El 63% de los jóvenes considera el matrimonio como una de las experiencias más importantes de la vida, y eso se refleja en cómo lo celebran: con más presupuesto, más planificación y mayor duración entre pedida de mano, preboda, boda y postboda.
Las parejas no escatiman en gastos para el día más especial. "Para un día que te casas hay que hacerlo bien", señalan unos novios. El gasto medio por invitado ha aumentado un 31% en los últimos dos años, de 162 a 212 € por persona, y el gasto total de una boda ronda ya los 24.618 euros – 117€ más que en 2022 –. Según declaraciones de Lara Goretti cofundadora de Petit Mafalda, una empresa especializada en organización de bodas, a esRadio, el precio promedio señalado no refleja la realidad, ya que "es bastante más elevado". Muchas parejas no incluyen en sus cálculos el coste real de elementos como el fotógrafo, videógrafo, autobuses, iluminación o carpas, lo que genera una importante diferencia entre el presupuesto inicial y el gasto final que señala que corresponde a "un 30% más" del indicado por el estudio.
"El tema gastos se nos está yendo un poco de las manos. Tenemos todo lo que hemos visto en otras bodas", comentan novios en declaraciones de esRadio. El 90 % establece un presupuesto claro y sólo uno de cada 10 recurre a la financiación externa para pagar su boda.
Los expertos señalan que actualmente las bodas son mucho más que una simple ceremonia. Las nuevas generaciones lo quiere grabar todo y subir gran parte del contenido a redes. Las bodas actuales son más personalizadas y se extienden más allá de un solo día, sobre todo cuando hay invitados de otros países o regiones, por lo que el viaje debe merecer la pena y se busca compartir más horas juntos, indica Lara.
Sin embargo, la experta distingue claramente dos perfiles de parejas en cuanto a cómo imaginan y desean su boda: desde quienes apuestan por celebraciones más limpias y naturales, hasta quienes se inspiran en redes sociales como Pinterest e Instagram buscando que "su boda no sea menos que ninguna otra".
"Las bodas de ahora son distintas, más complicadas, más caras, más sofisticadas que hace cinco años", desde la pandemia, la forma de celebrar ha cambiado: "cualquier momento es bueno para hacerlo" y no hay una única forma de casarse. De echo, la organizadora indica que debido a la sobreinformación siempre hay cosas que se escapan y serán nuevas en otras bodas, cosas que pasan de moda y otras que llegan para quedarse.
Aunque la tendencia del matrimonio sigue en alza, se observa un descenso en los enlaces religiosos, que han caído más de un 20%, la boda civil sigue ganando puestos.
Lo cierto es que el sector nupcial mueve más de 4.000 millones de euros al año en España, generando empleo, incluso que antes no existía, y dinamizando la economía local desde vestidos de alta costura y trajes a medida hasta decoraciones temáticas, banquetes gourmet y destinos de ensueño. Aunque cabe destacar, que España tiene uno de los ratios de casamientos más bajos de la Unión Europea.
Además, las empresas de organización de bodas han notado un ligero aumento en la edad de las parejas que deciden formalizar su relación mediante el matrimonio. Esta tendencia se atribuye, en gran parte, al deseo de alcanzar una mayor estabilidad económica y seguridad laboral antes de dar el paso. También influye el cambio en los modelos familiares, mientras que en el pasado eran los padres quienes asumían la mayor parte de los gastos, hoy en día esta responsabilidad recae casi exclusivamente en la pareja, que suele fijar un presupuesto.
No obstante, la toma de decisiones continúa estando, en su mayoría, en manos de la novia. Por su parte, el novio suele implicarse principalmente en aspectos relacionados con la fiesta y las bebidas. Aunque pueda parecer un tópico, la presencia e influencia de madres y suegras sigue siendo habitual en la organización, mientras que los padres tienden a mantenerse al margen.
Sin embrago, el 86% de los miembros de la generación Z afirma que planea casarse en el futuro.