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¿Cepillarlo 100 veces? ¿Cortarlo en luna llena? Mitos o verdades sobre el cabello

El cabello sufre verdades a medias y mitos desde siempre. El cepillado, cómo y cuándo lavar, cortar, el calor, las canas... ¿Qué es verdad y qué no?

El cabello sufre verdades a medias y mitos desde siempre. El cepillado, cómo y cuándo lavar, cortar, el calor, las canas... ¿Qué es verdad y qué no?
Uno de los grandes mitos es el de arrancarse las canas | Pixabay/CC/Pezibear

El cabello, además de ser un rasgo distintivo de los seres humanos, está rodeado de innumerables mitos y verdades que han sido transmitidos de generación en generación. Desde la idea de que cortarlo durante ciertas fases lunares puede influir en su crecimiento, hasta las creencias sobre los efectos de ciertos alimentos en su salud. No obstante, viendo la preocupación que representa el pelo, resulta paradójico que todavía circulen ideas tan disparatadas acerca de sus cuidados o su tratamiento.

Mitos sobre el cabello

  • Cepillar el cabello 100 veces al día lo hace más saludable. La clave está en cómo se hace, ya que si se cepilla el cabello de forma brusca muchas veces al día puede resultar perjudicial por varias razones. Lo primero es que el cepillado excesivo puede dañar la cutícula del cabello, que es la capa exterior que protege la hebra. Cuando esta capa se daña, el cabello puede volverse más propenso a la rotura y las puntas abiertas. Además, el cabello puede perder la humedad que necesita debido a un cepillado excesivo, causando que el cabello se vuelva seco y quebradizo. Cepillar demasiado puede sobre estimular las glándulas sebáceas en el cuero cabelludo, causando una producción excesiva de aceite y, por tanto, que el cabello se vuelva más graso. Por supuesto, un cepillado demasiado vigoroso puede irritar y desgastar el cuero cabelludo, potencialmente causando enrojecimiento, sensibilidad y hasta la pérdida del cabello. Por lo tanto, es importante cepillar el cabello solo lo necesario para desenredarlo y estilizarlo.
  • Cortar el pelo en luna llena lo hace crecer más fuerte y saludable. Este es uno de los mitos más populares sobre el cabello. La realidad es que no existe evidencia científica que respalde que las fases lunares tengan algún efecto sobre el crecimiento del cabello. De hecho, sí que se sabe que el crecimiento del pelo está determinado por factores genéticos y la salud del folículo piloso, no por la luna.
  • Cortarse el pelo o raparse la cabeza hace que crezca más pelo. El hecho de cortarse las puntas no aumenta la densidad capilar, como tampoco lo hace la variante más drástica, que es raparse al cero. Por mucho que se haya acuñado el término "sanear" al hecho de meter la tijera para acabar con puntas abiertas, tintes desgastados o melenas maltratadas por el cloro, el salitre o el sol, lo cierto es que el efecto es solo cosmético.
  • Cortar las puntas del pelo sirve para fortalecerlo. Cortarse el pelo no tiene ninguna incidencia en su fuerza. A veces se tiene esta impresión porque, cuando se cortan las puntas dañadas, el cabello tiene un aspecto más saludable. Conviene recordar que el bulbo capilar es el responsable del crecimiento del cabello, no las puntas.
  • Las puntas abiertas se pueden reparar. Esto también es un mito y ya que una vez que la punta está abierta y el pelo se divide ya no hay vuelta atrás. Las puntas se abren por varios motivos: mal cuidado del cabello, es decir, no usar los productos profesionales adecuados o secarlo y cepillarlo bruscamente, y también le afectan factores externos como tintes, permanentes, decoloraciones, factores climatológicos u otros factores como la sal del mar o el cloro de las piscinas. El pelo no se regenera solo y tan solo se conseguirá sanear las puntas cortándolo.
  • Lavarse el pelo muy a menudo hace que se caiga más. El cabello puede lavarse con la frecuencia deseada, incluso a diario. Lo que hay que tener en cuenta es usar un champú adecuado no demasiado agresivo. La función del champú es limpiar el pelo y dejarlo bonito, hay que tener en cuenta que algunos están formulados para tratar problemas de la piel del cuero cabelludo, como la caspa, pero no tienen efecto sobre la caída del pelo.
  • La caspa se da porque se tiene el cuero cabelludo seco. Esta afirmación es otro mito ya que se sabe que la caspa es una descamación de la capa córnea cutánea que no es solo un problema del cuero cabelludo seco, sino que en muchas veces aparece en cueros cabelludos grasos. De hecho, la caspa en cueros cabelludos grasos se conoce como dermatitis seborreica y se produce por un crecimiento excesivo de un hongo natural que se llama Malassezia. Si uno tiene este problema debe saber que lo primero que hay que hacer es equilibrar el cuero cabelludo, para ello hay que usar un champú adecuado y lavarlo con agua fría también vendrá bien.
  • El acondicionador hace que el cabello se vuelva graso. Totalmente falso, siempre y cuando el acondicionador se aplique correctamente, es decir, desde la mitad hasta las puntas del cabello y se enjuaga bien. El acondicionador va a hidratar y suavizar el cabello sin dejarlo graso. Es importante dejarlo actuar 3 minutos y luego enjuagarlo con agua tibia, y por último con agua fría. De esta manera se cierra la cutícula del cabello dejándolo más brilloso.
  • El uso diario de secador y plancha no daña el cabello si se utiliza protector térmico. Aunque los protectores térmicos pueden ayudar a minimizar el daño, el uso frecuente de herramientas de calor puede debilitar la estructura del cabello a largo plazo, causando sequedad, rotura y puntas abiertas. Por ello, es recomendable limitar su uso y aplicar siempre un protector térmico.
