
Los juegos de mesa son una forma de entretenimiento que ha existido durante siglos, y aunque en la era digital pareciera que han quedado relegados a un segundo plano, siguen siendo una poderosa herramienta para mejorar la atención y concentración. Incluso actualmente hay numerosas versiones online de este tipo de juegos.
Pero, a pesar de que el mundo está cada vez más dominado por las pantallas, los juegos de mesa ofrecen una oportunidad única para desconectar de la tecnología y centrarse en una actividad física y mentalmente estimulante. El motivo es que, a diferencia de los videojuegos, que suelen tener estímulos visuales y auditivos constantes, los juegos de mesa requieren de una atención más focalizada y una interacción directa con los componentes físicos del juego.
Algo positivo a nivel social es que en los últimos años, los juegos de mesa han experimentado un auge espectacular. Su éxito está fundamentado por varias razones y es que su valor va más allá de lo lúdico, ya que nos aportan beneficios a nivel cognitivo, psicológico y social.
A nivel cognitivo, los juegos de mesa ayudan a ejercitar todas las destrezas relacionadas con las funciones ejecutivas. Estas funciones afectan a los procesos mentales de orden superior, es decir, tienen que ver con la planificación, atención, memoria, toma de decisiones, organización, ejecución de la tarea y relación de consecuencias asociadas a nuestra toma de decisiones. Algo que viene muy bien de cara a un futuro trabajo en alguna empresa. Además, a nivel psicológico, ayudan a fomentar el autoconocimiento y a aprender a detectar y gestionar las emociones. En este sentido, por ejemplo, perder la partida ayuda a conocer cómo uno se enfrenta al fracaso y, así, desarrollar un modelo adecuado de tolerancia a la frustración.
A nivel social, los juegos de mesa permiten aprender normas sociales como respetar las reglas del juego, guardar el turno, etcétera. La partida se convierte en un microsistema de relaciones en el que hay que conocer y respetar las reglas del juego, y esto es un entrenamiento en normas sociales y de convivencia. Si uno no es capaz de respetar las reglas del juego, es probable que sea intolerantes ante los límites y normas de la familia o en otros ambientes como colegio, trabajo, sociedad…
Por supuesto, no hay que olvidar que al jugar un juego de mesa, es necesario leer las reglas, analizar las estrategias posibles, tomar decisiones y seguir el desarrollo del juego. Estas actividades ejercitan la mente y mejoran la capacidad de concentración. Además, muchos juegos de mesa requieren de la observación cuidadosa de los movimientos de los demás jugadores, lo que también fortalece la atención y la capacidad de anticipación.
Además, los juegos de mesa suelen tener una duración limitada, lo que fomenta la capacidad de mantener la atención durante un período determinado. Esto es porque, a diferencia de otras actividades que pueden volverse monótonas o prolongadas, los juegos de mesa ofrecen una estructura clara y objetivos concretos, lo que mantiene el interés y la concentración de los jugadores.
Un estudio del grupo de Neuropsicología, genes y ambiente de la Universidad de Lleida, publicado en The Conversation, ha concluido que tras jugar a juegos de mesa modernos dentro de programas de entrenamiento cognitivo, algunas capacidades mejoran. Menores con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), menores en riesgo de exclusión social y personas de edad avanzad experimentaron una mejora en su memoria a corto plazo, inhibición, flexibilidad y fluidez verbal.
Respetar las edades recomendadas
Seguir las edades recomendadas por los fabricantes de cada juego de mesa es adecuado y necesario. Es, además, fundamental observar cuáles son las capacidades y demandas de cada niño. El motivo es sencillo y es que hay que evitar ofrecer juegos para que desarrollen capacidades antes de tiempo, ya que puede ser contraproducente. Un buen indicador para saber si la edad es adecuada es comprobar si son capaces de seguir las instrucciones o las reglas del juego. Si no es así, quizá hay que plantearse que no es adecuado para su edad y nivel madurativo.
Cómo beneficia a los adultos participar en juegos de mesa
El juego es fundamental para la vida; de hecho, los primeros aprendizajes son a través del juego, ya que los humanos están programados para jugar. El juego es placentero en su naturaleza y ayuda a aprender sin presiones, a desarrollar destrezas sin que uno se de cuenta. Además, es un elemento socializador. Se piensa erróneamente que los juegos son para niños, pero nada más lejos de la realidad.
¿Cuáles serían más adecuados para los adultos? Cada persona es diferente y tiene sus propios gustos e intereses. Las claves para poder disfrutar de los juegos de mesa tienen que ver con todo lo mencionado anteriormente. Y, sobre todo, hay que tener presente que es fundamental ser conscientes del grupo de personas con el que van a jugar para saber elegir el tipo de juego.

