Desde hace meses, comenzaron a presentarse en las playas de la región de Rosolina, en Italia, miles de extraños disquetes de plástico de color negro, que eran arrastrados por las olas y se iban acumulando sobre la arena. No obstante, durante las últimas semanas han ido apareciendo en costas muy distantes del país, lo que ha alarmado a varias organizaciones ecológicas, quienes creen que ya han averiguado qué está sucediendo.
El principal investigador de este suceso está siendo Enzo Suma, naturalista fundador de "Archeoplastica". Este proyecto lleva años dedicándose a recuperar y exponer piezas históricas de plástico encontradas en playas de la región adriática, con el objetivo de concienciar a la población del impacto medioambiental que estos residuos suponen y el prolongado tiempo que tardan en desaparecer.
No obstante, son varias las organizaciones que se han volcado con este problema medioambiental, como el grupo ecológico "Los carabineros del Noe". A su vez, Riccardo Mancin, representante de la organización "Plastic Free", participó en una jornada de ayuda en la que se limpió una de las playas afectadas, llegando a llenar un saco completo con desechos plásticos, representando estos discos gran parte de ellos.
El origen del problema
El pasado 15 de junio, Archeoplastica publicó su cuenta de Instagram, donde acumulan cerca de 450.000 seguidores, un vídeo alertando de que estos discos de plástico se habían expandido por todo el país: "Se han ido dispersando por todas partes. Nos han mandado fotos desde todos los rincones del Adriático". Según afirma la organización, estos trozos de plástico con forma de Pringles se llaman z-mbbr y son fabricados por una gran empresa sueca especializada en componentes para sistemas de depuración.
Según se cree, una fábrica del norte de Italia que compra estos plásticos a la empresa sueca cuenta con un sistema de depuración en mal estado, que provoca que estas pequeñas piezas de plástico se escapen. La organización ecológica afirma que estos residuos terminan en el río Adigio, por el que viajan hasta desembocar en el mar. "La playa más afectada fue la más cercana a la desembocadura, pero desde enero, debido a vertidos continuos, los discos han llegado, aunque en menor cantidad, también a otras playas", explican en su perfil oficial de Instagram.
Como ha afirmado la organización ecológica, tras su denuncia se pusieron en contacto con la empresa sueca que fabrica y comercializa estos plásticos. Desde un primer momento, afirman que se mostraron muy colaborativos y trataron de compartir los datos de sus clientes italianos, para encontrar lo antes posible el origen de la fuga. Tras un largo proceso legal, desde Archeoplastica afirman que: "Estamos muy cerca de identificar la planta responsable del escape y de verdad esperamos que este flujo continuo de plástico hacia el mar pueda detenerse lo antes posible".