  • Los tintes, las planchas y los secadores favorecen la alopecia. Las agresiones térmicas causadas por el uso frecuente de planchas alisadoras, rizadores o secadores de aire pueden dañar la fibra capilar en su parte externa, pero no el folículo, que es donde se genera el pelo. Es decir, con estos aparatos uno puede achicharrarse el pelo pero no quedarse calvo ya que, cuando se dejan de utilizar, el pelo recobra su buen aspecto habitual. Lo mismo ocurre con el tinte, cuyo efecto negativo más temible es que provoque una reacción alérgica en el cuero cabelludo causando irritación, descamaciones, picor intenso… Su uso frecuente, sobre todo si se trata de formulaciones con amoniaco o de decoloraciones muy agresivas, daña la fibra capilar y empeora el pelo cosméticamente, pero no hace que se caiga más.
  • Llevar gorra, sombreros o cascos muy a menudo provoca la caída del cabello. Esta creencia errónea se basa en la idea de que estas prendas asfixian el cuero cabelludo y por ese motivo el pelo acaba cayéndose. Pues bien, la oxigenación del cuero cabelludo es un proceso mucho más complejo que todo esto y no se ve obstaculizado por llevar gorras, pañuelos o sombreros que suelen ser necesarios para protegernos de la radiación ultravioleta.
  • Las trenzas, las coletas, los adornos y las rastas favorecen la calvicie. Recogerse el pelo o adornarlo con horquillas y pasadores no hace que el pelo se caiga más, como ocurre con el resto de factores externos, no obstante, en la llamada alopecia de tracción sí que influyen estas variables que vienen de fuera. La alopecia por tracción se produce por la torsión, el estiramiento, el roce o la presión constante con peinados en los que el cabello se sujeta de manera muy tirante, tales como rastas, trencitas de las que cuelgan abalorios, moños como los de las bailarinas o azafatas y coletas de caballo muy estirados. Si esta tensión es constante y prolongada en el tiempo, el pelo se cae en la zona en la que se tira del mismo porque va creciendo con una tensión excesiva que acaba dañando la estructura interna del pelo y la raíz folicular.
  • Si el padre es calvo entonces el hijo también. En efecto, se trata de uno de los mitos más extendidos sobre alopecia. Al igual que el nombre de alopecia androgenética puede inducir el error de pensar que solo los varones la sufren por culpa de los andrógenos, lo de genética también puede dar pie a la confusión de que este patrón de caída capilar viene impreso en el código genético de manera inevitable. No es así. Primero porque la calvicie androgénica se hereda por vía materna, ya que los receptores de los andrógenos están ligados al cromosoma X, que se hereda de las madres. Segundo, porque en la alopecia androgénica intervienen factores relacionados con la herencia pero, fundamentalmente hormonales. También circula por ahí la idea de que este patrón se salta una generación y no hay que "odiar" a los padres por nuestra calvicie, sino a los abuelos, pero tampoco es cierto.
  • Si se arranca una cana salen siete. Las canas no tienen esa capacidad de reproducirse mientras están ancladas a la cabeza, y mucho menos después de haber sido arrancadas.
  • Las canas no se caen. Tampoco es verdad. La cana es, estructuralmente, igual que un pelo pigmentado que ha perdido el color a causa del proceso oxidativo asociado a la edad. De esta manera, el hecho de que alguien que haya vivido suficiente tiempo como para tener canas siga teniendo pelo demuestra que ese pelo ya era resistente y por eso no se ha caído. Es decir, la cana es un pelo fuerte en sí, pero no porque sea blanco o gris.
  • El estrés hace que salgan canas. Esta afirmación tiene cierta base científica, dado que estas situaciones de tensión emocional causan un estrés oxidativo y una serie de cambios en el organismo que pueden inducir la canicie.
  • El cabello se acostumbra al champú. El cabello no se acostumbra a los productos. Con el tiempo y los cuidados, las necesidades del cabello están cubiertas en un momento dado. Por ejemplo, si se tiene el cabello seco y se utiliza una mascarilla de cuidado, es muy probable que el cabello ya no necesite hidratación. Por eso es importante elegir y cambiar de productos según las necesidades del cabello en ese momento.
  • El champú de caballo es ideal para lograr un cabello fuerte, tupido y brillante. Según los promotores de esta tendencia el secreto de que los equinos tengan un pelo fuerte, tupido y brillante no se debe a su naturaleza ni a los cuidados que reciben en sus cuadras, sino a la biotina, una vitamina del grupo B que interviene en el metabolismo de las grasas y los hidratos de carbono, entre otros elementos. Su carencia es muy poco frecuente y se encuentra en alimentos tan comunes como la carne, el hígado o la leche, además de en bastantes frutas, frutos secos y verduras. En cualquier caso, la biotina no se absorbe a través del cuero cabelludo, de manera que, como ocurre con cualquier champú, es imposible que tenga un efecto a nivel del folículo piloso, que es donde reside la clave de la calidad y densidad capilar. En cualquier caso, el champú tiene como finalidad limpiar el pelo y darle buen aspecto. Algunos pueden ayudar a tratar problemas del cuero cabelludo, como el eccema o el exceso de grasa, pero no sirven para modificar ni la estructura de la fibra capilar, ni el número de cabellos, ni la densidad de la melena… ni tampoco para acelerar la velocidad a la que crece.

