esperar a que haya una buena brotación en la parte aérea, con la formación de un nuevo tallo y de hojas.

Pasos para sacar esquejes

Para ir ganando confianza con esta reproducción asexual, en la que no intervienen los órganos reproductores de la planta, es ideal comenzar por esquejes herbáceos, que tienen más facilidad para enraizar. Estos no tienen tejidos endurecidos, e incluso se pueden cortar muchas veces al ejercer presión con las uñas. Los esquejes herbáceos tienen una consistencia blanda, al contrario que los semileñosos o los leñosos, en los que sus tejidos suelen tener presencia de lignina, que es la sustancia que proporciona firmeza, responsable de la formación de la madera.

¿Cuándo hacer esquejes?

Aunque uno pueda creer que cualquier momento del año es bueno para hacer esquejes, no es así. Para poder arraigar correctamente, estos pedacitos de planta necesitan temperaturas suaves y un determinado grado de humedad. Un aspecto, este último, fundamental ya que solo gracias a esto podrán generar raíz sin deshidratarse. Además, es fundamental hacer esquejes en épocas de crecimiento vegetativo, el motivo es que aprovechar ese ciclo natural de la planta permite fomentar que la planta crezca y genere nuevas hojas o raíces de manera sencilla.

Por todos estos motivos, hay dos épocas estrella del año para hacer esquejes: primavera y otoño. Y, casualmente, esta última estación coincide con el momento de poda de algunas plantas. Una oportunidad fantástica para poder aprovecharlos como futuras nuevas plantas.

Especies ideales para hacer un esqueje

Existen una gran cantidad de especies perfectas para la realización de los esquejes, sobre todo aquellas que enraízan con mucha más facilidad que otras. Por ejemplo, los rosales son una de estas plantas. En este caso los esquejes suelen medir aproximadamente unos 30 centímetros y deben plantarse directamente en el emplazamiento deseado.

La lavanda es otra de las especies en las que el desarrollo de los esquejes resulta sencillo. En este caso se deben cortar brotes de unos 7 u 8 centímetros para plantarlos posteriormente en un ambiente frío. El geranio se reproduce a partir de esquejes de entre 15 y 20 centímetros.

No hay que olvidarse de otras propuestas como el crisantemo, las amapolas californianas, las dalias que son tipos de plantas pertenecientes a la familia de las asteráceas, o la begonia rex planta perenne perteneciente a la familia Begoniaceae originaria de Asia, entre muchas otras especies.

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