Verdades sobre el cabello

  • Una dieta equilibrada favorece un cabello saludable. Esto es completamente cierto. El cabello necesita una variedad de nutrientes para crecer de manera saludable, incluyendo proteínas, vitaminas (como la Biotina, Vitamina A, Vitamina C, Vitamina E) y minerales (como el hierro y el zinc). Una deficiencia en estos nutrientes puede llevar a problemas como debilidad en el cabello, pérdida de cabello, y un crecimiento lento.
  • Lavar el pelo con agua fría ayuda a que brille más. Si, ya que el agua fría consigue activar la circulación del cuero cabelludo y así se contribuye al crecimiento del pelo y a la oxigenación del folículo piloso. Del mismo modo, lavar el cabello con agua fría también ayuda a sellar las cutículas.
  • Irse a dormir con el pelo húmedo es malo. Irse a la cama con el pelo mojado es la solución más rápida y sencilla; sin embargo, tiene consecuencias negativas para la melena. Si uno no seca el pelo antes de irse a dormir, al día siguiente va a estar más encrespado y enredado. Además, la humedad favorece la proliferación de hongos y bacterias causantes de algunos problemas capilares como la caspa o la dermatitis.
  • Es malo llevar el pelo recogido demasiado tiempo. Si las coletas, trenzas o moños son el peinado favorito, es hora de empezar a descartarlas, al menos a diario. El motivo es que la tensión y tracción continuada daña y debilita el folículo piloso, provocando su caída. Para evitarlo, es mejor optar siempre por recogidos sueltos y desenfadados.
  • Desenredar en húmedo no daña el pelo. El mejor momento para desenredar el pelo es cuando está mojado, ya que tiene mayor flexibilidad y, por tanto, la probabilidad de que se parta es menor.
  • El estrés puede afectar la salud del cabello. Investigaciones han demostrado que el estrés puede tener un impacto significativo en el cabello, pudiendo causar condiciones como la telogen effluvium, donde hay una pérdida de cabello temporal debido a un cambio en el número de folículos pilosos que están en fase de crecimiento activo.
  • El cabello graso y con caspa tiende a caerse más. El aumento de la producción de sebo puede causar caspa y descamación del cuero cabelludo y estos problemas pueden ser factores que causan la caída del cabello. Muy importante es usar los productos adecuados para el cabello y cuero cabelludo. ¿Por qué puede relacionarse el cabello graso y la caspa con la caída del pelo? Lo primero es por la inflamación del cuero cabelludo: La caspa es a menudo un síntoma de una afección del cuero cabelludo como la dermatitis seborreica, que causa inflamación. Esta inflamación puede dañar los folículos pilosos y llevar a la caída del cabello. Luego está el exceso de grasa: El sebo es una sustancia grasa producida por las glándulas sebáceas del cuero cabelludo. Aunque su función es hidratar el cabello y el cuero cabelludo, una producción excesiva puede dar lugar a la obstrucción de los folículos pilosos, lo que puede interrumpir el ciclo de crecimiento del cabello y llevar a su caída. También se encuentran el rascado y el frotamiento: La caspa puede causar picor en el cuero cabelludo, y el rascado constante puede dañar los folículos pilosos, lo que puede llevar a la caída del cabello. Por último, pero no menos importante el estrés del cuero cabelludo: El exceso de grasa y la caspa pueden crear un ambiente estresante para el cuero cabelludo, lo que puede afectar el ciclo de crecimiento normal del cabello y conducir a la pérdida de cabello.
  • El cabello puede dañarse con la exposición al sol. Al igual que la piel, el cabello también puede dañarse por la exposición al sol, por ello es esencial protegerlo con un sombrero o un producto con protección UV. La exposición prolongada al sol puede ser perjudicial para el cabello por varias razones: da la cutícula del cabello, pérdida de color en cabellos teñidos y sequedad.
  • Proteger el cabello del calor es esencial. El calor excesivo de las herramientas de peinado puede dañar el cabello, también el calor del sol durante el verano. Por ello, proteger el cabello del calor es fundamental ya que se previene el daño a la cutícula, se conserva la humedad, se protege el color y se reduce el frizz.

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